El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que prefería usar la persuasión a la fuerza con las compañías que no obedecen las normas de salud para frenar la pandemia de coronavirus.
Según la Secretaría de Salud, al menos el 15% de las grandes empresas en México han incumplido las medidas de emergencia, muchas en la industria automotriz.
Cuando se le preguntó si se deben tomar medidas enérgicas, López Obrador dijo a los periodistas que no obligará a las empresas a cerrar, sino que daría a conocer cuáles eran estas firmas el próximo lunes.
En una conferencia de prensa el martes por la mañana, el líder mexicano dijo que no se haría nada por la fuerza, sino con la razón y la ley.
De acuerdo con las pautas del Gobierno, solo las fábricas que producen equipos esenciales pueden permanecer abiertas, pero las reglas a veces se han ignorado.
En un principio, el Gobierno de México evitó imponer las restricciones estrictas de otras partes de la región, y en los primeros días de la pandemia, López Obrador continuó viajando y dando la mano a sus seguidores.
Su postura relajada fue objeto de críticas cuando algunos trabajadores se infectaron con el virus y murieron, y provocó protestas en áreas industriales cerca de la frontera con Estados Unidos. En el estado de Chihuahua, que limita con Texas y Nuevo México, la mayoría de las personas que murieron trabajaban en plantas de ensamblaje, según las autoridades sanitarias.
La Secretaría de Salud inicialmente amenazó con multas para las empresas que infringen las normas, antes de que el presidente respaldara un enfoque menos combativo.
Algunas empresas probablemente están ignorando las normas deliberadamente, pero es posible que otras estén confundidas por la falta de comunicación clara del Gobierno, dijo Carlos Petersen, analista de Eurasia Group en Nueva York.
En un mensaje escrito, Petersen dijo que cuando se anunciaron las medidas no estaba nada claro si eran meras recomendaciones o si todas debían aplicarlas.
Las fábricas de México son a menudo clave para las cadenas de suministro de Estados Unidos, y Washington está presionando para que se mantengan abiertas algunas plantas. En una conferencia de prensa, Ellen Lord, subsecretaria de Defensa de Estados Unidos para adquisición y mantenimiento, dijo que ha pedido al Gobierno mexicano que ayude a reabrir algunas plantas, incluidas las que son importantes para la producción de fuselaje estadounidense.
La discreción que México deja a las empresas sobre si aplicar las reglas expone al país a una propagación más rápida del virus, dijo Javier Martín Reyes, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) en la Ciudad de México.
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