A mediados de mayo se acumularían 55, 836 enfermos de COVID-19, lo cual representaría el mayor índice de contagios en México, según proyecciones de Roberto Gutiérrez Rodríguez y Marco Antonio Pérez, investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
De ser así, la cifra proyectada estaría a 50, 822 casos de distancia, pues el reporte más reciente de las autoridades sanitarias arroja 5, 014 contagios confirmados.
Los cálculos de los expertos también establecen que el límite de infectados en México sería de 6 millones 300 mil y 189 mil fallecidos. Mientras que en el planeta, los números ascenderían hasta 380 millones de contagiados y los decesos serían de un millón 140 mil personas.
En su estudio, Gutiérrez Rodríguez y Pérez Méndez estiman que después de ese punto álgido en el mes próximo, la tasa de crecimiento de casos en México tendría una evolución descendente.
"Para el día 200 (a mediados de agosto y 6.6 meses después de la primera transmisión, reportada el pasado 28 de febrero) el número total ascendería a 151, 774 y, después de ese punto, si las condiciones de sanidad y el medioambiente internacional lo permiten, dejaría de haber infectados”, indica una nota de la UAM.
Ante ese escenario, los académicos advirtieron que el sistema nacional de salud debe estar preparado.
“La principal preocupación es que los hospitales se saturen cuando lleguemos a la etapa de crecimiento elevado de la dispersión que está próxima de acuerdo con el modelo; que permite conocer cuántos individuos van a contraer el padecimiento en el corto y el mediano plazo (y) para que las instituciones preparen suficientes espacios de atención”, señaló el doctor Gutiérrez Rodríguez.
De ahí que igual es importante que la autoridad ofrezca datos fiables para afinar mejor las proyecciones y se puedan salvar vidas con base en preve las necesidades de la emergencia.
Para las proyecciones del ensayo “Modelando la difusión del COVID-19 en México”, los investigadores realizaron un análisis estadístico del registro que llevan hospitales públicos y privados de México sobre personas contagiadas con la pandemia.
El estudio abarca datos avalados por la Secretaría de Salud y contabilizados entre el 27 de febrero y el 6 de abril.
Gutiérrez Rodríguez, jefe del Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa, y Pérez Méndez, doctor en Estudios Sociales por la UAM, exponen un modelo sobre la posible trayectoria de una curva sigmoidea de tipo Gompertz; esto es, un patrón de expansión asemejada a una letra ese (S).
"(Usamos) econometría para valorar los parámetros, no sólo la velocidad de transmisión, sino también el desplazamiento de la curva", expresó el doctor Pérez Méndez.
“A partir de los datos históricos estimamos los valores de los parámetros y los aplicamos a la fórmula matemática del modelo Gompertz, observando que la trayectoria proyectada por el modelo era consistente con los resultados de otras naciones que vivieron el problema antes que nosotros, en especial asiáticas y europeas, así que, en la medida en que las autoridades proporcionen datos estadísticos fidedignos, podremos hacer cálculos que ayuden a salvar vidas”, agregó.
Los especialistas señalaron que si se usara el factor de expansión del Modelo Centinela, diseñado por la Secretaría de Salud con la influenza de 2006, habría que multiplicar por un escalar con valor de 8.3367 el número oficial reportado para conocer la suma verdadera de infectados.
En esa posibilidad, donde el total fuera válido para todos los estados, “las cantidades reales hasta el pasado 8 de abril no serían de 3, 181, sino de 26, 519. Pero usar dicha cifra modificaría todos los cálculos, por ejemplo, perdería sentido la tasa de letalidad –personas fallecidas sobre contagiadas– ya que bajaría de 5.47 a 0.66 por ciento y la lógica sería que, si los enfermos fueran multiplicados por un escalar, lo mismo se hiciera con los fallecidos, con lo cual se obtendría una pauta consistente con lo reportado hasta ahora por la dependencia federal”, explican los investigadores.
En otros números ofrecidos por los académicos observaron que 80 por ciento de la población se contagia sin desarrollar el padecimiento; 15 por ciento desarrolla síntomas y enferma; 5 por ciento requiere hospitalización y, de este último porcentaje, 3 por ciento fallece.
Por otra parte, los doctores reconocen que es difícil pronosticar un comportamiento a futuro de la enfermedad pues depende de varios factores. “Es un asunto que cae en los sistemas complejos: no es lineal y los valores de los parámetros cambian constantemente, incluida la tasa de letalidad”, refieren.
Los resultados de casos “dependen de la disciplina de la sociedad en cuanto a sana distancia, aseo constante de las manos, estornudo de etiqueta y reuniones con muy limitado número de personas”, entre otras medidas de prevención y condiciones de riesgo.
Otras variables para obtener un registro adecuado son: la infraestructura hospitalaria y las condiciones etarias, a mayor edad, mayor riesgo.
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