En relación a las posibles consecuencias que puede generar el aislamiento, como lo podría ser el estrés postraumático e incluso el miedo a la cercanía, entrevistamos a tres especialistas en materia de salud mental. La primera parte de esta triada de entrevistas corresponde a Lizbeth Gabriela García Vargas, Psicóloga clínica y psicoterapeuta en Astronauta emocional.
Desde la perspectiva de García Vargas, los efectos del coronavirus en el plano de la salud mental son a corto plazo, al ser situaciones que quedan fuera de las manos de la población en general y en los que se rompen rutinas de frente a la contingencia, como lo son los horarios de trabajo y las actividades a las que se está acostumbrado en la jornada diaria.
Lo anterior, conforme a García Vargas, genera ansiedad al estar en un solo punto al que no se está habituado a permanecer todo el tiempo, así como incertidumbre con base en lo que vaya a pasar en relación al virus (si se perderá el trabajo) o incluso, ante el peligro de ser contagiado, generando una sensación de incomodidad amplia.
En cuanto a los temas de estrés, cuando la rutina no está presente, ya sea porque no se puede ir al centro laboral o a la escuela, implica en algunos grupos sobredemanda de actividades, especialmente entre quienes tienen hijos o trabajos muy demandantes, generando con ello fatiga física, mental y emocional.
A largo plazo, el efecto psicosocial del coronavirus entre la población puede generar estigmatización social, como lo representó el caso de las enfermeras que fueron atacadas con cloro por miedo a contagios del COVID-19. Sobre el estrés postraumático, éste puede deberse de nueva cuenta a la incertidumbre y a la ansiedad que genera el nivel de alerta cuando las personas se exponen a la sobreinformación o no eligen bien sus fuentes de noticias, sobreactivando sus reacciones.
Éstas pueden presentarse como miedo a la cercanía o en una especie de visión de túnel que se enciende ante cierta información y conlleva a pensamientos irracionales, que deja como tarea trabajar con las emociones propias como lo puede ser el miedo y la frustración. A nivel general, el ser empático suma a la comunidad y la acerca, señaló la psicóloga Lizbeth Gabriela García.
Por ello, ante estigmas, la especialista subrayó que hay que aprender a diferenciar entre la realidad a través de espacios de información corroborada, aunque también destaca que los espacios de apertura a la diversión y a la relajación son importantes, pues generan dopamina, que es considerada como el centro del placer, al regular la motivación y el deseo que hace que repitamos conductas que nos dan beneficios y placer.
Para frenar la ansiedad, recomendó actividades concretas, un día a la vez y en medio del home office, a fin de que se lleve una rutina lo más parecida a la que se tenía y para ello:
- Asignar horarios
- Hacer ejercicio en casa
- Establecer objetivos a corto plazo
Resultan de gran impacto positivo, además de evitar el sesgo de pensamientos; igualmente el estar en contacto con familiares, pareja o amigos cercanos, ayudará a aliviar la sensación de aislamiento. Finalmente García Vargas aconsejó la validación de sentimientos ante una contingencia como la que se vive actualmente: permitirse sentir ansiedad, sentirse normales o hasta frustrados, pues representa un primer paso para avanzar y promover el autocuidado y bienestar.
*Lizbeth Gabriela García Vargas, Psicóloga clínica y psicoterapeuta en Astronauta emocional, que es un centro psicoterapéutico integrado por varios psicólogos que ofrecen servicios de psicoterapia presencial y a distancia (online) y se encuentran en Liverpool 89 cerca de Reforma. Contacto: hola@astronautaemocional.com / 56 11 70 65 39.
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