Reparten despensas en Cuernavaca con el sello de “El Señorón”, líder del crimen organizado

Miembros de un grupo del crimen organizado, liderados por un individuo autoproclamado “El Señorón”, repartieron despensas este miércoles a personas de sectores vulnerables y de colonias de extrema pobreza en algunos sectores de Cuernavaca.

En las imágenes que circulan en las redes sociales se observa a hombres con el rostro cubierto, ropa oscura y chalecos antibalas repartiendo bolsas con productos como aceite, arroz, papel de baño, galletas, sopa, entre otros; las bolas de las despensas tenían por fuera una estampa blanco y negro firmada por ‘El Señorón’ con una imagen de un esmoquin.

Hombres y mujeres de distintas edades hicieron fila para recibir las despensas que fueron entregadas en pleno centro de Cuernavaca, a tres cuadras del Palacio de Gobierno, en la zona comercial más importante del centro.

También se hicieron entregas en los ejidos de Acapantzingo, una comunidad ubicada no muy lejos de la capital del estado.

“El Señorón” ha aparecido como firma en varias lonas que han sido colgadas en distintos municipios de la entidad, amenazando a elementos de las fuerzas policiacas y a otros grupos delictivos, así como acompañando cuerpos desmembrados o ejecutados. El hallazgo más reciente fue el 8 de abril, en las colonias Alta Vista de Cuernavaca y en Tejalpa de Jiutepec.

Con base en información de la Fiscalía General del Estado, ‘El Señorón’, Francisco Javier 'N', también utiliza otros alias como ‘Frank’, el ‘XL’ o ‘El Colombiano’, y estaría vinculado con seis presuntos criminales adheridos al cártel de ‘Los Colombianos’, quienes fueron detenidos la semana pasada en el poblado de Acatlipa, en el municipio de Temixco, tras enfrentarse con policías estatales en varias colonias de dicha demarcación.

‘Los Colombianos’ fueron detenidos y vinculados a proceso, tras un enfrentamiento con elementos de la Policía Morelos. En su detención se les encontró droga y armas AK-47 calibre 7.62 y AR-15 calibre .223, en donde resaltó la detención José Arturo 'N' alias ‘El Maytuli’, presunto líder de plaza en Emiliano Zapata, estos señalados por secuestro, extorsión y venta de droga en la región.

También estaría relacionado con la escalada de violencia que se recrudeció en este mes, que pese al aislamiento por COVID-19, ha derivado en balaceras en plena luz del día y más de 50 homicidios violentos en lo que va de abril.

Hace hace dos semanas se registró la entrega de víveres en zonas de control del Cártel Jalisco Nueva Generación, la Familia Michoacana, Cártel del Golfo y los Viagras, así como el reparto de cajas con imágenes de Joaquín “El Chapo” Guzmán, presumiblemente atribuidas a una de sus hijas, Alejandrina Guzmán Salazar, dueña de la marca comercial El Chapo 701.

El propósito es el mismo: ganar al pueblo para crear una base social de apoyo con fines criminales. Cuando el estado no proporciona seguridad básica a las poblaciones marginadas, los cárteles de la droga a menudo intervienen como autodenominados defensores públicos, atrayendo a los locales a su órbita.

Tan sólo en México, 346,000 empleos formales se perdieron entre mediados de marzo y principios de abril, además más de la mitad de la fuerza laboral del país está empleada en el sector informal, lo que probablemente se verá aún más afectado.

Dicha realidad también amenaza la estrategia contra el crimen organizado, pues las autoridades mexicanas están centrando su enfoque hacia la salud pública. A medida que el gobierno se especializa en un sólo sector, los grupos criminales se ven tentados en lanzar nuevas ofensivas en disputas territoriales con sus rivales.

Según los expertos, las facciones criminales también están preocupadas por las consecuencias económicas del brote, pues el envío marítimo ha disminuido y las organizaciones están teniendo problemas para conseguir precursores. La situación está llegando tan lejos, que incluso los cárteles están imposibilitados para pagarles a sus gatilleros.

Aunque el gobierno ha indicado que la situación es temporal, es posible que muchas organizaciones se adelanten a recurrir a alternativas como la extorsión y el secuestro.

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