Esta tarde representantes de la Asociación de Bancos de México (ABM), del Consejo Mexicano de Negocios (CMN), así como del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y de la Confederación de Cámaras se reunieron con Andrés Manuel López Obrador para presentarle el plan de apoyo para la iniciativa privada ante la emergencia por el COVID-19.
Carlos Salazar, presidente del CCE, Luis Niño de Rivera, presidente de la ABM, Francisco Cervantes de la Concamin y Antonio del Valle, presidente del CMN, fueron los industriales que se presentaron en Palacio Nacional tras las declaratorias de Ejecutivo de no permitir la condonación de impuestos ante el contexto que sufre el país.
A tan sólo un par de días de que AMLO presente un plan de acción que incluirá propuestas de salud, economía y empleo, los empresarios más icónicos del país decidieron apersonarse, ello luego de que el pasado miércoles 1 de abril durante la conferencia diaria del presidente, éste afirmó que no podía atender demandas relacionadas a la reducción de impuestos, pues de hacerlo, se perderían recursos para sostener a los programas sociales.
En contraste, integrantes del CCE, señalaron que la solicitud de la disminución del 5% del Impuesto Sobre la Renta (ISR) al Ejecutivo, también se acompaña de la petición de cobertura de pagos pendientes a proveedores que tiene el gobierno, además de la demanda de créditos de la Banca de Desarrollo y Entidades de Fomento para Pequeñas y Medianas Empresas (PyMES).
También fue el pasado martes 31 de marzo que el Consejo Coordinador Empresarial solicitó al Gobierno Federal el decreto fiscal que de oportunidad de aplazar la presentación de la declaración anual de impuestos, ello, a través de parcialidades. Dichas solicitudes también se dieron en función al llamado del Ejecutivo Federal de evitar el despedir personal durante el periodo de contingencia por Covid-19 y ante la falta de generación de actividades económicas derivada de la alerta mundial.
La solicitud por parte del empresariado mexicano se da también en un contexto en el que el mismo secretario de Hacienda, Arturo Herrera, declaró el pasado miércoles 1 de abril que el Producto Interno Bruto (PIB) para finanzas públicas podría caer hasta 3.9% durante 2020.
Durante dicha presentación, los nuevos pronósticos macroeconómicos para México no resultaron del nada alentadores para el año en curso, puesto que la economía podría alcanzar un estancamiento de 0.1% conforme a los precriterios generales de política económica para 2021, los cuales fueron enviados a la Cámara de Diputados.
Cuando el crecimiento económico apuntaba a una perspectiva de expansión de 1.5 a 2.5 %, un rango pesimista de 0.1% prevé un elevado nivel de incertidumbre de frente a un problema de salud pública complejo y agudizado por la emergencia sanitaria.
En relación a un pronóstico certero sobre la economía nacional, el contexto actual lo dificulta, pues conforme a la Secretaría de Hacienda y Crédito Públicos (SHCP), éste conlleva el mencionado nivel de incertidumbre que, a su vez, avalan las proyecciones de organismos internacionales, así como de analistas del sector privado.
Justamente los indicadores estimados sobre finanzas públicas que se publican cada 1 de abril por parte de la SHCP, resultan de gran relevancia en el diseño del presupuesto del año entrante, además de sumar un panorama de lo que queda del presente 2020. Hasta el momento, Hacienda calcula que el tipo de cambio promedio sea de 22 pesos por dólar, mientras que para el precio de la mezcla de crudo mexicana prevé los 24 dólares por barril y una inflación del 3.5 por ciento.
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