Cuál es “la última oportunidad” de México para contener al coronavirus una vez iniciada la emergencia sanitaria

La famosa estrategia de distanciamiento social permite “aplanar la curva” al “aislar y contener” los contagios

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People walk through a disinfection
People walk through a disinfection chamber installed on a sidewalk as part of the measures against the spreading of the coronavirus disease (COVID-19), in Escobedo, on the outskirts of Monterrey, Mexico March 29, 2020. REUTERS/Daniel Becerril

“Quedate en casa, quédate en casa, quédate en casa (...) es la única manera de evitar la propagación”, fue el enérgico llamado del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell, el pasado 28 de marzo. Al día siguiente aseguró que era "la última oportunidad para controlar el virus. Posteriormente, el Consejo de Salubridad decretó que el país se encuentra en emergencia sanitaria por causas de fuerza mayor y extendió el periodo de aislamiento social (aún voluntario) 30 días.

Grandes estrellas y figuras públicas alrededor del mundo han hecho llamados masivos por medio de las campañas “Quédate en casa” para evitar la propagación del virus, pero ¿en qué consiste esta estrategia? ¿hace más corta la epidemia o inhibe los contagios?

La respuesta es no.

En la provincia de Hubei, China, donde se descubrió el virus SARSCoV2 (COVID-19), a principios de enero del 2020, la propagación sin barreras o medidas restrictivas generó un aumento de los 600 hasta los 81 mil 470 contagios en el punto más alto de la curva epidémica, con más de 3 mil muertos en solo tres meses. El preludio de una crisis sanitaria que paralizaría al mundo entero y confinaría a buena cantidad de la población en sus hogares para distanciarse de la sociedad y controlar el virus.

Administración del riesgo: Aplanar la curva, aislar y contener

Una medida que funcionó para
Una medida que funcionó para controlar la propagación del virus en China fue el asilamiento (Foto: Shutterstock)

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la enfermedad (COVID-19) puede propagarse de persona a persona a través de las gotículas procedentes de la nariz o la boca que salen despedidas cuando una persona infectada tose o exhala” y estas pueden quedarse en objetos y superficies, donde otras personas pueden tocarlas.

En México, lo que se pretende es “aplanar la curva de contagios”. Esto no quiere decir que el país puede evitar pasar por todas las fases de la epidemia. López-Gatell dijo el pasado 30 de marzo que:

La gran diferencia es que con las medidas de la sana distancia, en cuatro semanas, en lugar de tener una curva inmensa que nos supere, vamos a tener una curva epidémica que permita atender a las personas más enfermas

A lo que se refiere es a evitar lo que está sucediendo en otros países, donde el número de enfermos se dispara a niveles que rebasan la capacidad sistema de salud en tan solo días o semanas y, como las personas no se recuperan a la misma velocidad que incrementan los contagios, no hay espacio, insumos o médicos suficientes para cubrir esa cantidad de casos que requieren hospitalización. Se colapsa el sistema y se vuelve más complicado controlar el coronavirus.

Al implementar el aislamiento antes del aumento inminente de contagios, lo que se logra es: en primer lugar, “volver la epidemia más larga, pero más controlada”, como dijo López-Gatell. y moderar el número de contagios, o mejor dicho, “contener” el pico de la curva.

(Imagen: Twitter/@liondargent16)
(Imagen: Twitter/@liondargent16)

Cuando China se aisló totalmente del resto del mundo, comenzó a trabajar con los contagios y enfermos que se encontraban dentro de los límites de su cuarentena. Confinó a la gente sana en sus hogares para evitar que se propagara aún más y de esa forma logro que la curva comenzara a descender.

Con esa experiencia, los chinos recomendaron a aquellos países donde comenzaba el brote que implementaran medidas preventivas como el aislamiento voluntario. Sin embargo, mucha gente seguía saliendo a la calle. ¿El resultado? Italia, España y Estados Unidos se volvieron, en ese orden, epicentros de la epidemia superando a China con cifras escalofriantes tanto de muertos como de enfermos.

México, un país desigual

En el cuarto trimestre de
En el cuarto trimestre de 2019, el Inegi dio a conocer que 56 de cada 100 personas tiene un empleo informal en México (Foto: Cuartoscuro)

Sin bien, esta medida no termina con la pandemia, si vuelve más lenta la expansión del virus y genera un menor número de muertes y enfermos. Pero en México existe la informalidad laboral por lo que mucha gente no pude dejar de salir a las calles. Durante el cuarto trimestre de 2019, un 56.2% de la población se encontraba bajo estas condiciones, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

La Jornada de Sana Distancia tiene como objetivo implementar medidas que puedan prevenir un descontrol de la enfermedad. López-Gatell dijo que aunque no hay evidencia de que esto detenga la extensión de virus, si hay pruebas favorables del aislamiento.

Los contagios se retrasarían y permitirían al Gobierno administrar el riesgo

México entró en emergencia sanitaria, pero, de acuerdo con las autoridades, se tiene una “última oportunidad” de mantener los casos en un nivel que permita al sistema de salud enfrentarlo. Es por eso que el llamado a quedarse en casa se ha vuelto general. Sin embargo, es utópico, pues 56 de cada 100 personas se verán obligadas a salir a trabajar en la informalidad para poder vivir día con día.

La gente no dejará de salir por cosas básicas o para poder sobrevivir. Por eso, en México y en todos los demás países comenzaron a cerrarse lugares publicos de congregación social, obligando a la gente que asiste a plazas, cines, teatros, iglesias, etc. a mantenerse en casa, porque “la última oportunidad” de México viene acompañada de los miles de mexicanos que en medio de la pandemia tienen que salir a trabajar para sobrevivir también a la precariedad.

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