Pemex reportó que el precio de la mezcla mexicana de exportación cerró con una caída de 20.29% respecto a la anterior, ahora se vende a 10.37 dólares por barril.
Esto quiere decir que la producción de Petróleos Mexicanos cotiza 2.64 dólares menos que el viernes 28 de marzo, cuando cerró con un costo de 13.01 dpb.
Este resultado es producto de la baja en la demanda del oro negro, pues tras la pandemia desatada por el COVID-19, China, el país que más petróleo compra, bajó su producción manufacturera, y con ello, también redujo la demanda del hidrocarburo.
El riesgo latente de una recesión económica se incrementa si los países productores de petróleo no bajan su producción, pues al tener poca demanda ante las reservas puestas en venta por Arabia Saudita, los costos mundiales de todas las mezclas continuarán en picada.
Este descenso no es sólo problema de México. Los costos que dan referencia a la cotización del barril están cuesta abajo. Por ejemplo, el Brent se desplomó a su pero costo en los últimos 18 años y el West Texas Intermediate (WTI) arañó los 20 dólares por barril.
El fenómeno petrolero es algo nunca antes visto, pues si bien a lo largo de la historia mundial ya habían habido guerras de precios entre los países integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la crisis desatada por el COVID-19 en el mundo acentúa la baja de los precios.
Para entender mejor este momento histórico se debe de entender el problema que originó Rusia. Pues desde febrero, el país al norte de Asia incrementó su producción petrolera, acto que fue criticado por la OPEP y sus integrantes. En respuesta al incremento productivo ruso, Arabia Saudita sacó a la venta gran cantidad de sus reservas para combatir la sobre producción no calculada a nivel global. Esto significa que en el mundo hay una cantidad sobreofertada de petróleo.
Por el otro lado, la presencia del coronavirus en el mundo paralizó la industria mundial, en especial la de China, país que más consume petróleo y donde inició la pandemia. Esto se traduce en una menor demanda del hidrocarburo.
Ahora, entendiendo que el costo del petróleo lo rige la ley de la oferta y la demanda, se debe de entender que actualmente, hay un exceso en la oferta de petróleo por la guerra Rusia-Arabia y que ante la parálisis de la industria, hay una baja demanda, lo cual se traduce en una de las peores crisis petroleras en la historia moderna del mundo.
En tan solo un fin de semana, el referencial internacional Brent perdió 2.17 dólares, o un 8.7%, a 22.76 dólares el barril, hecho que no se veía desde noviembre del 2002.
Mientras que el WTI pasó algo similar, pues cayó 1.42 dólares, o un 6.6%, a 20.09 dólares, su peor cierre desde febrero de 2002.
Estas condiciones mundiales resultan demasiado dañinas para la economía mexicana, pues Pemex es uno de los referentes de aportación al Producto Interno Bruto (PIB) con un promedio anual del 10 por ciento. También se deben de tomar en cuenta las políticas económicas de la gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien busca a toda costa rescatar la petrolera mexicana y ha invertido buena parte del erario nacional en la creación de una nueva refinería en Tabasco, así como la optimización de las otras procesadoras de hidrocarburo en el país; sin embargo, cabe mencionar que distintos analistas han criticado esto, pues vulnera la economía nacional al apostarle el crecimiento económico de México a un solo sector.
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