Con el objetivo de combatir los contagios de Covid-19 se han llevado a cabo múltiples esfuerzos y medidas. Una de las más llamativas para la población que se ha visto en la necesidad de salir de sus casas son los túneles sanitizantes, los cuales también han generado polémica respecto a si en verdad funcionan para eliminar el nuevo coronavirus.
Estos objetos que se han instalado en espacios públicos se componen por nueve aspersores que se ubican en su interior, los cuales distribuyen un desinfectante nebulizador certificado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y, según sus adeptos, tienen la capacidad de desinfectar hasta 30 personas por minuto.
En este proceso, cada persona debe permanecer al interior del túnel de 20 a 30 segundos con las manos en alto, girar al interior, inclinarse y levantarse para así permitir que la mezcla sanitizante llegue a la mayoría de las partes del cuerpo.
Sin embargo, de acuerdo con el subsecretario de Pevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, no se recomienda el uso de este tipo de dispositivos, pues “hasta la fecha no existe evidencia sobre la eficacia para realizar una desinfección efectiva del virus SARS-Cov-2, causante del Covid-19”.
Y es que este tipo de técnicas basadas en la concentración del desinfectante resultan ineficientes para inactivar el virus en la población en general, pues, explicó el funcionario, están tecnológicamente diseñados para procesos de sanitización en entornos controlados. Es decir, que para hacer uso de ellos se deben tomar en cuenta diversos elementos como la estatura y peso de la persona.
Además, algo de suma relevancia es que el sujeto debe tener una protección física de las vías respiratorias (nariz y boca), así como los ojos, pues cabe la posibilidad de que se irriten estas zonas tan sólo con la solución sanitizante, lo cual incluso podría ocasionar ataques de asma o una neomonitis química.
En el caso de que una persona que haya contraído el nuevo coronavirus pasa por una de estas cabinas puede resultar contraproducente. “Conforme la persona respira, las partículas de virus se van a estar movilizando y si el tiempo de sanitización no es el técnicamente recomendado, tendríamos el efecto opuesto: riesgo de propagación del virus”, explicó el funcionario.
Por medio de un comunicado, la Secretaría de Salud destacó que este tipo de recursos “podrían causar una falsa sensación de seguridad de las personas y descuidar medidas básicas de prevención” como el lavado constante y consciente de manos y mantener el distanciamiento social.
Hasta el momento, estos túneles y cabinas se han instalado en diversas entidades de la República como Ciudad de México, Tamaulipas, Coahuila, Zacatecas, estado de México, Puebla, Veracruz e Hidalgo; no obstante, al adquirir este tipo de recursos “se está desperdiciando el dinero”, aseguró López-Gatell.
La dependencia federal no recomendó su uso hasta que se evalúe científicamente su efectividad, así como los riesgos y beneficios, pues por ahora únicamente son aptos para entornos en donde se cuenta con características específicas y no variables como las de un espacio público.
Estimaron más de 26,000 casos de Covid-19 en México
Durante la misma conferencia de prensa, el subsecretario dio una explicación más amplia del Modelo de Vigilancia Centinela, el cual es utilizado por las autoridades sanitarias en México para analizar el desarrollo de la pandemia de Covid-19 y dijo que a pesar de que existen 3,181 casos confirmados de la enfermedad, a nivel nacional se estiman cerca de 26,519 en realidad.
El modelo Centinela considera tanto a los casos que se han confirmados como los que no llegaron a consulta, puesto que "de lo que se ve, la epidemia es 8 veces más grande (...) Por eso, cuando teníamos 12 casos, fue suficiente para tomar la decisión de medidas de mitigación masivas (contra COVID-19)”.
Es decir, en lugar, de interrogar a los 127 millones de mexicanos, lo cual sería una tarea titánica y casi imposible, se toma una muestra de miles para hacer una inferencia estadística que permita calcular la dispersión potencial de la enfermedad.
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