Desde que comenzaron a publicarse las primeras noticias sobre la detección en China de un nuevo tipo de coronavirus, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha emitido en conferencias matutinas y apariciones públicas una serie de polémicas declaraciones que lo convirtieron en blanco de dardos en las últimas semanas.
La respuesta del mandatario ante la pandemia ha sido calificada como lenta e ineficiente por numerosas figuras públicas, medios internacionales -como The New York Times, The Washington Post, o Bloomberg- y usuarios en redes sociales. Y a su decisión de no realizar un número estimable de pruebas, ni restringir los eventos sociales o el tráfico aéreo, se sumaron algunas citas irresponsables, que rozaron la temeridad y la insensatez. Estas fueron algunas de las más controvertidas.
31 de enero: “Seguimos debajo de 19 pesos por dólar”
A mediados de enero, comenzaron a llegar desde la ciudad china de Wuhan noticias alarmantes. Allí, había emergido un nuevo tipo de coronavirus, nunca antes detectado, que se propagaba a gran velocidad, y causaba unos síntomas parecidos a los de la neumonía.
Wuhan pronto se convirtió en una ciudad fantasma. El número de decesos el 25 de enero se había elevado a 41, mientras que los contagios se estimaban en 1,400. El presidente del país asiático, Xi Jinping, cerró los límites de la metrópoli y prohibió a los residentes de la provincia de Hubei desplazarse, obligándolos a permanecer en casa.
Mientras, al otro lado del mundo, López Obrador se refirió al virus en su conferencia matutina. Dijo que no era “tan dañino”, ni “tan fatal”, y recordó que se seguía por debajo de 19 pesos por dólar.
"No debe de haber alarmas, se piensa que no es tan dañino, tan fatal este virus llamado coronavirus; sin embargo, inquieta, bueno, tan es así que altera la paridad del dólar con relación a las monedas del mundo, o sea, está generando cierta inquietud, cierta incertidumbre, no tanta en el caso de México, afortunadamente, seguimos debajo de 19 pesos por dólar”.
Hoy, a 22 de marzo de 2020, cada dólar se vende a 24.42 pesos mexicanos.
28 de febrero: “Ni siquiera es equivalente a la influenza”
A 28 de febrero, ese virus “ni tan letal” “ni tan dañino”, había infectado a más de 80.000 personas en China y a 3,500 fuera del gigante asiático. Sin embargo, López Obrador no cambió su discurso, e insistió.
“No es, según la información que se tiene, algo terrible, fatal. Ni siquiera es equivalente a la influenza”. “Estamos preparados para enfrentar el coronavirus”, aseguró.
4 de marzo: “Hay que abrazarse, no pasa nada”
El 4 de marzo llegó, con seguridad, una de sus declaraciones más irresponsables. Desoyendo las recomendaciones emitidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y la política de “Sana distancia” recomendada por su propio ejecutivo, el mandatario aseguró a sus millones de adeptos que no pasaba nada por abrazarse.
“Miren, lo del coronavirus, eso de que no se puede uno abrazar; hay que abrazarse, no pasa nada”.
En México, para esta fecha, ya había 38 casos sospechosos de Covid-19.
Diez días después, el 14 de marzo, el presidente volvió a sembrar la polémica durante una gira de trabajo por Guerrero, por besar y mordisquear la mejilla de una niña, y no respetar la recomendación de mantener una “distancia social”.
15 de marzo: “Tengo mucha fe”
Durante su gira en Guerrero, López Obrador protagonizó numerosas imágenes que detonaron gran indignación. Allí, el mandatario se tomó fotografías abrazando a sus seguidores, a los que saludaba con un apretón de manos o un beso, ignorando sin reparos los consejos de la OMS.
El 15 de marzo, durante su encuentro en la Costa Chica de Acapulco con mixtecos, tlapanecos y afromexicanos, hizo unas declaraciones que lo pusieron de nuevo en el centro de la polémica.
“Tengo mucha fe de que vamos a sacar a nuestro querido México, no nos van a hacer nada los infortunios, las pandemias, nada de eso”, explicó.
Con su mensaje a la tranquilidad, AMLO consiguió el efecto contrario. Y es que ya muchos sectores del país, incluidos expertos en salud, demandaban medidas de prevención acordes al Escenario Dos, es decir, a la fase de transmisión comunitaria. A todas estas voces, la fe del mandatario les resultó insuficiente.
El discurso del presidente no quedó ahí, y haciendo un guiño a los gobiernos neoliberales, aseguró que el coronavirus no podrá “hacer nada” a México porque ya no hay corrupción.
“No nos van a hacer nada los infortunios, las pandemias, nada de eso. Vamos a sacar adelante a nuestro país, porque cuando no hay corrupción el presupuesto rinde; cuando hay corrupción no alcanza para nada. Ahora no es así”.
16 de marzo: “Si hace falta, yo me hago la prueba del coronavirus”
Después de repartir abrazos y besos en Guerrero, el mandatario regresó a México y tuvo que enfrentarse a los periodistas que le tacharon de irresponsable. A ellos les aseguró que se sometería a la prueba del Covid-19 si las autoridades médicas se lo ordenaban.
“Yo me ajusto al protocolo de salud. Si hace falta, entonces yo me hago la prueba del coronavirus, hago lo que me indiquen los médicos responsables; porque tomamos la decisión de dejar en manos de científicos la información”, anunció.
Hasta hoy, el mandatario no se ha realizado el test. Y sigue sin suspender sus giras.
17 de marzo: “Si están infectados, aquí los cuidamos”
Llamando a la solidaridad, al respeto de los derechos humanos, y a la no discriminación, López Obrador aseguró el 17 de marzo que México cuidaría de las personas enfermas por coronavirus que se quedaran atrapadas en México.
“En el caso de los que se queden aquí con nosotros, tienen toda la protección y la atención. Si están infectados, aquí los cuidamos, sean del país que sean, es fraternidad universal. Es un derecho elemental del ser humano ser atendido en cualquier parte del mundo”, dijo, recordando los casos en los que algunos países prohibieron la entrada de aviones y embarcaciones.
Sus bondadosas declaraciones no habrían sido tan criticadas, quizás, si los trabajadores del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) no se hubieran manifestado ese mismo día a las puertas de la dirección general para denunciar que no contaban con protocolo, ni insumos, ni equipo suficiente para atender a sus pacientes.
Al ver las imágenes de la protesta, muchos calificaron el compromiso de AMLO de ayudar a los extranjeros de engañoso; ni siquiera proporcionaba al INER recursos suficientes para atender la demanda nacional.
18 de marzo: estampas, tréboles y amuletos
Nadie daba crédito.
El 18 de marzo, durante su conferencia matutina, el presidente de México presumió ante los periodistas su escudo protector ante la emergencia del coronavirus y mostró una serie de amuletos.
“Tranquilo” y “sereno” frente a la crisis internacional derivada de la pandemia y la caída de los precios del petróleo, repitió que “la honestidad es lo que protege, el no permitir la corrupción”, y a continuación, enseñó los amuletos que siempre lleva en su cartera, destacando entre ellos “el detente”.
“El escudo protector es como el detente, ¿saben lo que es el detente?, ¿verdad? El escudo protector es la honestidad, eso es lo que protege, el no permitir la corrupción. Miren, este es el detente. Esto me lo da la gente”, dijo sacando su billetera y mostrándolos.
“Miren, es que me dan; entonces, son mis guardaespaldas. Igual, esto es muy común en la gente. Y tengo otras cosas porque no sólo es catolicismo, también religión evangélica y librepensadores que me entregan de todo, y todo lo guardo porque no está demás”, dijo refiriéndose a los amuletos que le entregan sus seguidores durante sus giras de trabajo.
“Miren, aquí hay otro detente. 'Detente, enemigo, que el corazón de Jesús está conmigo”, añadió.
Y “el detente” no era su única protección.
“Les quiero mostrar algo que le va a dar mucho gusto al señor que me lo dio, si lo muestro aquí. Yo creo que no lo traje, no lo tengo, es un trébol”, añadió.
Por último, concluyó con un nuevo guiño al neoliberalismo.
“Aprovecho para decirle a los que están escuchando, que tengamos confianza en nosotros mismos, en los mexicanos. Siempre lo repito, que por nuestra idiosincrasia, nuestra cultura, hemos resistido todas las calamidades, epidemias, terremotos, inundaciones, malos gobiernos, neoliberalismo, saqueos, y estamos de pie y vamos a seguir estando de pie, por la grandeza de México, entonces no nos dejemos apantallar, vamos a salir adelante, se va a llevar a cabo, se está llevando a cabo la cuarta transformación".
La conferencia hizo estallar las redes sociales.
20 de marzo: “No exageren”
Apenas este viernes, durante un mitin en una zona rural del Estado de Oaxaca, AMLO se dirigió a la población y dijo que “no hay que exagerar” sobre el coronavirus porque “estamos preparados”.
Entonces, ya en México se contabilizaban 203 casos confirmados, varios centenares de casos sospechosos y dos muertos; mientras que en países como Italia y España la situación era completamente desoladora, y algunos estudios, como el elaborado por investigadores del Imperial College London, insistían en la importancia de aplicar cuanto antes medidas de prevención, mitigación y supresión ante la pandemia.
La situación internacional, sin embargo, no modificó el discurso de López Obrador que riñó a la población y dijo que exagerar “nos afecta en la economía si tomamos una decisión apresurada y espectacular. Además, perjudicamos a la gente, desatamos el miedo, nos desgastamos y apenas estamos iniciando”, dijo.
En estas mismas declaraciones, aseguró que no va a utilizar un cubrebocas. “No estamos en esta etapa y no lo voy a hacer. ¿Para qué voy a alarmar a la gente? [...]`Tengan confianza, no se dejen manipular, que cuando se necesite transmitir algo lo voy a hacer yo, con toda claridad, que estén pendientes. Escuchen al presidente, yo nunca los voy a engañar”, añadió.
21 de marzo: “Me la quería comer a besos”
Después de las fuertes críticas que recibió en Guerrero, tras la publicación de un video en el que besaba repetidas veces a una niña en la mejilla en plena crisis por el coronavirus, el presidente realizó unas nuevas declaraciones que avivaron la polémica.
“Me la quería comer a besos, pero no puedo por la sana distancia”, dijo López Obrador en Twitter, refiriéndose a una niña que conoció el 20 de marzo durante su gira en Oaxaca.
“Las niñas no se comen a besos”, "Mejor asegúrese que esa chiquita tendrá acceso a la salud pública y que en caso que enfermara, ella será atendida y obtendrá medicinas”; o “a las niñas no se les come a besos. Se les da un buen gobierno”.
21 de marzo: “Decidimos bajar el costo de la gasolina”
Este sábado, durante su gira por Oaxaca, AMLO aprovechó una parada en una gasolinera, para anunciar que no todas las noticias por el coronavirus son malas: según él, habían decidido bajar el precio del crudo.
“¡Ánimo! A pesar de la caída en el precio del petróleo, que desde luego nos afecta, tomamos la decisión de reducir el precio de la gasolina, porque ahora nos está costando menos su importación. Esto es fortalecer la economía popular frente a la adversidad", dijo en un video que compartió en Twitter.
“Ahorita, con esta crisis que produjo la pandemia, bajó el precio de las gasolinas y por eso se tomó la decisión de bajar su precio”, añadió en el video, explicando que había cumplido su promesa de no aumentar el costo de los combustibles.
Aunque AMLO se atribuyó el descenso en el precio de los hidrocarburos, y dijo que se debía a las disputas entre Rusia y Arabia Saudita en la producción de combustible, en realidad, ni él ni el gobierno federal intervienen a la hora de fijar el precio. Desde que la reforma energética de 2014 liberó las gasolineras, el precio del crudo depende del tipo de cambio, de los costos de logística, las cotizaciones internacionales, los impuestos y los márgenes de ganancia de estos establecimientos.
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