Juan Ramón de la Fuente, embajador de México ante la ONU, narró su experiencia con el coronavirus: “Aunque estoy sano, tengo 68 años”

El académico dijo que el rumor, la alarma excesiva y el miedo infundado podían ser más tóxicos que el propio virus

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Juan Ramón de la Fuente, embajador de México ante la ONU y ex rector de la UNAM, compartió en una columna de opinión que él fue uno de los 4,661 mexicanos -de acuerdo con el último corte- que contrajeron Covid-19, la enfermedad originada en China que a día de hoy mantiene en cuarentena a casi todo el planeta.

El médico de profesión explicó que se sometió “a una cuarentena rigurosa”, y que a pesar de que la enfermedad tuvo efectos “benignos” y “prácticamente sin síntomas” en su cuerpo, aceptó que a sus 68 años estaba entre la población de riesgo.

En su colaboración para el periódico El Universal, titulada “El virus llegó para quedarse”, De la Fuente empezó hablando sobre los beneficios que le trajo el aislamiento a sus relaciones personales: “Trabajo a distancia y le he encontrado un enorme sentido a esta forma de seguir laboralmente activo. Escucho algo de música y puedo leer más. Me tranquiliza saber que mi familia y mis colaboradores están todos bien. Siempre guardamos sana distancia. Mi distancia de ellos ha sido física pero no social, estoy en constante comunicación con todos ellos. Menos aún me he distanciado afectivamente, al contrario, en todo caso ha habido una mayor cercanía.”

Comparecencia de Juan Ramón de
Comparecencia de Juan Ramón de la Fuente ante la ONU (Foto: Senado de la República)

El académico dijo que el rumor, la alarma excesiva y el miedo infundado podían ser más tóxicos que el propio virus, y puso como ejemplos los casos de agresiones a personal médico que han tenido lugar en los últimos días: “Si alguien se ha sentido angustiado estos días, no se preocupe, pienso que es apenas normal. Aceptemos que hay cierta incertidumbre, que esta puede generar temores fundados y que, por lo mismo, a todos conviene ser cautelosos. Pero ser cauteloso no significa ser catastrofista. El rumor, la alarma excesiva, el miedo infundado pueden ser más tóxicos que el virus mismo. Esos sí que pueden generar una angustia patológica y conductas irracionales, tales como atacar al personal de salud, que es el que más se arriesga para cuidarnos. Simplemente inadmisible”.

Sobre las pruebas rápidas, explicó que la “única que permite identificar el virus es la que se conoce como PCR” y aclaró que “no se hace en sangre sino en exudado nasofaríngeo”. Por lo tanto, continuó, “no tiene caso hacerlas sin ton ni son. Serán de gran utilidad, pero se requieren protocolos para que los resultados realmente nos ayuden a robustecer las políticas públicas en los próximos meses porque el virus no se va a ir”.

También criticó el enfoque que dan los medios a la pandemia y sus efectos en las redes sociales: “Creo que nunca antes se nos había dicho, varias veces al día, cuántas personas se están muriendo en cifras alarmantes. Lo que ha faltado es contexto, lo cual aumenta la sensación de peligro. Todos los medios, en todos los países, están contando muertos. Hasta ayer, más de 100 mil muertos y 1.7 millones de infectados. Habría que agregar que probablemente hay un subregistro en ambas cifras, y no necesariamente es que se oculten”.

Juan Ramón de la Fuente
Juan Ramón de la Fuente rindió protesta ante la ONU (Foto: Twitter/MaluMicher)

¿Por qué la obsesión por los números?", cuestionó el antiguo rector, “Algunos medios hacen tablas como si fueran medalleros olímpicos. Tantos sospechosos, tantos positivos, tantos hospitalizados y tantos muertos, por país. Las cifras no son comparables en un sentido estricto, porque no se han utilizado los mismos métodos de registro. No es una competencia, es una pandemia, muy grave, por cierto, y cada quien lidia con ella lo mejor que puede".

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