La calificadora Moody’s bajó la nota de ocho bancos del Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB), en los rubros de corto y largo plazo derivado de la administración financiera del gobierno ante distintas crisis que azotan a México. En un documento, publicado el 17 de abril, la firma señaló que las acciones de calificación surgen de la baja nota de deuda mexicana que pasó de A3 a Baa1.
De acuerdo con Moody’s Investors Service, las instituciones afectadas son BBVA Bancomer (BBVA), Banco Mercantil del Norte (Banorte), Banco Santander México (Santander México), Banco Nacional de México (Citibanamex), HSBC (HSBC México), Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), Nacional Financiera (Nafin), Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) y del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), que funge como fondo de garantía de depósitos. Ello como parte de la crisis económica desatada en el país por la guerra de precios de petróleo en el mundo, la parálisis de actividades económicas para combatir la COVID-19 y la gestión del gobierno ante las circunstancias.
Este tipo de especulación le concierne a todos, no sólo a los grandes financieristas bancarios, pues el IPAB es la institución que garantiza los depósitos bancarios de los pequeños y medianos ahorradores hasta por 400,000 UDI’s, que equivalen a 2.5 millones de pesos, esto se traduce en que si los rendimientos de cualquier persona física cuyo patrimonio sea menor a esa cantidad, podría verse afectado.
Asimismo, la calificadora de Nueva York detalló que las calificaciones de largo y corto plazo en escala nacional de México de BBVA, Banorte, Santander México, Citibanamex, HSBC México, Banobras, Nafin, Bancomext y del IPAB quedaron en Aaa.mx/MX-1. Por su parte, Banco del Bajío (BanBajío) quedó en Aa2.mx/MX-1 y de MUFG en Aa1.mx/MX-1.
La perspectiva de las calificaciones de BBVA, Banorte, Santander México, Banobras, Nafin, Bancomext y del IPAB sigue siendo negativa. La perspectiva de las calificaciones de Citibanamex y HSBC México cambió de negativa a estable; sin embargo, en BanBajío pasó exactamente lo contrario, mientras que MUFG no sufrió alteración y quedó como estable.
Cabe recordar que las estimaciones de la firma tienen peso internacional y muchas veces son las que definen los criterios de los grandes capitales para invertir, por eso es de destacar que derivado de las crisis, tanto sanitaria como económica, Moody’s señala los aspectos sobre los que se deben de poner a trabajar los tomadores de decisiones con distintos criterios. Incentivar la inversión extranjera directa, proteger a las pequeñas y medianas empresas y abrir el mercado a las demandas internacionales son aspectos que pueden favorecer la calificación.
Por ejemplo, cuando Moody’s bajó la calificación de Petróleos de México (Pemex) de A3 a Baa1, redujo las perspectivas de la petrolera mexicana en materia de crecimiento económico, a pesar de que la calificación final sigue siendo buena para captar inversión.
Por otro lado, la suma de calificaciones con tendencia a la baja puede impactar a mediano y largo plazo la financiación de los megaproyectos de la cuarta transformación en México, esto por que los inversores privados extranjeros pueden tener la impresión de que invertir en tierra azteca no sea tan redituable como en algún país que posea una calificación mejor.
Ante este postulado, Moody’s explica que las calificaciones dan cuenta de una interrelación entre los bancos mexicanos y las del soberano a través de tenencias de bonos del gobierno con fines de liquidez o de préstamos a empresas estatales o gobiernos locales y regionales que se benefician de flujos de efectivo del gobierno federal.
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