Ante la pandemia por coronavirus, las medidas de distanciamiento social y la suspensión de las actividades no esenciales han supuesto un esfuerzo por parte de la ciudadanía para realizar sus labores desde casa. El pasado 30 de marzo, el Consejo de Salubridad General declaró emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor, atendiendo a la propagación del virus SARS-CoV2.
Dichas restricciones de movilidad, que tienen el objetivo de mitigar el avance de la enfermedad en el país, han aumentado el riesgo de violencia doméstica y la carga de trabajo en el hogar. Sobre esto, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, ha subrayado la importancia de atender el tema de violencia en contra de las mujeres en el periodo de aislamiento al tratarse de un tema de salud pública.
Atendiendo a este problema, Appleseed México, Centro Mexicano Pro Bono, Fundación Barra Mexicana y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, elaboraron una guía jurídica, con el objetivo de clarificar cuestionamientos, soluciones y problemáticas de índole legal, que la ciudadanía pudiera tener ante la contingencia sanitaria por coronavirus.
Así pues, según dicho documento, la violencia intrafamiliar se define como aquella que tiene lugar al interior de los hogares, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo espacio y que comprende, entre otros, maltrato físico y/o psicológico, violación y abuso sexual.
Por otra parte, la violencia de género es cualquier acto violento o agresión basados en una situación de desigualdad en el marco de un sistema de relación de dominación de los hombres sobre las mujeres que tenga o pueda tener como consecuencia un daño físico, sexual o psicológico, tanto si ocurre en el ámbito público como en la vida familiar o personal.
¿Qué hacer si mi pareja me grita, humilla, controla mis ingresos y me aleja de mis familiares y amigos?
Según el documento, estos son signos claves que demuestran que una persona está siendo víctima de violencia familiar, por lo que pude tomar las siguientes acciones:
Acudir al Centro de Apoyo a la Violencia Intrafamiliar (CAVI), dependencia de la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México, o a los respectivos de su localidad.
En estos lugares se le ofrecerá asistencia social, atención psicológica, asesoría legal, seguimiento jurídico en materia penal, atención médica de emergencia, tramitación de medidas de protección de emergencia, entre otros.
El CAVI se encuentra ubicado en en la Ciudad de México, en la calle General Gabriel Hernández número 56, planta baja, Col. Doctores, entre Dr. Lavista y Río de la Loza. El horario de atención es de 9:00 a 19:00 horas de lunes a domingo y los teléfonos son 53455248, 53455228, 53455229.
También está la opción de acudir a una organización de la sociedad civil que aborde este tipo de problemáticas o contactar a un abogado especializado en la materia.
Por otra parte, si usted escucha o es testigo de gritos, golpes o situaciones de violencia cerca de su domicilio, puede marcar al número de emergencia de la policía (911) y proporcionar la mayor cantidad de datos posibles.
En caso de sufrir violencia sexual, la guía ofrece como alternativa interponer una denuncia ante la Fiscalía de la Ciudad. Al hacerlo, la víctima no necesita llevar ningún documento, pues solo deberá detallar los hechos. Por otra parte, la Fiscalía de la Ciudad de México cuenta con la Guía de Canalización de víctimas a refugios para garantizar la seguridad de las mujeres que lo requiera, asimismo, en dichos albergues se reciben a los hijos de la víctima.
Aunado a esto, en una de las conferencias para informar sobre el avance del coronavirus en México, Nadine Gasman Zylbermann, titular del Instituto Nacional de las Mujeres, explicó que el trabajo doméstico representa 39 horas semanales para las mujeres y 14 para los hombres, casi el triple de tiempo para las primeras. La funcionaria señaló:
Es tiempo de que los hombres se involucren en la organización del trabajo en casa, porque sólo dedican 14 horas semanales. Es muy desigual con las mujeres. No podemos cargarles la mano. Hay que redistribuir estas tareas entre hombres y mujeres.
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