Coronavirus: la nueva batalla de México y un general que genera dudas

Mientras la mayoría de los países han tomado medidas drásticas para enfrentar el nuevo coronavirus, en México, López Obrador asegura que el país “no entrará en toque de queda” al tiempo que hace alarde de contar con amuletos religiosos que son su “escudo protector” ante sus adversarios y el coronavirus

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Foto: Cuartoscuro.
Foto: Cuartoscuro.

México atraviesa por una de las crisis más graves de su historia. Y es que actualmente, el país libra distintos frentes de batalla al mismo tiempo, que lo colocan en un estado vulnerable: una lucha sin resultados concretos en contra del crimen organizado, una economía en recesión técnica, el peso devaluado a niveles nunca vistos y por si eso fuera poco, una terrible pandemia que está siendo enfrentada con un sistema de salud deficiente y en crisis, que carece de los insumos más elementales como alcohol, gasas o cubrebocas que sirvan.

Todas estas batallas son dirigidas por un “general” cuya actuación ocasiona dudas, pero sobre todo, alarma porque con sus decisiones, estaría poniendo en riesgo la salud de más de 100 millones de mexicanos.

La estrategia del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador para enfrentar la pandemia del coronavirus Covid-19 no sólo causa polémica, sino estupor en el país y alrededor del mundo.

El mandatario se ha negado a acatar de forma personal las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) e incluso, de la propia Secretaría de Salud mexicana como lo es dejar de besarse y abrazarse, así como mantener una distancia mínima de 1.5 metros entre personas.

(captura video)
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No importa cuántos llamados haga Tedros Adhanom Ghebreysus, Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para realizar las pruebas, la cancelación de eventos masivos o que la gente no se bese y abrace; el presidente Andrés Manuel López Obrador ha decidido que “no pasa nada” por lo que él mismo lo hace y exhorta a la gente a que se bese y abrace. Y está siendo sumamente criticado en todo el mundo por ello.

Diferentes medios internacionales han cuestionado y hasta hecho mofa por la falta de seriedad con la que el presidente mexicano y su gabinete están enfrentando la pandemia del Covid-19 que, hasta el momento de la publicación de este artículo, ya suman más de 360,000 casos y más de 15,000 muertos en 178 países, mientras que en México ya se reportan cuatro personas muertas (2 en la Ciudad de México, uno en Jalisco y otro en Durango), más de 367 casos confirmados, 826 sospechosos, al tiempo que los descartados ya superan los 865.

Mientras la mayoría de los países, muchos de ellos latinoamericanos, han tomado medidas agresivas para enfrentar el nuevo coronavirus, cerrando sus fronteras, muelles y aeropuertos a los extranjeros; en México se han tomado pocas medidas. Incluso, López Obrador ha reiterado que el país no se aislará y “no entrará en toque de queda” para evitar afectar a la economía nacional, que ya enfrenta un recesión técnica.

Una de las medidas implementadas por el gobierno chino para evitar la propagación del virus, incluían realizar pruebas aleatorias a personas que no presentaban síntomas. Fue así que se detectaron a muchas personas enfermas que después fueron puestas en aislamiento. Pero en México, a más de tres meses de la aparición del coronavirus a nivel mundial, no se está haciendo nada parecido.

Pese a que este lunes 23 de marzo la Organización Mundial de la Salud aseguró que México ya entró en la Fase dos de contagio (la transmisión local) el gobierno mexicano se resiste a reconocerlo e insiste en que el país sigue en la fase uno de los escenarios de la enfermedad, que es el de importación (en donde los contagios se dieron en el extranjero).

Aunque se han prohibido los eventos que congreguen a un número elevado de personas y se ha pedido a la población evitar salir de sus casas, López Obrador no ha dejado de realizar sus giras de trabajo todos los fines de semana a varias comunidades del país, en donde sigue manteniendo el contacto físico con las personas. Los saluda de mano y se acerca a ellos “para tomarse la foto”.

Además, durante su visita a Oaxaca, el mandatario lanzó un mensaje que vuelve a ignorar las advertencias de las autoridades de salud mundiales. para evitar los contagios. Mediante un video exhortó a la gente: “No dejen de salir, todavía estamos en la primera fase y yo les voy a decir cuándo no salgan, pero si pueden hacer y tienen posibilidad económica pues sigan llevando la familia a comer, porque es fortalecer la economía familiar y popular”, dijo.

(captura video)
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No han sido pocos los expertos que señalan la actuación del mandatario mexicano como irresponsable. Incluso, políticos de la oposición han hecho numerosos llamados a que el presidente cancele sus giras, pero López Obrador simplemente no hace caso.

Peor aún, contrario a todos los llamados médicos y científicos para combatir a la pandemia, el presidente mexicano asegura que un amuleto religioso conocido como “detente” así como un trébol de seis hojas, son su “escudo protector” ante sus adversarios y en contra del avance del coronavirus.

El anuncio hecho en plena conferencia realizada en Palacio Nacional los pasados 18 y 19 de marzo, causó numerosas críticas en el país y en todo el mundo.

Algunos analistas como Jesús Silva- Herzog, han asegurado que México tiene un presidente incapaz de gobernarse y es esclavo de sus impulsos, que no logra cumplir la más elemental disciplina que es indispensable transmitir en tiempos de emergencia e incluso, consideró que Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en un ejemplo de todo aquello que no debe hacerse.

“¿Cómo puede atenderse una crisis de esta dimensión si el gobernante se escuda en la superchería?. ¿Cómo puede gobernarse una crisis si el gobernante no logra gobernarse?”, preguntó Silva -Herzog.

“Al hablar de santitos y divinidades protectoras, el jefe del Estado mexicano no solamente atenta contra la laicidad sino también contra la salud. Las creencias del presidente son irrelevantes, pero no es irrelevante que las promueva desde Palacio Nacional”, señaló el columnista.

Pero además, las decisiones tomadas por el presidente ante la emergencia sanitaria que representa el avance del coronavirus, han sido puestas en duda por algunos de los gobernadores de los 32 estados de la República.

Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco (Foto: Wiki Commons)
Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco (Foto: Wiki Commons)

Es el caso del mandatario del estado de Jalisco, Enrique Alfaro, quien este lunes 23 de marzo anunció que luego de que se presentara la muerte de un hombre de 55 años a causa del Covd-19 pero que padecía diabetes y obesidad (con lo que eleva a tres el número de fallecidos a causa del coronavirus), la entidad que gobierna tomaría medidas contrarias a las implementadas a nivel federal.

Con la intención de detener el avance de la pandemia en la entidad, Alfaro tomó la decisión de suspender los vuelos a Guadalajara y Puerto Vallarta procedentes de lugares con cercos sanitarios.

Durante su anuncio, el mandatario estatal aseguró que “no es posible que en nuestro país tengamos esa permisividad para la llegada de vuelos”, por lo que reiteró su cancelación, aunque aclaró que los cargamentos y mercantiles no están incluidos en la medida.

“No se pueden seguir postergando decisiones que son importantísimas”, aseguró el gobernador jalisciense.

Otro anuncio realizado por Enrique Alfaro, fue la implementación de pruebas masivas para saber si su población está contagiada con el coronavirus, una decisión contraria a la implementada por el gobierno federal, que se resiste a aplicar de manera abierta las pruebas, tal como lo ha recomendado la Organización Mundial de la Salud.

Dos hombres fumigan un parque el 20 de marzo de 2020 en el municipio de Zapopan, estado de Jalisco (México). La crisis desatada por el coronavirus ha otorgado un protagonismo inusitado a los gobernadores mexicanos, muchos de los cuales han tomado iniciativas contra el COVID-19 frente a la supuesta inacción que perciben del Gobierno federal. (Foto: EFE/Francisco Guasco)
Dos hombres fumigan un parque el 20 de marzo de 2020 en el municipio de Zapopan, estado de Jalisco (México). La crisis desatada por el coronavirus ha otorgado un protagonismo inusitado a los gobernadores mexicanos, muchos de los cuales han tomado iniciativas contra el COVID-19 frente a la supuesta inacción que perciben del Gobierno federal. (Foto: EFE/Francisco Guasco)

“Yo no estoy compitiendo por estadísticas, estoy actuando con responsabilidad”, aseguró el gobernador, y dijo que sin afán de pelear, reprobaba la inacción de otros gobiernos que actúan “a ciegas”, sin datos específicos.

Aunque el presidente ha comenzado a admitir que se avecina una crisis económica sobre México a causa del coronavirus (que de acuerdo con los expertos se estima en 600 mil millones de pesos) y por la baja de precios en el petróleo, López Obrador aseguró este lunes 23 de marzo que no habrá rescate a las grandes empresas al “estilo del periodo neoliberal”, sino que entregará créditos a comerciantes y pequeños negocios.

“Vamos a otorgar créditos, y vamos a aumentar las Tandas para el Bienestar. Y vamos a aumentarles para que le llegue a más gente, pequeños comerciantes, los que tienen talleres, ayudarlos, es parte del plan de recuperación. Primero los más necesitados, yo creo que esto lo comparten todos los mexicanos”, indicó el mandatario.

“No, que ni estén pensando en que van a haber condonaciones de impuestos u otros mecanismos que se usaban antes. Si tenemos que rescatar, ¿a quién hay que rescatar? a los pobres. Por el bien de todos, primero los pobres", dijo.

Sin embargo, numerosos mexicanos que viven en el país y en el extranjero, perciben que el gobierno de López Obrador no está haciendo lo necesario para enfrentar a la pandemia que avanza sin parar a través del mundo.

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