La agencia de calificación de riesgo de EEUU, Standard and Poor´s (S&P), rebajó el jueves 26 de marzo la nota soberana de México de BBB+ a BBB en la escala crediticia. Ello, conforme a la misma agencia significa que presenta parámetros de protección adecuados, aunque es más probable que condiciones económicas adversas o cambios coyunturales conduzcan al debilitamiento de la capacidad del emisor (en este caso México), para cumplir con sus compromisos financieros sobre la obligación.
En relación a la nota previa, BBB+, ésta equivalía a “A-1”, que señalaba que también era una calificación baja y ligeramente más susceptible a los efectos adversos derivados de cambios en las circunstancias y condiciones económicas que las obligaciones con calificaciones en categorías altas.
Por ello, se afirma que S&P mantuvo la perspectiva negativa, además de señalar a través de dicha evaluación que existen riesgos de que haya otra baja en la escala crediticia a lo largo de los siguientes 12 a 14 meses. Gran parte del impacto negativo previsto por la calificadora, se debe a los efectos que ha tenido el coronavirus sobre uno de sus principales socios comerciales, EEUU, aunado a la caída internacional de los precios del petróleo.
El acotado choque económico señalado por la calificadora provocó que el peso retrocediera ante el dólar al pasar de los 22.84 pesos a los 23.22 a los pocos minutos del anuncio; sin embargo, la nota crediticia mantiene una perspectiva negativa ante el futuro del país de frente a la crisis originada por el COVID-19, choque que tendría un impacto en la dinámica de crecimiento relativo al periodo 2020 a 2023.
Igualmente, la calificadora acotó que, aunque estos imprevistos son temporales, empeoran el frágil crecimiento que se vislumbra para México a lo largo de los 3 años que vienen, generando desconfianza por parte del sector privado y la poca apuesta en materia de inversiones que conlleva.
S&P acertó en comentar que una calificación “BBB” se posiciona en el escalón número nueve de su metodología, es decir, a tan sólo dos niveles de las notas consideradas como especulativas. Ante tal panorama, el que continúen ejecutándose políticas irregulares o poco efectivas por parte del gobierno mexicano, podrían considerarse dentro de las condiciones económicas adversas o cambios coyunturales que conduzcan al debilitamiento para cumplir con compromisos financieros adquiridos.
En lo relativo a Petróleos Mexicanos (PEMEX), la calificadora señaló que su perfil financiero continúa a la baja y que tal hecho se ha dado a lo largo de los últimos cinco años, hecho que se enfatizó con la caída de los precios del petróleo que la hizo aún más vulnerable.
El debilitamiento de las finanzas públicas, que se enfrenta ante un débil balance entre el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), la rigidez del gasto y la abrumadora presión sobre PEMEX, deterioran la meta y dinámica de crecimiento proyectado para 2020-2023, reflejándose en una menor confianza en el sector privado y en el correspondiente a las inversiones. La dependencia de Petróleos Mexicanos sobre la inversión del gobierno es otro de los factores que se consideran de riesgo en las calificaciones.
Finalmente Standard and Poor´s indicó que México vivirá un segundo año de contracción económica, con una caída del PIB de entre 2 y 2.5% para 2020, aunque prevee un repunte de 2% para 2021 y otro de 1.8% tanto para 2022 como para 2023.
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