Los trabajadores del sector salud continúan su lucha contra el coronavirus en vísperas de alcanzar la etapa tres de contagios. Sin embargo, deben combatir también los prejuicios de la sociedad, pues en varios estados han registrado ataques violentos contra enfermeras, principalmente.
Ahora sucedió en Bahía de Banderas, Nayarit, donde habitantes del poblado Lo de Marcos amenazaron a una enfermera involucrada en el combate a la pandemia, hasta que finalmente abandonó su casa.
Mel Morado salió de su hogar la noche del miércoles 8 de abril, escoltada por sus vecinos, quienes la señalaron por supuestamente ser un foco de infección y un riesgo para la comunidad de San Francisco.
Fue en esta misma zona donde murió una paciente en fechas recientes, diagnosticada con una infección de coronavirus.
Morado aseguró que al llegar de su trabajo, fue retenida por un control de paso que montaron los vecinos del poblado, quienes pretenden evitar los contagios al prohibir o permitir el acceso de personas ajenas al territorio nayarita.
"Hoy temí por mi integridad al momento que me negaron el acceso al poblado donde actualmente vivo, Lo de Marcos. Se ha escuchado que las personas de los pueblos se encuentran haciendo cercos sanitarios para prohibir acceso a ‘turistas’, pero en este caso también se me negó, solo por ser personal de Salud”, reveló en las redes sociales.
Además, reportó que uno de sus vecinos amenazó con dejarla entrar a su casa, pero ya no dejarla salir, “sobre todo si es al hospital de San Pancho”. Estas mismas personas incluso se comprometieron a pagarle una renta en “San Francisco”, para que tuviera donde quedarse los próximos días.
También aseguró que pidieron a la gente presente que se mantuvieran alejados por lo menos dos metros de ella, pues la consideran un foco de infección.
La enfermera relató que pidió ayuda de unos agentes que se dieron cita en la zona del cerco sanitario establecido por la población. Al relatar su historia y sacar el celular para grabar lo acontecido, los oficiales le negaron su ayuda, además de “alzar la voz” cuando se referían a ella.
Mel Morado se dijo triste e impotente por los recientes actos de violencia contra el personal que trabaja para los hospitales públicos de todo el país y aseguró que debe ocultar su verdadera identidad o profesión a donde quiera que va.
“Me duele horrible, me da mucha impotencia e incluso me hicieron caer en las lágrimas por el hecho de saber que no podemos portar nuestro uniforme para llegar a nuestros centros de trabajo porque ya es motivo para que alguien nos agreda. Tenemos que irnos de civil y ahora ni si quiera puedo decir que soy personal de Salud, para que no me agredan o me prohíban el acceso a mi hogar. Lo único que hago es trabajar en el hospital por el bienestar del pueblo y pueblos aledaños que van y se tratan médicamente ahí. Yo no voy a ver si vienen de X pueblo o si es X persona, se les va a dar la atención y con las medidas que actualmente se tienen que tomar, a todos”, escribió en su reporte a través de Facebook.
La única razón por la que finalmente pudo entrar a su hogar, fue para sacar las cosas que necesita para vivir durante los días que aún nos quedan de cuarentena. Hasta la obligaron a ser escoltada por una mujer, quien le pidió salir a prisa.
"¿En esa situación cómo iba a quedarme tranquila en casa? ¿Cómo iba a pasar la noche sin pensar en que podrían agredirme? ¿Y ahora qué sigue? ¿A quién acudimos? ¿En quién nos refugiamos? ¿Cuándo van a entender que estamos solo para apoyarles, para curarles? No es justo“, finalizó la enfermera.
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