En la previa a su tradicional rueda de prensa diaria, llamada coloquialmente “la mañanera”, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, rechazó el ofrecimiento de una asistente que le ofreció gel antibacterial, a diferencia del resto de funcionarios que lo acompañaron durante la presentación.
En la transmisión oficial de la conferencia matutina de este lunes 16 de marzo, que comienza a emitir señal unos minutos antes de que López Obrador comience a tomar las preguntas de los reporteros, se puede observar el momento en que tanto el mandatario mexicano como el Secretario de Salud Jorge Alcocer y su subsecretario Hugo López-Gatell ingresan a la zona del podio.
En la entrada a dicho salón de Palacio Nacional, donde el presidente vive y despacha, tanto Alcocer como López-Gatell aceptan el ofrecimiento de gel, uno de los líquidos que la Secretaría de Salud recomienda usar en caso de no tener acceso a jabón líquido para lavarse las manos y ayudar a prevenir el contagio de coronavirus.
Sin embargo, cuando es el turno de López Obrador, de 65 años, rechaza a la auxiliar y, con la mano derecha, intenta alejar a la mujer, que desiste de sus intentos. A continuación, el presidente mexicano sube al podio y comienza con los temas del día. El primero, curiosamente, es sobre el contagio de COVID-19 en México.
Y es que, hasta el corte de este lunes 16 de marzo de 2020, se han confirmado 82 casos de coronavirus en territorio nacional y 171 casos sospechosos. Los contagiados tienen entre 18 y 80 años y el 57% del total confirmado son hombres, por 43% que son mujeres.
Sin embargo, López Obrador ha sido uno de los líderes que han evitado seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias e incluso las ha desafiado en los últimos días: el mandatario ha mantenido su política de “cercanía” con la gente y, durante sus giras por el territorio mexicano, ha repartido abrazos, besos y apretones de mano a pesar de las advertencias.
El sábado, por ejemplo, al salir del hotel en donde se hospedó en Ometepec, atendió las peticiones de la gente que lo esperaba afuera del recinto. En un video publicado en sus redes sociales, se observa cómo el presidente recibe y da besos, además de tomarle la mano a la gente que se acercaba a saludarlo en medio de un tumulto.
Sin embargo, a pesar de las críticas, por la actitud del presidente, cuyo ejemplo podría influenciar a miles de personas, López-Gatell, encargado de atender el tema de coronavirus en México, explicó que López Obrador “no es una fuerza de contagio” de coronavirus, sino de “moral” para el pueblo mexicano.
“Afortunadamente (López Obrador) goza de buena salud. Aunque pase de los 60 años, no quiere decir que es una personal de especial riesgo. Casi sería mejor que padeciera coronavirus porque él, en lo individual, se va a recuperar espontáneamente y va a quedar inmune”, aseveró.
Además, el subecretario de prevención y promoción de la salud aseguró que la creencia de que el presidente debe hacerse la prueba por COVID-19 parte de una idea fuera de lugar. “Es carente de sentido técnico; no tiene sentido, así no funciona la vigilancia epidemiológica ni la atención a la salud”, dijo.
Por su parte, López Obrador dijo que si hace falta se hará la prueba de coronavirus. “Hago lo que me indiquen los médicos, los responsables. Tomamos la decisión de dejar este asunto de salud pública en manos de técnicos, expertos, científicos”, señaló.
Apuntó que si se deja este asunto en manos de políticos se altera todo, por lo que pidió no politizar el tema. “Yo voy a actuar de manera muy responsable. Voy a seguir las recomendaciones de médicos y especialistas. Si hace falta, en su momento, me hago la prueba. Lo que quiero es que no se politice el asunto”, añadió.
El presidente insistió que en cuanto el subsecretario de salud le diga que debe suspender sus giras, lo hará, pero mientras, seguirá acercándose a la gente.
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