La emergencia sanitaria por la irrupción del coronavirus en el mundo ha impactado de manera sorpresiva a los gobiernos, las economías y la forma de vivir de las sociedades. En México, a pesar del retraso de la llegada y crecimiento de casos confirmados, no es la excepción.
Y, a pesar de que el país entró apenas esta semana en la fase 2 de la pandemia, en la cual los contagios locales se imponen a los importados, se espera que las medidas de mitigación y de prevención posibiliten una “epidemia larga” que podría durar incluso hasta octubre, donde agosto sería el mes más duro.
Hasta ahora, el país ha confirmado 475 casos de coronavirus en territorio nacional, así como siete decesos, más el de un mexicano que murió en Perú. El número de casos sospechosos se ha disparado: actualmente hay 1,656, mientras que existen 2,445 casos negativos en el país.
Ante este panorama, los mexicanos ya están notando el golpe de dichas medidas, que consisten sobre todo en el aislamiento, confinación y distancia de las personas, lo que ha provocado el cierre de las escuelas a nivel nacional y la posibilidad de trabajo remoto en algunas empresas, sobre todo en el Valle de México.
Una de las medidas más notables es la de las encuestas. La popularidad del presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, que en sus primeros meses en el gobierno gozó de una aprobación inédita para la región, ha presentado caídas importantes.
La caída se asemeja a la que sufrió el mandatario a finales de octubre y principios de noviembre de 2019, días después del llamado “Culiacanazo”, la jornada en la que fuerzas federales detuvieron a Ovidio Guzmán, hijo del prominente narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, y quien posteriormente fue liberado para evitar la pérdida de vidas, sobre todo civiles, en lo que hubiera desembocado un enfrentamiento directo con los miembros del Cártel de Sinaloa.
De acuerdo con el doctor en ciencias políticas por la The New School for Social Research de Nueva York, Gustavo López Montiel, el efecto que tendrá el coronavirus sobre la aceptación presidencial “será más profundo” que lo ocurrido en la capital de Sinaloa.
El ‘Culiacanazo’ importa, pero no para una buena parte de la población, que lo compensaba con otras cosdas, como los programas sociales. En este caso es la salud de las personas
El experto señaló a Infobae México que esta situación, de la que ningún mexicano es ajeno, “ha comenzado a pegar en una buena parte de la base de apoyo del presidente”. Quizá por ello, advirtió, el cambio de tono en los últimos días.
Y es que López Obrador, desafiando a sus propias autoridades sanitarias, ha realizado giras los últimos fines de semana donde interactúa físicamente muy cerca de las personas con besos, abrazos y saludos de mano. Sin embargo, ahora su discurso en ese sentido se ha moderado.
“Podríamos tomar el caso de Estados Unidos: (Donald) Trump mantuvo una posición similar al presidente cuando se dio el inicio del problema, pero cuando explotó el tema en Nueva York, cambió radicalmente de posición y comenzó a generar otra estrategia de comunicación ”, explicó López Montiel.
“Pero Trump ya adivirtió que quiere que la economía ‘abra’ para la semana de Pascua (12 de abril), y lo hace con un objetivo similar al que puede tener López Obrador cuando recuerda el tema económico: en un contexto de elecciones, la culpa siempre es del presidente”, añadió.
Para el profesor del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), el objetivo de López Obrador es no permitir que la economía caiga, porque significaría perder aún más apoyos. “El hecho de que el PIB (Producto Interno Bruto) caiga sí impacta, pero no alcanza a permear tanto como la salud”, indicó.
Si a eso se le suma el tema económico, la combinación puede ser muy dura. “Cuando las pequeñas y medianas empresas (Pymes) dejen de vender y la gente tenga que ser suspendida o despedida, eso generará un descontento mayor”, explicó.
Además, hay un problema adicional para el mandatario mexicano, de acuerdo con el politólogo. “A final de cuentas, el objetivo es evitar un impacto mayor de la economía que lo obligue a generar políticas que él mismo criticaba en el pasado”, dijo.
Tiempos electorales
A pesar de que a 2020 le quedan todavía más de tres cuartas partes para su final y la extensión de la contingencia sanitaria por el COVID-19 es una incógnita, nunca es demasiado pronto para pensar en lo que viene. Y es que en 2021 se llevarán a cabo las elecciones intermedias en el país.
Además, este año la dirigencia de Morena, el partido de López Obrador y que concentra la mayoría en las dos Cámaras del Congreso, deberá renovar a sus dirigentes en un proceso que se ha empantanado y donde las autoridades electorales han tenido que intervenir en varias ocasiones durante los últimos meses.
Dichas elecciones internas serán claves, indicó el López Montiel. “Quien controla al partido controla las candidaturas”, expresó. Pero, además, la organización fundada por el actual presidente mexicano enfrentará un problema de “desalineamiento” en las preferencias.
Si López Obrador no se puede montar en la elección, impactará a las preferencias de los votantes con respecto a Morena
Por ello, una estrategia posible sería la de la revocación de mandato, que incluyera a López Obrador directamente en los comicios como fuerza unificadora. “Si no hace campaña con Morena, la votación con respecto a 2018, cuando triunfó, será muy distinta. Tiene que hacerlo para mantener sus mayorías en el Congreso”, adelantó.
En su favor es que, hasta ahora, “no ha surgido todavía una fuerza política capaz de competir contra Morena”. “Lo más probable es que, en las condiciones actuales, el voto se pulverice entre los partidos de oposición actuales”, precisó el experto.
“Estos tendrán que unirse para venderles caro su voto y apoyo a Morena”, finalizó. Pero, mientras la crisis del coronavirus se mantenga como el principal tema en el país, del cual derivarán el resto, como economía y salud, eso estará por verse.
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