Ante el crecimiento de los casos de fallecimientos por Covid-19, la Secretaría de Salud (Ssa) decidió actualizar los protocolos en el manejo de cadáveres por esta causa y recomendó que los cuerpos deben ser cremados; no obstante, en caso de no poderse llevar a cabo este proceso puede optarse por la sepultura, aunque no se realizarían técnicas de conservación.
Por medio del documento Guía de manejo de cadáveres Covid-19 (SARS-CoV-2), la dependencia federal estableció que ante un fallecimiento por el nuevo coronavirus todo el personal público o privado debe acatar las normativas de bioseguridad en los procesos como el manejo, transportación y cuidados mortuorios.
De esta manera, es obligatorio aplicar el lavado de manos, además de usar guantes no estériles, bata impermeable con manga larga, cubrebocas quirúrgico y protección ocular. En el caso de que se requiera realizar una necropsia será indispensable la utilización de una mascarilla N95.
Durante el traslado a la morgue, las recomendaciones de la normativa permiten que se dé acceso a los familiares más cercanos, quienes deberán usar todas las protecciones mencionadas y no podrán tocar el cuerpo ni las superficies que podrían estar contaminadas. Posteriormente, el cadáver deberá ser introducido en una bolsa biodegradable resistente a la presión de los gases del cuerpo.
Este proceso debe realizarse en la misma habitación donde se encontraba la persona y después de que se haya llevado a cabo, la bolsa también debe ser desinfectada por el exterior con una solución de hipoclorito.
Dentro del área hospitalaria donde ocurrió el deceso, el personal de aseo debe realizar la limpieza y desinfección de toda la zona y elementos (cama, equipos de la cabecera, colchonetas, puertas, cerraduras, etc.) siguiendo la técnica del triple balde conforme a los lineamientos de prevención y control de infecciones
En el documento también se puntualiza que el personal de la Ssa debe respetar tanto al cadáver como a los seres queridos de la persona y “no se debe tolerar cualquier actitud que discrimine o estigmatice al fallecido, su familia, amigos o contactos por el diagnóstico”.
La dependencia federal ha recomendado que se lleve a cabo la cremación de los cuerpos, aunque también ha dicho que pueden llevarse a cabo los procesos más tradicionales como el entierro, el cual se daría “en las condiciones habituales”. Un punto que es de suma relevancia respecto a la cremación es que las cenizas podrán ser objeto de manipulación sin que supongan riesgo alguno.
En relación a la familia, cada uno de los integrantes podrá recibir el pésame por parte de sus seres queridos en casa, siempre y cuando no estén contagiados de coronavirus o tengan sospechas de estarlo. Ello no debe de implicar la gran concentración de personas en áreas pequeñas, además de asegurar la adecuada ventilación del área de recepción y se tomen en cuenta los lineamientos de la Jornada de Sana Distancia.
En caso de que se vele al cuerpo, no se aconseja que éste permanezca en el sitio más de cuatro horas y mientras suceda, el ataúd deberá permanecer cerrado y con menos de 20 personas a su alrededor, siempre y cuando se pueda asegurar la sana distancia.
Si un familiar muere en casa por Covid-19 o sospechen de una infección respiratoria no determinada deberán coordinarse con las autoridades forenses para que se le asignen el equipo correspondiente y desplazarse al domicilio. Se garantizará la documentación de las circunstancias del deceso, sus posibles causas, así como la respectiva toma de muestras y la remisión inmediata al Laboratorio de Vigilancia Epidemiológica.
Respecto a una muerte en el extranjero a razón del nuevo coronavirus, la familia deberá esperar las disposiciones de la ciudad donde se encontraba y puede recibir orientación y ayuda es la Dirección de Protección a Mexicanos en el Exterior, específicamente en la Dirección de Protección para Estados Unidos, Teléfono: +52 (55) 3686 5100, extensión 5880 http://www.sre.gob.mx/acerca/directorio/oficinas/dgpac.htm
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