Esta martes se cumplen dos meses desde el primer caso detectado por COVID-19 en México. La Secretaría de Salud reportó el 27 de febrero que un paciente con padecimiento “leve” de coronavirus estaba hospitalizado en las instalaciones del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) de la Ciudad de México. Al día siguiente se confirmaría el contagio. Durante 8 semanas, la enfermedad ha dejado 1,434 muertos y 15,529 infectados.
Han pasado 60 días desde que se confirmó del primer caso positivo en el país. A las 22:20 horas del 27 de febrero, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell publicó en Twitter que había un caso sospechoso, estaba aislado en el INER y se le haría un segundo análisis en el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE).
La mañana del 28 de febrero, el mismo López-Gatell dijo que, formalmente, el COVID-19 se localizaba en México. Lo que inauguró la Fase 1 de la enfermedad. Era el segundo caso registrado para América Latina. Uno más de los 83,631 casos en el mundo que reportaba la Organización Mundial de la Salud (OMS) para esa fecha. Actualmente, los casos confirmados a nivel global rebasaron los 3 millones y las 208 mil muertes, según el conteo de la universidad Johns Hopkins.
El primer paciente confirmado de COVID-19 en México fue presentado como un hombre de 35 años, originario de la capital.
Considerado como el “caso índice”, el hombre se habría contagiado en Bergamo Italia. Viajó del 14 al 22 de febrero, fecha en que llegó a México y, al día siguiente de su llegada comenzó con síntomas.
Casi al finalizar la jornada de aquel 28 de febrero, circularía una carta de trabajadores del Instituto Nacional de Emergencias Respiratorias (INER), donde referían que un paciente de 35 años habría estado en contacto con unas 400 personas desde su regreso al país, debido a que trabajaba en un restaurante de la Ciudad de México.
A partir del caso índice, la expansión del virus ha seguido una ruta exponencial. Un ascenso variable con más casos cada día, tanto de sospechosos, como de confirmados y fallecidos.
El país está en Fase 3, en la capital se decretó el uso obligatorio de cubrebocas y la enfermedad avanza. Las últimas 8 semanas de la pandemia quedarán marcadas en los años por venir como la época del Coronavirus.
La siguiente es la ruta del COVID-19 dos meses después del primer caso detectado en México. Así llegamos al nivel considerado de contagio masivo.
Todo habría empezado en China
El 31 de diciembre de 2019, el gobierno de China informó sobre un grupo de casos de neumonía con etiología desconocida, en el área del mercado de mariscos de Wuhan, en la provincia de Hubei.
El 09 de enero de 2020, científicos de ese país asiático identifican que la causa de la enfermedad es un nuevo tipo de Coronavirus. Ese día, se registra la primer muerte de COVID-19 en un hospital de Wuhan.
El 30 de enero de 2020, con más de 9,700 casos confirmados en China y 106 casos confirmados en otros 19 países, la OMS declaró que el brote era una emergencia de salud pública de importancia internacional.
Doce días después, el 11 de febrero, la OMS denominó a la enfermedad, COVID-19, abreviatura de “enfermedad por coronavirus 2019” (por sus siglas en inglés).
El primer caso en México llegó de Italia
El coronavirus siguió la ruta de Marco Polo para viajar de China a Italia. De Italia, el COVID-19 llegaría a México.
Aunque la primera sospecha del virus en México fue el 22 de enero con un investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN) que viajó en diciembre a China; el caso fue descartado.
Empezaron críticas al gobierno federal por mantener una actitud relajada frente a la pandemia y no tomar previsiones ante la llegada inminente de la enfermedad.
El presidente seguía presentándose ante cientos de personas en sus giras al interior del país. La cancelación del festival de música, Vive Latino, también fue un reclamo relevante, pero el show continuó. Igual había un descontento con la vigilancia sanitaria en los aeropuertos; se alegaba una falta de inspección a los viajeros provenientes de países que presentaban contagios.
Pasarían 36 días desde el caso del investigador del IPN, hasta la confirmación del primer contagio con el hombre de 35 años que viajó de Italia a la CDMX.
El 02 de marzo este paciente sería dado de alta. Ya recuperado, permanecería 14 días en resguardo por precaución.
López Obrador avisó el viernes 28 que, Hugo López-Gatell informaría diariamente sobre la situación pandémica en el país. La primera conferencia de prensa de la Secretaría de Salud ocurrió esa misma tarde. A partir de entonces, a las 19:00 horas, se daría un seguimiento de los contagios.
COVID-19, pandemia global
El 11 de marzo, la OMS declaró como pandemia al COVID-19. Para ese día, el número de infectados en el mundo era de 118,000 en 114 países y habían muerto 4,291 personas. El cambio de lenguaje significaba que los gobiernos debían tomar medidas urgentes y agresivas.
El anuncio de la OMS era 13 días más tarde del primer caso detectado en México, donde se contaban 11 contagios hasta entonces.
El 12 de marzo, José Luis Alomía Zegarra, director general de Epidemiología; informaba de un caso de recuperación. Era una paciente que cumplió 14 días de aislamiento. Los contagios reportados ese día eran 15.
El 14 de marzo, el secretario de Educación informó que se adelantarían las vacaciones de Semana Santa. El asueto duraría entre el viernes 20 de marzo y el 20 de abril.
Ese mismo sábado, Hugo López-Gatell anunció una serie de medidas que entraban en la Jornada Nacional de Sana Distancia y que empezarían el lunes 23 de marzo y durarían hasta el 19 de abril.
El confinamiento sería voluntario. Entre las disposiciones estaban: suspender actividades no esenciales, si había posibilidad, trabajar desde casa; suspender eventos masivos con más de 5,000 personas; y no descuidar a los adultos mayores, del grupo de más de 60 años.
El Vive Latino, mientras tanto, se desarrolló entre el 14 y 15 de marzo.
Para la tercera semana de marzo, algunos padres decidieron mantener a sus hijos en casa y no enviarlos a la escuela. Antes de que entrara en vigor la Jornada de Sana Distancia.
El Tecnológico de Monterrey ya había suspendido clases no presenciales hasta el 30 de abril. El IPN también y la Universidad Nacional Autónoma de México hizo lo propio el 16 de marzo, en una suspensión gradual.
Primera muerte en México, a 19 días de la Fase 1
El día que se celebra la expropiación petrolera quedará marcado como la fecha de la primera muerte por COVID-19 en México. Ese 18 de marzo se reportó que el fallecido padecía diabetes e inició síntomas nueve días antes.
Luego de la primera muerte, el Consejo de Salubridad General catalogó al COVID-19 como “enfermedad grave de atención prioritaria”. El 19 de marzo se aprobaron medidas de preparación, prevención y control de la epidemia.
Las críticas en columnas, programas de análisis y redes sociales, habían tratado sobre la tardanza de ese Consejo para sesionar y establecer las disposiciones a seguir.
El 20 de marzo, Alomía Zegarra estimó que la mayor carga de la pandemia en México llegaría a finales de abril o principios de mayo. El director de Epidemiología explicó que la Fase 1 duraría cuatro semanas.
Esa misma tarde, el gobierno de México presentó a Susana Distancia, un personaje que recordaría, con sus brazos extendidos, la separación entre personas para evitar que el virus se extendiera.
Susana Distancia: 367 contagios y 4 muertes después
El lunes que entró en vigor la Jornada Nacional de Sana Distancia, las autoridades informaron de 367 casos acumulados de personas infectadas. Y ya sumaban 4 decesos a nivel nacional.
Ese día, la OMS señaló que en México ya había transmisión local de la enfermedad. Eso significaba un tránsito a la Fase 2 de la pandemia.
La Fase 2 inició 26 días después del primer caso
Para el 24 de marzo ya había un registro exponencial en el número de casos. Ese día inició la Fase 2 de propagación del virus en México.
“El momento es este y por lo tanto queremos declarar formalmente el inicio de la fase dos. Lo que nos permite es trazar el horizonte para los siguientes 30 a 40 días, en donde empezaremos a visualizar que en México, por haber anticipado las medidas masivas que tienen los mayores impactos en reducir la transmisión y en las consecuencias sociales, vamos a poder doblar la curva, vamos a poder tener menor transmisión”, expuso Hugo López-Gatell en conferencia.
Ese día se registraron 5 muertes y 405 casos confirmados por COVID-19.
Otras críticas al gobierno fueron por el bajo número de pruebas que, en consecuencia, significaba un bajo número de casos. Incluso, se llegó a advertir de un subregistro.
El 26 de marzo se rebasó el medio millar de contagios al registrarse 585 casos. Un día después se registraría la primera decena de muertos al reportarse 12 decesos.
Un mes después del primer caso registrado, en México había 16 muertos y 848 contagios acumulados de COVID-19.
El 30 de marzo, el gobierno mexicano decretó una emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor por la epidemia del coronavirus.
Para entonces habían muerto 28 personas y se rebasaba el primer millar de contagios, con 1,094 casos. La curva epidemiológica registraba una fase de ascenso rápido.
El Consejo de Salubridad General declaró una serie de medidas vigentes al 19 de abril pasado.
Se determinó un resguardo domiciliario estricto de personas mayores de 60 años; así como de mujeres y hombres con padecimientos de diabetes, hipertensión arterial e insuficiencia cardíaca; y también, el confinamiento de las mujeres embarazadas.
La autoridad sanitaria exhortó a que el sector privado adoptara de inmediato modalidades trabajo a distancia o análogos, sin que las actividades de sus empleados implicaran un acto presencial.
Entre finales de marzo y la primera semana de abril hubo diversas protestas por parte de los trabajadores de hospitales. Médicos y Enfermeras salían a bloquear calles o entradas de hospitales demandando equipo de protección y garantías de seguridad pues eran los responsables de estar al frente del combate contra la epidemia.
Empezaron a confirmarse contagios entre el personal médico de diferentes unidades hospitalarias.
Algunas personas se solidarizaron con los inconformes y les fabricaban caretas o cubrebocas caseros.
Mexicanos varados en el extranjero fueron repatriados en vuelos especiales. Otros se enfrentaban a la dificultad por el regreso de sus seres queridos que habían fallecido de coronavirus en otro país.
“La epidemia es ocho veces más grande”
Para el 6 de abril se rebasó el primer centenar de muertos por COVID-19 en México.
Ese día, las autoridades contabilizaron 125 fallecimientos y el brote ya superaba el segundo millar de afectados con 2,439 casos acumulados. La enfermedad llevaba 5 semanas y 3 días para entonces.
Dos días después, el 08 de abril, López-Gatell presentó por primera vez un estimado de casos reales en México: la cifra se calculaba en 26,519 infectados.
Mientras que la Secretaría de Salud reportaba en esa fecha a 3,181, con 174 muertos.
Los cálculos se hicieron con el "método centinela" de vigilancia epidemiológica.
López-Gatell dijo que, en este método centinela, se multiplica el número de casos observados (que entonces eran 3,181) por 10 o 12 no observados.
“La epidemia es 8 veces más grande”, dijo.
Para el mismo 8 de abril se dieron una serie de contagios masivos en 3 unidades hospitalarias del IMSS.
En menos de 24 horas se registraron más de 60 casos positivos: 42 en Cabo San Lucas, Baja California; 19 en Tlalnepantla, Estado de México; y 6 en Cuernavaca, Morelos.
Esto era muestra de la desprotección del personal médico y justificaba las protestas de los últimos días.
Por otro lado, había personas que no dejaron de salir a la calle, eran aquellos que no podían parar porque su situación económica apenas les alcanza para vivir al día.
Para el 9 de abril, México ya había comprado insumos médicos a China, por más de 56 millones de dólares. Entre los artículos estaban guantes, mascarillas y otros equipos de protección para médicos y enfermeras.
El 10 de abril se rebasó el segundo centenar de muertes por el virus al registrar 233 casos. Un día después, la cifra de contagios confirmados ascendió los cuatro millares con 4,219 en el reporte.
Tres días después, el 13, el gobierno mexicano firmó un convenio para que la Secretaría de Salud dispusiera del 50% de camas y equipo facilitadas por la Asociación Nacional de Hospitales Privados. Esto, para que los hospitales públicos se concentraran en la atención del COVID-19.
El 17 de abril se superó el medio millar de muertos con 546 personas registradas. Esa tarde se conoció que los contagiados estaba arriba de los seis mil: 6,875.
Hubo un salto de 104 muertes de un día para otro, esto fue del 17 al 18 de abril. Para el sábado 18 se registraron 650 decesos desde el inicio de la pandemia.
El 19 de abril se rebasaron los 8 mil contagios con 8,261 registros acumulados.
Y del 20 al 21 de abril, los muertos fueron 145. Un salto enorme que escalaba la curva de víctimas.
La temida Fase 3
La Fase 3 de la pandemia era inevitable, los casos positivos y el número de muertes irían en aumento, así estaba previsto. La incógnita era cuándo se haría oficial conforme el virus se expandía en la población.
A las 07:29 horas de la mañana del 21 de abril pasado, Hugo López-Gatell pronunció la frase: “En resumen y con todo esto, hoy queremos dar por iniciada la Fase 3, la Fase 3 de la epidemia de COVID”. Así fue como, después de 857 decesos y 9,501 casos confirmados, México entraba al siguiente nivel de la enfermedad.
Hasta entonces, los cálculos de la Secretaría de Salud, tenían como mejor escenario que solo se vieran afectadas 600,000 personas, es decir, el 05% de la población total.
Y la estimación menos favorable era que los contagiados llegaran a 1,200,000, el 1% de los habitantes.
A la llegada de la Fase 3, los mexicanos llevaban un mes, tres semanas y dos días conviviendo con el COVID-19.
Un día después de la entrada en Fase 3, México rebasó el primer millar de contagios en 24 horas. Ese miércoles hubo un incremento diferencial de 1,043 casos. De los 9,501 del 21, la cifra pasó a 10,544 el 22.
Más de mil personas habían muerto por COVID-19 en México 56 días después del primer caso detectado. El jueves 23 de abril, la Secretaría de Salud informó que contabilizaba 1,069 decesos y 11,633 casos acumulados.
“Nos faltan seis semanas, pero ya hemos completado casi seis semanas. Estamos a la mitad de la jornada. Hemos dejado en claro que el posible inicio de actividades el primero de junio es una fecha referencial, depende del éxito de las medidas. Lo lograremos si nos mantenemos en casa”, dijo López-Gatell aquella tarde.
Ese jueves se implementó, hasta nuevo aviso, el cierre de 36 estaciones del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, 47 de Metrobús y cuatro de Tren Ligero; por disposición de la Secretaría de Movilidad dela CDMX.
Al día siguiente, el viernes 24 de abril, México registró su día más letal por la emergencia sanitaria. En un lapso de 24 horas, entre un reporte y otro, las autoridades reportaron 152 muertes, para sumar 1,221 decesos totales hasta esa fecha.
Ese día también se rebasó el número de contagios reportados entre una jornada y otra. El incremento diferencial fue de 1,239 contagios. De los 11,163 del jueves 23 de abril hubo un incremento a 12,872 casos para el viernes 24.
En la misma conferencia de ese viernes, José Luis Alomía Zegarra, director general de Epidemiología, informó que a nivel nacional había 1,934 profesionales de la salud con COVID-19.
Alomía Zegarra precisó que del personal de salud infectado, 47% correspondía a médicos, 35% a enfermeras, 15% a otros empleados del sector salud, 2% a laboratoristas y el 1% a dentistas.
Al corte del 26 de abril, las autoridades reportaron 1,351 fallecimientos y 14,677 contagios positivos desde el caso índice, dos meses atrás.
Unas horas antes, el gobierno capitalino había anunciado que sería obligatorio el uso de cubrebocas en la entidad. La medida deberá acatarse en espacios públicos y no sólo en el transporte.
Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno, también recomendó cubrebocas lavables, pues “estamos en un momento del mayor contagio de este virus; las personas que más deben de protegerse son las personas con condiciones preexistentes (...) como tos, fiebre alta, dolor de cuerpo, es preferible que se acerquen a un hospital”, dijo en videoconferencia de prensa.
Irma Eréndira Sandoval: primer caso del Gabinete Federal
La tarde de este lunes 27 de abril, la Secretaría de la Función Pública (SFP) informó que su titular, Irma Eréndira Sandoval, había dado positivo al contagio de COVID-19. El caso de Eréndira Sandoval es el primer caso confirmado de un miembro del Gabinete federal.
"La Secretaría de la Función Pública informa que la doctora Irma Eréndira Sandoval, titular de esta dependencia, se encuentra en excelente estado de salud y sin síntomas graves, a pesar de haber recibido un diagnóstico positivo por SARS-COV-2 el pasado lunes 20 de abril", reportó LA SFP en una tarjtea informativa.
El comunicado señaló que la secretaria está en aislamiento y en constante monitoreo médico.
En su cuenta de Twitter, el académico de la Universidad Nacional Autónoma de México John Ackerman, esposo de Sandoval, informó que tanto él como sus hijas quedaron descartados de haberse contagiado.
Mientras, estos son los datos fríos del sufrimiento. 60 días que han transcurrido en muertes, enfermos, confinamiento y angustia. Dos meses y contando.
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