La reunión virtual que México sostuvo con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, se extendió por poco más de nueve horas, debido a que la secretaria de Energía, Rocío Nahle consultó en todo momento al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sobre las decisiones que habría de tomar en relación a los recortes de producción de crudo de 400 mdbpd (millones de barriles por día) que le solicitaban a México.
Justamente, la reunión guardaba el objetivo de reducir la producción de petróleo y evitar que bajara su precio para que, de frente a la emergencia por COVID-19, el precio del petróleo no continuara cayendo. Sin embargo, la negativa y dilación por parte del gobierno mexicano, se debió a que la solicitud de la OPEP contrasta con los objetivos de su administración en materia energética: México fue el único país que no estuvo de acuerdo y que, además se retiró de la reunión de los ministros de la Organización.
Rusia y Arabia Saudita son los países que tendrán los mayores recortes de producción de crudo, por lo que solicitaron que también que éstos se aplicaran y aumentaran en los demás países. Al principio existieron desacuerdos entre algunas naciones entre las que se encontraban Kazajistán, Brunéi y México; las dos primeras terminaron aceptando el acuerdo, México, no.
Ese fue el momento en que Nahle mantuvo esperando a los países entre cuatro y cinco horas en las que intentó convencer a los integrantes de que México no debía bajar su producción, bajo el argumento de que el país estaba buscando acelerar la refinación de sus propio petróleo. Tras casi un total de once horas de reunión, Nahle se retiró de la mesa de negociaciones, al no llegar a los acuerdos que buscaba.
Ante la falta de consenso, el ministro de energía de Arabia Saudita, señaló que si México no entraba a las negociaciones, los acuerdos no se darían. Tras la negativa, Nahle publicó un tweet en el que comentó que lo que México trató de negociar fue el reducir su producción a 100 mdbpd en los próximos dos meses, de 1 millón 781 mil barriles diarios que se producen actualmente a 1 millón 681 mil.
La postura de México ante la reciente reunión de la OPEP contrasta con las declaraciones de Arturo Herrera, secretario de Hacienda, pues ante la negativa previa de Rusia y Arabia Saudita de reducir su producción, él mismo se había propuesto como mediador a fin de tender puentes en el mercado petrolero.
En retrospectiva, el fin de semana pasado, AMLO declaró que, contrario a lo que otros países estaban acordando en relación a la reducción de la producción de petróleo para evitar que bajara su precio, México aumentaría su producción petrolera y de gasolina. Ello sin tomar en cuenta que criticó a los países que estaban más preocupados para llegar a un acuerdo a fin de que subiera el precio del petróleo, que por la crisis de COVID-19.
Ese mismo fin de semana declaró que, ante la caída de los precios del petróleo crudo, se aumentaría la producción de gasolinas en el país, por lo que se destinarían los 400 mdbpd adicionales con el objetivo de no malbaratar todo el petróleo de exportación y bajar la compra de combustibles en el extranjero.
Tras la retirada de México de la mesa de negociaciones, la reunión continuará el viernes 10 de abril bajo el marco de la junta de los integrantes del G-20, de quienes se espera que todos los países invitados y miembros de la OPEP lleguen a un acuerdo para reducir la producción de petróleo. A través de la Agencia de Noticias EFE se supo que sólo se llegará a un acuerdo si México acepta la reducción de los 400 mdbpd.
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