El secretario de Hacienda de México, Arturo Herrera, dijo que el gobierno está “muy preocupado” por la degradación de la nota crediticia del país, pero aseguró que “es entendible” dada la crisis económica desatada por el coronavirus.
“En tanto a la degradación de las calificaciones estamos muy preocupados pero es entendible en el contexto”, dijo Herrera en una entrevista con la emisora local Radio Fórmula.
El miércoles, Fitch anunció una rebaja a la nota crediticia de México a "BBB-" desde "BBB", un escalón por encima del grado especulativo, argumentando que el choque económico del coronavirus llevará al país a una "severa recesión" en 2020.
A fines de marzo, S&P rebajó la calificación crediticia de México en moneda extranjera a largo plazo a “BBB” desde “BBB+”, y mantuvo su perspectiva negativa, ante un panorama de lento crecimiento, así como el deterioro en las finanzas de la petrolera estatal Pemex.
México se acerca a bono basura tras rebaja de nota de Fitch
Fitch Ratings Inc. degradó el miércoles la calificación crediticia de México a BBB-, el nivel más bajo dentro del grado de inversión, advirtiendo que el país sufrirá una “recesión severa” que aumentará la carga de deuda del país.
La firma de calificación dijo que la segunda economía más grande de América Latina probablemente se contraerá al menos 4% en 2020, arrastrada por la pandemia de coronavirus.
Mientras tanto, Fitch señaló que un clima empresarial en deterioro dificultará cualquier posible recuperación en el segundo semestre del año. Es probable que la deuda del gobierno como porcentaje del producto interno bruto aumente a casi 50%, el nivel más alto desde la década de 1980, según analistas de Fitch encabezados por Charles Sevilla.
En un comunicado señalaron que consolidar las finanzas públicas una vez que la crisis haya terminado y hacer que la relación deuda/PIB regrese a un camino sostenible será un desafío.
El peso mexicano, que ha caído 21% este año, extendió su descenso después de la rebaja.
México ha estado en una posición precaria desde la elección del presidente Andrés Manuel López Obrador, en julio de 2018. AMLO canceló un proyecto aeroportuario en Ciudad de México incluso antes de asumir el cargo, lo que sacudió los mercados y marcó el comienzo de un período de persistente incertidumbre que ha afectado a la economía del país. El PIB de la nación se contrajo el año pasado en medio de una deficiente inversión interna y las incertidumbres en el comercio mundial.
El coronavirus no ha hecho más que aumentar los problemas. El mes pasado, México perdió 130,500 empleos en el sector formal, lo que equivale a más de un tercio de los empleos creados en 2019. Fitch advirtió que “las proyecciones oficiales de México se basan en una cuarentena interna que dura hasta principios de mayo, pero esto puede extenderse o relajarse más gradualmente”.
Petróleos Mexicanos, la compañía petrolera más endeudada del mundo, ha ejercido más presión sobre la deuda soberana, especialmente después de la fuerte caída de los precios de los productos básicos.
El recorte de Fitch se produce tras una medida similar de S&P Global Ratings en marzo. La firma degradó su calificación crediticia en un nivel a BBB, también citando los impactos por la propagación del coronavirus y el desplome de los precios del petróleo.
La única de las principales calificadoras que resta es Moody’s Investors Service, que ahora es un caso atípico para México y que le asigna una calificación A3, cuatro niveles por encima del bono basura. Se espera que Moody’s rebaje la calificación del país junto con la de Pemex.
La estratega de BBVA con sede en Ciudad de México Claudia Ceja, dijo que esperaban una rebaja de Fitch y también de Moody’s, ya que no hubo reforma fiscal y no hay medidas para alentar la recuperación o disminuir la caída. En vista de los actuales precios del petróleo, era de esperarse, añadió.
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