Olvidado casi siempre. Desaparecido en el mapa. Choix, el pequeño municipio serrano de Sinaloa, vive entre la indiferencia del gobierno y los pistoleros.
En la región que tiene frontera con dos entidades “calientes”, Chihuahua y Sonora, recientemente dos grupos antagónicos se enfrentaron. El resultado fue de dos personas sin vida y una lesionada.
Además, en el punto de combate fueron aseguradas dos armas de fuego, así como siete unidades motrices, las cuales están a disposición de las autoridades.
Aunque la zona continúa bajo el resguardo de efectivos de la Defensa Nacional, Guardia Nacional, Policía Estatal y Municipal, los habitantes demuestran inquietud, pues aseguran que Adelmo Núñez Molina, alias “El Lemo, Lemu o El Señor”, leal a Rafael Caro Quintero, líder del Cártel de Sinaloa, es el responsable de los ríos de sangre en la ciudad, y hoy vive en la impunidad.
En 2012, “El Lemo” se convirtió en el enemigo número uno de Benito Portillo Torres, presunto operador del Cártel de Sinaloa, ejecutado tres años después.
Ambos lugartenientes se enfrentaron luego de que el Cártel de Sinaloa sufriera una fractura tras la separación de los hermanos Beltrán Leyva. Entonces Benito encarnizó una batalla por el control de las barrancas y montañas del Triángulo Dorado.
En 2012, se dio a conocer que el prófugo narcotraficante Rafael Caro Quintero se enclavó en la sierra de Choix para retomar sus actividades criminales y desde ahí disputarle a las células delictivas del Cártel de Sinaloa el control de la siembra y trasiego de marihuana.
El territorio de Chihuahua es utilizado como ruta de tráfico de droga que llega desde Sinaloa.
El Choix, cuya población se ha dedicado al sembradío de marihuana, ha padecido el hecho de que Estados Unidos legalizara la hierba, pues la producción ya no representa un ingreso suficiente para los campesinos.
Ahora, las personas prefieren trabajar como jornaleros en las plantaciones comerciales de arándano en el vecino municipio de El Fuerte.
Los enfrentamientos en la zona norte de Sinaloa se han convertido en un dolor de cabeza de las autoridades, quienes no tienen idea de cómo enfrentar a los criminales. Por ello, los habitantes exigieron que la Guardia Nacional tenga una base en Choix.
Paredones ha sido otro municipio asaltado por la violencia del Cártel de Sinaloa. Del sitio, que era un campo pesquero de postal, sus habitantes han huido de las viviendas, convirtiéndolo en un pueblo fantasma.
La región al igual que otros poblados, que incluso formaron grupos de autodefensas, se han quedado sin residentes que prefieren huir ante el miedo de ser asesinados o desaparecidos.
Según documentan los medios locales, al llegar al paredón el lugar se ve desolado, pues alrededor de 100 familias abandonaron sus casas. Los que se quedaron, la mayoría son adultos que tienen terror de denunciar por posibles represalias.
En la comunidad pueden transcurrir horas sin que se vean personas en las calles, las casas están abandonadas, algunas tienen letreros de venta, mientras que en las escuelas suspendieron clases porque quedan pocos niños.
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