Machiques de Perijá, un municipio venezolano devastado por la violencia y pieza clave para el tráfico internacional de drogas, es ahora el refugio del sangriento Cártel de Sinaloa, que opera bajo la mira complaciente del dictador Nicolás Maduro, según el vicepresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Pablo Guanipa.
La región ubicada a 872 kilómetros de la capital de Venezuela y 876 kilómetros de Colombia, reconfirma los lazos de los cárteles mexicanos con Sudamérica.
La fundación Insight Crime describió a la comunidad de San Felipe, en Machiques de Perijá (Zulia), como una de las rutas más codiciadas por los narcos de Ismael “El Mayo” Zambada, además de proyectarse como la nueva plataforma de narcotráfico hacia Estados Unidos.
El impacto de la presencia del Cártel de Sinaloa ha llegado a tal punto que el poblado de San Felipe fue rebautizado con el nombre de uno de los bastiones más importantes del narco en México: “Sinaloa”.
De acuerdo con el sitio especializado en seguridad nacional, los capos han cambiado la cotidianidad de la zona con la proliferación de lujosas camionetas, fiestas con narcocorridos, prostitución y otra serie de excentricidades.
En Machiques de Perijá, en los últimos tiempos la violencia se ha agudizado como nunca. Los habitantes que son obligados a adaptar pistas rudimentarias, que sirven para el aterrizaje y salida de las aeronaves cargadas con droga.
La organización criminal mexicana se ha convertido velozmente en un actor importante en el territorio venezolano. Se puede tener una idea de la penetración de la mafia depredadora en Venezuela, donde se detectaron por lo menos siete pistas de aterrizaje para avionetas del narcotráfico.
En julio del 2019, Infobae América documentó que los pobladores no sólo sufren los ataques del crimen organizado, sino también la extorsión de las autoridades, quienes los amenazan con meterlos presos, si no les pagan por haber permitido que construyan las pistas.
Los datos y cálculos de los que dispone la clase trabajadora de Zulia demuestran que el estado tiene cerca de 400 pistas para el aterrizaje y salida de narcoavionetas con destino a las Islas del Caribe y Centroamérica, que los mexicanos han adecuado con apoyo del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Para aterrizar o despegar de las pistas de Machiques de Perijá, Zulia, los emisarios del Cártel de Sinaloa pagan desde USD 40,000 hasta USD 60,000. Los hacendados que no estén dispuestos a cooperar con los narcos se arriesgan a ser incriminados por tráfico de drogas.
Además se han presentado casos de complicidad entre la Fuerza Aérea de Venezuela y el cártel mexicano. Gino Alfonso Garcés, antiguo capitán de dicho organismo, recibía sobornos de USD 500,000 por el paso de avionetas cargadas de droga.
Dicho suceso no es el primero que permite que los narcos mexicanos operen en Venezuela ante el silencio de las autoridades. En junio de 2019, Iris Varela confirmó la fuga de tres ciudadanos de nacionalidad mexicana que habían sido capturados por la comercialización de estupefacientes.
Los criminales contaron con el apoyo de logística interna y acceso de armas largas para su escape.
Venezuela viene cumpliendo un rol protagónico en el tráfico de drogas del Cártel de Sinaloa. Desde finales de los años noventa, la organización fundada por Joaquín “El Chapo” Guzmán, y el Cártel de los Soles —ligado a Nicolás Maduro— encontraron una ruta segura que les permite traficar drogas desde Colombia a Estados Unidos.
Los narcóticos se envían a la frontera con Venezuela de donde parten camino a Honduras y en ese país son transportados por el cártel de Sinaloa que se encarga de introducirla a México y posteriormente a la Unión Americana.
Durante el juicio a “El Chapo” en Estados Unidos, hubo una parte que confirmaba esta relación: la que se refiere a un hombre de origen dominicano llamado Antonio “Toño”, a quien el narco colombiano Alex Cifuentes-Villa recomendó para distribuir droga en los Estados Unidos.
Guzmán Loera pidió al dominicano conseguir un terreno en su país para construir una “rayita” (una pista de aterrizaje), para conectar los envíos de Venezuela a México.
La fiscal Gina Parlovecchio presentó audios sobre las pláticas entre “El Chapo” y “Toño”, quien tardaba en cumplir la petición del mexicano.
El narcotraficante mexicano se refería a un terreno para que llegaran “muebles”, en referencia a avionetas que irían a “Loco”. La fiscal cuestionó a Cifuentes a qué se refería Guzmán Loera en esa conversación, la respuesta fue que era la forma en que “El Chapo” hablaba de Venezuela, “por el Loco de Chávez”, (Hugo Chávez), aunque no quedó claro si había una relación con su gobierno.
Los expertos aseguran que gracias a la estructura del Cártel de Sinaloa, los negocios con la organización sudamericana continúan.
El 26 de marzo, el dictador venezolano, Nicolás Maduro y otros miembros destacados del régimen chavista como Diosdado Cabello Rondón, presidente de la ilegítima Asamblea Constituyente; Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia; Vladimir Padrino, ministro de Defensa; Hugo Carvajal Barrios, ex director de la inteligencia militar; el general retirado Cliver Alcalá Cordones, que reside en Colombia y Tareck El Aissami, ministro de Industria y Producción Nacional, fueron acusados por el gobierno de EEUU de inundar con cocaína las calles de ese país.
Asimismo, la incriminación señala que el finado presidente venezolano, Hugo Chávez, también formaba parte de la misma red criminal, aunque debido a su deceso no lo incluye entre los acusados.
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