Estados Unidos es a la fecha el país con más pacientes diagnosticados con coronavirus y más muertes, situación que pone en jaque a los más vulnerables, como es el caso de los jornaleros mexicanos, quienes viven hacinados y sin seguro médico.
Pese a la crisis del coronavirus que es latente en ese país, la cosecha de fresas, lechugas y una serie de verduras en los campos no parará, pues desde el pasado 18 de marzo la embajada de EEUU y consulados suspendieron la emisión de visas, pero no para los trabajadores temporales.
Sin duda, una buena noticia para los dueños de huertas, ya que el mes de abril es la temporada de siembra en Estados Unidos, decenas de trabajadores con visas para trabajo en el campo (H-2A), podrán cruzar la frontera desde México.
El Departamento de Estado amplió la cantidad de jornaleros agrícolas extranjeros, pues las solicitudes podrán realizarse sin una entrevista en persona, luego de que se suspendió el proceso de visado no esencial en México por el brote de COVID-19.
El costo de la cosecha
Los trabajadores agrícolas son una pieza importante tanto para las empresas, como para la población en general, pues ellos son quienes recogen los alimentos para llevarlos hasta las mesas de los estadounidenses.
De acuerdo con las investigaciones, los casos del coronavirus, que suman ya 639,664 infectados y 30,925 muertos a la fecha en el país, no han frenado la llegada de los migrantes mexicanos, pues su ausencia provocaría el desabasto en los supermercados.
Sin embargo, el costo de su trabajo podría ser alto. De acuerdo con historias recabadas por el Centro de Derechos del Migrante, más de la mitad de los jornaleros que llegaron a EEUU aseguraron que vivían en hogares “superpobladas” e insalubres.
El programa de visa H-2A obliga a las pequeñas y grandes empresas que dependen de las granjas a dar alojamiento a los trabajadores agrícolas, situación que pone en riesgo a los jornaleros en estos tiempos, pues viajan hacinados en los camiones para llegar a sus hogares temporales o a los campos.
Ante el brote de coronavirus en EEUU, trabajadores revelaron que se están tomando algunas medidas de protección para evitar la propagación del COVID-19, tales como: desinfectar frecuentemente los dormitorios o no llenar los autobuses que los conduce a las zonas de trabajo.
También toman la temperatura de los migrantes y tratan de instalar habitaciones de aislamiento.
Sin embargo, los jornaleros no cuentan con un seguro de salud en los Estados Unidos, por lo que enfermar no sería bueno para ellos. Además, los costos en los hospitales son muy elevados y se sumaría la incertidumbre al permanecer alejados de sus familiares.
También dejaría de trabajar inmediatamente, situación que pondría en riesgo la alimentación en EEUU y refleja la necesidad de contar con la labor de los jornaleros en sus campos.
A finales de marzo, la Coalición de la Fuerza Laboral Agrícola (conjunto de organismos comerciales), envió una carta al secretario de Estado, Mike Pompeo, donde afirmaron que una interrupción en el procesamiento de visas de trabajadores agrícolas causaría una interrupción significativa en el suministro de alimentos.
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