Recluidos en un hostal, 22 mexicanos sobreviven en Perú ante el cierre de fronteras por la pandemia de coronavirus, enfermedad que azota al mundo. Mientras tanto, esperan que el gobierno mexicano pueda llevarlos de regreso a su tierra.
De acuerdo con la embajada de México en Perú, el gobierno ha repatriado a 795 mexicanos ubicados en el país sudamericano, que estaban “varados” por el brote de COVID-19. Sin embargo, aún faltan varias personas que no han podido volver.
Entre ellos están la 22 mexicanos que se encuentran en un hostal en la ciudad de Lima, la capital peruana. Por esta situación, dos estudiantes de la Universidad de Sonora (Unison) publicaron un video que circuló en redes sociales, en el que hablaron de su situación.
Y es que desde hace más de una semana, el gobierno de Perú decidió cerrar sus fronteras, por lo que los vuelos comerciales están suspendidos y sólo operan vuelos humanitarios. Además, desde las 21:00 horas (tiempo local) comienza el toque de queda.
Desesperados, Vladimir Figueroa y Rafael Corella, estudiantes de la carrera de Geología que se encuentran en el hostal, exigieron a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) que los regresen a México o que los ayuden a sobrevivir en ese país. Además, señalaron que la embajada mexicana en territorio incaico les ha dado un trato indigno frente a la contingencia por el coronavirus.
“Somos estudiantes de la Universidad de Sonora, nos encontramos aquí en esta situación tan penosa de exigirle a la SRE que nos mande un avión, urge, estamos en situaciones muy críticas”, expresó Vladimir en el video.
Además, denunció que el lugar donde los hospedó la embajada es “un barrio de los más peligrosos en Lima, Perú”. “Solamente vinieron y nos abandonaron en este hotel, solamente nos traen una comida por día y a la hora que les da su gana, ya sea a las ocho de la mañana o a las seis de la tarde, y nos traen una sola comida”, refirió.
Infobae México se contactó con Rafael Corella este jueves. En entrevista telefónica, el estudiante señaló que viajaron a Lima desde el 10 de marzo, cuando la pandemia ya se había diseminado por varias partes del mundo, por un intercambio con la Universidad Nacional de Ingeniería.
"No se nos notificó nada de la pandemia o si se iba a cancelar el intercambio. Ya cuando estábamos aquí (en Perú) nos dijeron que las clases se iban a suspender hasta el 30 de marzo y mientras estén en cuarentena”, recordó.
Fue cuando nos enteramos que entró el estado de emergencia y queríamos regresar
Comentó que intentaron regresar a México con la aerolínea que los llevó a Lima, pero tuvieron un trámite engorroso y no lograron conseguir un boleto de vuelta. “La agencia de vuelo, que era Aeroméxico, tenía que aceptar el cambio. Llamamos, pero era una llamada de tres horas y nos dijeron que teníamos que ir en persona. Luego fuimos en persona y que no, que teníamos que ir con nuestra agencia de viaje y no se podía hacer nada”, lamentó.
Corella mencionó que el gobierno de Perú les dijo que las fronteras estaban cerradas, pero los vuelos humanitarios sí estaban aprobados. “Había vuelos humanitarios, que no eran tan humanitarios, porque tenían un costo de mil dólares”, aseguró.
Sin poder regresar, se encomendaron a la embajada de México en Perú. No obstante, el trato que recibieron no fue el que ellos esperaban, ya que han recibido maltratos de las autoridades mexicanas.
“Somos un grupo de 22 personas que fuimos a protestar a la embajada. Éramos más, pero con el toque de queda muchas personas se fueron. Nosotros nos quedamos ahí, pero la misma embajada llamó a los policías para asustarnos y que nos fuéramos”, afirmó.
Apuntó que la embajada los mandó a un hostal en una zona insegura y con condiciones difíciles para vivir. “Hace calor y no tiene un ventilador o un abanico. No se puede salir a la calle porque es un barrio muy peligroso. También sólo nos han proporcionado comida una vez al día y nos dan seis soles, que son 37 pesos mexicanos, para desayunar, comer y cenar para cada uno”, manifestó.
“Aquí en el hostal no tenemos permitido salir a la calle. Sólo mandamos dos o tres personas para que vayan por comida. Igual, cuando llegan, cuidar que se limpien, se bañen y se laven las manos”, declaró. Además, aseguró que ninguno de los 22 mexicanos ha presentado los síntomas del coronavirus.
El universitario señaló que este miércoles recibieron un paquete de la embajada con algunos suministros, pero son limitados para los 22 connacionales que se ubican en el hostal. “El día de ayer nos trajeron papel, shampoo y ciertas medicinas como paracetamol, tres galones de agua y nada de comida. Nosotros de qué onda, ¿nada más esto?”, indicó.
Para subsistir, los 22 mexicanos juntan su dinero para comprar víveres. “Ya, entre las 22 personas que estamos aquí, a muchos se nos agotaron los recursos. Entre todos hacemos una ‘vaquita’, cómo se dice, para que, con lo poquito que tengamos, comprar comida y gastar la menor cantidad para racionar”, explicó.
Tampoco tienen gran ayuda de la Unison. Corella comentó que este martes la Universidad se acercó a ellos para buscar una solución y repatriarlos. “La Universidad se contactó con nosotros y nos pidió el teléfono de nuestros papás para hacer una carta y mediante un representante de la Unison ir a la SRE", detalló.
“El día de ayer (este miércoles) fueron a dejar la carta, iban a hacer presión para que se solicitara con más rapidez el vuelo humanitario, que es lo que nosotros estamos esperando”, expresó.
Nosotros estamos esperando que el gobierno de México mande ayuda
Hasta este jueves, la administración de Andrés Manuel López Obrador ha conseguido traer de vuelta a más de 6,000 mexicanos, de acuerdo con un comunicado de la Cancillería. Además, señaló que “continuarán brindando asistencia y protección consular, en el marco de las disposiciones aplicables en cada localidad”.
También, este jueves, la embajada de México en Perú comentó en sus redes sociales que el gobierno de aquel país ha autorizado nuevas operaciones aéreas. Una será el viernes 27 de marzo (personas vulnerables y familias con menores) y dos el sábado 28 de marzo.
Infobae México intentó contactarse con la SRE y la embajada mexicana en Perú para conocer su versión de las malas condiciones que denunciaron estos mexicanos, pero no obtuvo respuesta. Asimismo, buscó contactarse con la Universidades involucradas, obteniendo los mismos resultados.
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