Con el aumento de casos de contagio de COVID-19 en México, las autoridades sanitarias decidieron extender en primera instancia la Jornada Nacional de Sana Distancia en todo el país hasta el próximo 30 de abril; sin embargo, con la inminente entrada de la Fase 3 de la contingencia, se prolongará varias semanas, lo que implica restringir aún más la movilidad y frenar las actividades no esenciales para la población.
Esta parálisis laboral, y en muchos casos de pagos de sueldos, ha provocado una mayor dependencia con los créditos financieros.
De acuerdo con un sondeo realizado por la plataforma de productos financieros LendEDU, en Estados Unidos prácticamente el 70% de las personas que perdieron su empleo por la pandemia ya comienzan a asumir más deudas de lo previsto con sus tarjetas de crédito (tdc); mientras el 60% de quienes sufrieron un recorte de horas laborales e ingresos usa más crédito; incluso el 37% de quienes conservan su trabajo sin cambios también confesaron utilizar en algún momento sus plásticos.
Michael J. Graetz, analista de la Universidad de Columbia, señala que esta crisis podría llevar la deuda de los hogares a su punto más alto, y dos hechos preocupantes son que las personas carecen de ahorros para apoyarse, y muchos de ellos llegaron a sus topes de crédito en las tarjetas con intereses altos incluso antes del coronavirus.
Por su parte, Luis Madrigal, director de la plataforma de servicios financieros Coru.com, menciona que ante este panorama es necesario realizar un plan financiero urgente para los siguientes cuatro a seis meses.
Considera que probablemente tus ingresos serán inciertos a partir de este mes. Reorganiza tus gastos según las nuevas prioridades en crisis, y ten en cuenta qué deudas tienes. Si consideras que el escenario te será muy difícil de mantener, acércate a negociar opciones con tu banco
Si eres tarjetahabiente y te has dado cuenta que tus deudas con el banco son impagables, considera las siguientes alternativas para hacer frente al endeudamiento con los plásticos crediticios en esta crisis sanitaria.
Acceder al apoyo de los bancos ante la contingencia
Esta medida, lanzada desde la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) consiste en que los bancos podrán diferir o congelar pagos de capital hasta por cuatro meses, con posibilidad de extenderlo dos meses adicionales, respecto a la totalidad del monto exigible. No obstante, aplica siempre y cuando el crédito esté al día y vigente al 28 de febrero de 2020.
Cada banco establece condiciones particulares y fechas límite para inscribirse en este programa de apoyo, por lo que el cliente debe entrar en la página web de su banco y solicitar vía internet o telefónica el beneficio para suspender los pagos de la tarjeta de crédito por los siguientes meses, según ofrezca el banco.
PROS: Estos programas de apoyo en general implican exentar por ahora el pago mínimo, para mantener el historial crediticio sin afectaciones, y se dirige a los clientes que no pueden cubrirlo, pero lo que resta de la deuda que no se pagó, sigue y genera intereses. Es decir, no se cobrarán intereses moratorios por no pagar la tarjeta durante este periodo. En algunos casos, los bancos también ofrecen descuentos por pronto pago. Es una opción viable si prefieres tener la certeza de liquidez ahora, suspender temporalmente el pago de la tarjeta, pero controlas tu gasto para poder hacer frente a las cuotas una vez que termine el beneficio.
CONTRAS: los intereses ordinarios siguen corriendo para tarjetas de crédito, así que al finalizar el periodo de gracia, el pago se restablece normalmente, con los intereses ordinarios que tenga el plástico contratado.
Reestructuración de deuda
Es la forma más recomendada para liquidar una deuda, ya que mantiene una buena calificación en el historial crediticio.
En este método hay dos opciones: alargar el plazo para así disminuir el pago mensual, pero con una mayor tasa de interés, o bien, acortar el plazo disminuyendo la tasa de interés, aunque aumentando el pago mensual.
Esta elección de pago debe solicitarse en los primeros meses de endeudamiento, pues deja de ser una opción para los bancos si ya se lleva cinco meses o más con la falta de pago.
Consolidación de la deuda
Esto es agrupar todas las deudas en una sola; es decir, traspasar el saldo de varias tarjetas de crédito a un único plástico.
La gran ventaja de elegir esta opción es que la otras tarjetas quedan liquidadas y canceladas, por lo que las comisiones anuales (CAT) serán únicamente de la tarjeta en la que se concentraron las demás.
Para que esto resulte realmente beneficioso, se tiene que hacer con aquella la institución financiera que ofrezca el CAT y la tasa de interés más bajos. Hay que revisar cuál de los bancos con los que se tiene una tarjeta acepta esta opción. Solo considera que puede aumentar el monto mensual a cubrir cada mes, así que probablemente no es la opción más favorable para el deudor. Además, esta opción de pago sí deja huella en el historial crediticio, lo que puede ser contraproducente en un futuro.
Quita
Se trata de negociar una reducción considerable de la deuda con el banco, pero cuando todas las opciones se han agotado. Recurrir a este recurso es sinónimo de no volver a ser acreedor a un crédito en el futuro, o al menos no tan sencillamente, por la marca que queda en el historial crediticio.
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