El 16 de marzo, la Secretaría de Salud de Guerrero dio a conocer el segundo caso de Covid-19 en el estado. Se trataba de una mujer joven procedente de España, donde había estado estudiando, explicó el titular de la dependencia, Carlos de la Peña Pintos. Estos datos eran los de "D", originaria de Chilpancingo, quien cuatro horas después de ese anuncio recibió la visita de un médico en su casa para confirmarle el diagnóstico.
Después de tener conocimiento de su padecimiento, relató la joven que decidió mantener su identidad en el anonimato en una carta para el diario El Universal, el especialista que la visitó no le dio ninguna recomendación ni medicamento. Lo único que obtuvo a raíz de esto fue una ola de reacciones adversas por parte de su comunidad.
El estigma llegó a ella. Los rumores acerca de que había asistido a actos masivos fueron constantes y la gente que la ubicaba gracias a la descripción que las autoridades habían realizado la comenzaron a tildar de irresponsable. Sin embargo, además de ofensas hacia la joven de la Universidad Autónoma de Guerrero, en torno a ella existía miedo.
Llegó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México el jueves 12 de marzo, proveniente de Madrid. En ese lugar no había ningún tipo de filtro de seguridad, “todos entramos como si no estuviera pasando nada”, narró. No obstante, consciente de que había llegado desde un país en estado de alarma, decidió realizarse la prueba “por precaución”.
Después de que mencionara que había estudiado en la Universidad Complutense de Madrid, la Secretaría de Salud de su estado la visitó en su domicilio para realizarle una prueba. Los resultados, le informaron, se los darían el martes 17 de marzo; sin embargo, estos se hicieron públicos un día antes y ella no tenía conocimiento alguno de su situación.
El día en que le realizaron la prueba no tenía ningún síntoma, incluso ahora, después de una semana, continúa sin afectaciones, pero envió la carta al diario para comunicar su molestia frente al accionar de las autoridades de la entidad respecto a su caso.
Informar primero a los medios se me hizo una completa falta de respeto, no siguieron protocolos. Se supone que mi información personal era confidencial porque así me lo manejaron. Ahora toda la ciudad sabe quién soy y creen tener el derecho de opinar en redes sociales de los que no tienen conocimiento.
Desde entonces, "D" se ha mantenido en casa. Tanto ella como su familia no han presentado síntomas del Covid-19 aun cuando la prueba que se le realizó salió positiva. Incluso detalla que las mujeres que vivieron con ella en Madrid “se encuentran también muy bien, sin ningún síntoma, sin embargo, estamos aisladas y lo seguiremos estando”.
Cabe mencionar que tanto el Tribunal Superior de Justicia, como el Instituto Tecnológico del estado tomaron la determinación de desalojar las instalaciones a manera de prevención, pues en ambos lugares trabajan y estudian familiares de "D".
A causa de esto, el rector de la Uagro, Javier Saldaña Almazán, hizo público que están buscando la forma en que se le pueda realizar una nueva prueba a su estudiante y así dejar que se le deje de “satanizar” por la enfermedad que se ha expandido a lo largo del mundo.
Un caso de características similares sucedió en Puebla, donde el gobernador del estado Miguel Barbosa, denunció que una familia de un adulto y dos jóvenes, quienes habían realizado un viaje a los Estados Unidos, resultaron positivos al nuevo coronavirus. Por esta razón, los integrantes fueron atacados a través de redes sociales.
En esta situación es importante mencionar que la familia había ocultado los síntomas del Covid-19, lo cual provocó la molestia de los habitantes, pues también se dio a conocer que habían estado en lugares públicos como gimnasios. A raíz del anuncio, 140 personas que mantuvieron contacto con ellos fueron puestos en cuarentena.
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