El fabricante de autos, Honda Motor, anunció que parará su producción en todas sus plantas de América del Norte, debido a la pandemia del coronavirus que afecta a más de 160 países.
La empresa de origen japonés frenará la fabricación de vehículos a partir del 23 de marzo y hasta el 31 del mismo mes, debido a una disminución anticipada en la demanda del mercado por la afectación económica que causa la pandemia en el mundo.
El impacto de esta nueva cepa del COVID-19, que ha infectado a más de 180,000 personas a nivel global, orilló a la empresa a cerrar las puertas de sus plantas de producción en América del Norte, incluyendo Estados Unidos (Alabama, Georgia, Indiana y Ohio), Canadá y México (Celaya-Guanajuato).
Sin embargo, reveló que continuará pagando su salario a más de 27,000 empleados, para no afectar su economía.
La medida de suspensión por al menos seis días, también incluirá a las plantas de transmisión y motores de Honda.
Por ello, la empresa anunció que reducirá la producción en aproximadamente 40,000 vehículos durante ese tiempo, periodo que aprovechará también para realizar una limpieza profunda de sus instalaciones de producción y áreas comunes para proteger aún más a los asociados cuando regresen a las plantas.
A través de un comunicado, la compañía destacó también que seguirá analizando la situación del coronavirus y llevará a cabo ajustes cuando sea necesario.
A mediados de febrero, otra empresa automotriz que anunció dificultades en su fabricación de autos, fue Toyota.
El gigante japonés anunció problemas en el funcionamiento de sus plantas, debido al brote del virus en China, país donde ya hay más de 3,000 muertos.
Cuatro plantas de ensamblaje de vehículos en China cerraron temporalmente a raíz de los problemas en el suministro de componentes por la pandemia.
Al menos tres de esas cuatro plantas, reanudaron sus servicios a finales de febrero, pero con un funcionamiento a mitad de su capacidad, mientras que la cuarta, ubicada en Chengdu (oeste), abrió unos días después.
Los problemas derivados del COVID-19 también han golpeado la producción del segundo mayor fabricante nipón del sector, Nissan Motor, que retrasó la reapertura de cuatro plantas en China desde finales de enero y paró sus instalaciones en Kyushu (sur de Japón), que aglutinan la mitad de su producción doméstica.
De acuerdo con información de la agencia EFE, otras empresas japoneses del sector automotriz como Honda o Isuzu se han visto forzadas a tomar medidas similares debido a las interrupciones del suministro y otros obstáculos logísticos en China, lugar del que proceden el 30% de las importaciones de autopartes.
Aunque aún no existen datos detallados, se teme que el brote del COVID-19 tenga un impacto notable en las cuentas de las compañías japonesas del motor y de otros sectores, en especial los del transporte aéreo o el de los servicios y el comercio minorista, los más expuestos a la caída del turismo.
Las restricciones al tráfico aéreo desde China que aplica Japón, podrían generar al país pérdidas por USD 1.290 millones, en ingresos derivados del turismo en el período enero-marzo, según un informe publicado esta semana por la Organización de Aviación Civil Internacional, un organismo de la ONU.
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