Este martes, falleció a los 54 años de un paro cardiaco Othón Cortez Vázquez, quien fue acusado de haber formado parte del complot en el homicidio del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio.
Othón murió por complicaciones de salud, ya que padecía diabetes, incluso el año pasado cayó en coma diabético. Era chofer de Colosio, y el 23 de marzo de 1994, lo acompañó en Lomas Taurinas, Tijuana, donde asesinaron al político priista.
En enero de 1995 fue detenido tras ser acusado por un supuesto testigo de ser uno de los asesinos de Colosio, por lo que permaneció recluido dos años en el penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, hoy el Altiplano, luego fue absuelto por un magistrado.
En ese entonces, Othón acusó a Pablo Chapa Bezanilla, quien era fiscal del caso Colosio, de someterlo a torturas para que se declarara culpable.
Cortez Vázquez fue injustamente detenido y torturado por la entonces Procuraduría General de la República, acusado de ser uno de los tiradores en el asesinato de Colosio. Gran parte de su enfermedad renal y diabetes se debe a esa detención y tortura previamente mencionadas.
Aracely Geraldo Núñez, diputada del Congreso de Baja California, dio a conocer la noticia de la muerte de Othón.
"Hoy se nos adelantó un gran hombre quien fue víctima de un sistema fallido, fue encarcelando injustamente por el caso Colosio, un hombre íntegro, lleno de bondad y amor por su familia y sus amigos, que fue el motor de su vida y que lo hizo luchar hasta el último instante de su vida porque le reconocieran su inocencia, le destrozaron la vida y su salud mermó", escribió la diputada estatal en su cuenta de Facebook.
Apenas en marzo del año pasado, cuando se cumplió el 25 aniversario del asesinato de Colosio, Cortez Vázquez anunció que interpondría una queja ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) por los actos de los que fue víctima durante su detención.
“No ha existido una disculpa, tengo 24 años desde que salí de prisión, que estoy peleando la reparación del daño, estoy peleando un perdón público, que se me haga justicia y se me pague lo que se me hizo”, declaró en una entrevista que concedió entonces a El Sol de Tijuana.
Cortez Vázquez vivía en Tijuana, Baja California, muy cerca de Lomas Taurinas, lugar que le cambió la vida por completo el 23 de marzo de 1994 cuando el entonces candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, fue asesinado.
Mario Aburto Martínez fue detenido como el principal responsable del homicidio, posteriormente Cortez fue señalado de ser el “segundo tirador” el caso.
Pablo Chapa Bezanilla, fiscal especial del caso Colosio, fue quien acusó a Othón Cortés de ser coautor material del asesinato de Colosio. Chapa Bezanilla sostenía su acusación contra Cortez Vázquez con el testimonio de tres testigos que afirmaron haberlo visto con un arma apuntando al costado izquierdo de Colosio, y uno de ellos incluso lo vio disparar.
Othón Cortez fue detenido casi un año después del asesinato de Colosio. Un juez lo absolvió desestimando las declaraciones de los testigos, quienes se desdijeron posteriormente.
Él no fue el único absuelto por el crimen contra Colosio, también lo fueron Fernando de la Sota Rodalléguez, Alejandro García Hinojosa y Javier Hernández Thomassiny, quienes se encontraban alrededor del priista al momento del asesinato.
Durante su encierro en el Altiplano, Cortez Vázquez fue torturado. En una entrevista con El Sol de México, dijo que le habían dislocado el hueso de la pelvis, le rompieron el oído, le metieron alfileres en las uñas, entre otras cosas. En consecuencia, quedó mal del riñón.
En esa entrevista, Othón Cortez Vázquez sostuvo que esos tres testigos habían sido comprados con 30 mil dólares para incriminarlo falsamente. En marzo del 2019, publicó un video en YouTube, en el que relataba, entre otras cosas, que perdió una demanda contra el Estado mexicano por la reparación del daño y, en consecuencia, ahora le debía 18 millones de pesos.
Laura Sánchez Ley, periodista que logró la desclasificación del expediente de Colosio, lamentó la muerte de Othón Cortez. “Las autoridades nunca repararon el daño y la tortura de cuando lo acusaron de ser el segundo tirador de Colosio. Imaginen: el testigo que lo acusó después dijo ´que lo soñó´ y realmente no lo había visto. Se fue sin justicia”, escribió Sánchez Ley en su cuenta de Twitter.
Pese a las falsas acusaciones, el Estado mexicano nunca aceptó la culpa ni reparó el daño contra Othón Cortés Vázquez. En distintas ocasiones, con todos los presidentes pidió la reparación del daño a su persona y hacia su familia, sin embargo, jamás se le hizo justicia.
Cortez creía en que el presidente actual, Andrés Manuel López Obrador le pediría perdón en nombre del gobierno mexicano por la detención, torturas y humillaciones de las que fue víctima.
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