Son la primera línea de defensa contra la pandemia de COVID-19, pero en México, a diferencia de lo que ocurre en otros países, médicos y enfermeras han sido víctimas de hostigamiento y agresiones que se han vuelto tan comunes que las autoridades federales han tenido que pedir a la población que muestre un poco más de solidaridad y ponga fin a las amenazas al personal de la salud.
Luis Gerardo Ramos, enfermero de Tamaulipas, dio a conocer en su testimonio cómo fue víctima de un ataque con cloro:
“Hoy en la mañana [jueves 9 de abril] a las 8.00 de la mañana salí de mi casa para mi trabajo. Iba en mi auto con cubrebocas, guantes y paré en una tienda para hacer algunas compras. Cuando salía de la tienda una señora que llevaba una bolsa en el brazo me empieza a decir que nosotros el personal de salud estamos contaminando la ciudad de Reynosa, Tamaulipas. No le hice caso y cuando estoy abriendo la puerta de mi coche empezó a gritarme más fuerte. En ese momento siento que me avienta una botella de agua y se acerca hacia mi con otra botella de cloro y me la vacía en la cabeza. No pude ver quien era porque me cubrí la cara. Con los químicos del cloro sufrí irritaciones en la cara, el pecho, el abdomen, el cuello y la espalda. Denuncié ante el Ministerio Público. Por favor, no hagan caso a todo lo que leen en redes sociales, lean y escuchen lo que dice la Organización Mundial de la Salud. Por miedo voy a dejar de usar el uniforme en la calle, pero mi compromiso con la sociedad sigue en pie”, dijo al periódico El País.
Brenda Salomón, del Estado de México, contó la mala experiencia que tuvo con una camioneta del transporte público y unos sujetos que le escupieron desde un carro: “Los primeros días de la contingencia usaba el uniforme, pero ya no lo uso por miedo. Un día estaba esperando mi transporte y al hacer la parada hizo como que se detenía, pero al final cuando me vio, avanzó. También, una tarde que iba de regreso a mi casa, unos tipos en un auto me gritaron ‘traes el Covid’ y me escupieron”
Uno de los testimonios más alarmantes fue el de Sandra Alemán, una enfermera de la San Luis Potosí que acabó con contusiones y un dedo roto por culpa de una mujer que se le fue a las manos afuera de una tienda Oxxo:
“Trabajo en la guardia nocturna del Hospital General de Zona nº1 en San Luis Potosí. Hace una semana pasé a comprar un café al Oxxo y al salir unos niños desde una minivan estacionada junto a mi coche empezaron a tirarme refresco y gritar ‘tiene Covid’ cuando les dije que no hicieran eso, su madre salió molesta de la tienda porque llamé la atención a sus hijos. Le dije que educara a los niños y ella respondió que se estaban defendiendo de mí porque soy propensa a infectarles. Esa señora no sabe que cuando salgo de mi área de servicio nos bañamos, vestirnos con ropa de civil y rociamos con el germicida con el que se desinfectan los quirófanos. La mujer me da una bofetada y me agarra de mi uniforme. Yo meto las manos, nos tropezamos y caemos al suelo mientras me sigue golpeando. Me fracturé un dedo y me dañé un tendón de la mano derecha. Llegué con la ropa del trabajo rota, tengo contusiones en todo el cuerpo y golpes en la cara. Estoy de baja laboral 15 días porque no puedo trabajar así. Por favor, entiendan que todos tenemos miedo pero trabajamos con vocación para sacar el país adelante. No somos sus enemigos, somos los que estamos al frente de la batalla para servirlos y atenderlos, no somos un riesgo”, explicó.
El último testimonio es el de Ligia Kantun, una enfermera de Yucatán que hace poco estuvo en boca de todos los medios del país por la denuncia que hizo su hija en facebook. La mujer fue atacada por la espalda con café caliente cuando salía de su trabajo:
“Pasó un coche y me gritó ‘¡Infectada!’, desde la ventanilla un hombre me tiró un café muy caliente que me alcanzó la espalda. Intenté meter las manos debajo de la blusa para despegarla de la piel. ¿Sabe lo que más me duele? Más que el daño físico, el daño moral. La gente está psicótica por este virus. Ahora fue un café pero, ¿y si la próxima vez es una piedra? Siempre he portado mi uniforme con mucho orgullo soy enfermera quirúrgica en Mérida desde hace 40 años y ahora resulta que me tengo que esconder. Jamás me había pasado algo así. Esta es una de las ciudades más tranquilas de mi país y mire lo que me pasó”.
En México es común que médicos y enfermeras lleven el uniforme sanitario fuera del trabajo.
El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, pidió a la población que respete y proteja a médicos y enfermeras, sobretodo en esta situación: “Es indignante, insólito y alarmante que las personas canalicen el temor y el enojo hacia el personal que les protege”.
Las autoridades sanitarias de México informaron que la cifra de fallecidos debido al coronavirus asciende a 332, con un total de 5,014 casos confirmados hasta el momento.
Los estados que siguen a la cabeza con mayor número de contagios son la Ciudad de México con 1,437 infectados, el Estado de México con 558 y Baja California con 268.
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