La pandemia del coronavirus entró a México el pasado 27 de febrero, después de que un mexicano que viajó a Italia presentara síntomas y al realizarle las pruebas correspondientes por el Instituto nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), resultaran positivas. A la fecha se han reportado 12 casos confirmados, en un principio, contagiados bajo la misma fuente: Italia.
Sin embargo, fue hasta el pasado 7 de marzo, cuando la séptima persona contagiada fue confirmada, la cual tuvo contacto con una persona infectada de Estados Unidos. Se trata de un hombre de 46 años, residente de la CDMX.
Por su parte, un octavo caso fue confirmado en Puebla: paciente de 47 años sin síntomas de la enfermedad que fue aislado. Asimismo, ayer 11 de marzo, se registraron cuatro nuevos casos en Querétaro, CDMX, Estado de México y Nuevo León: todos provenían de viajes en el extranjero (España y Estados Unidos).
Expectativa vs realidad
En el protocolo “Proceso de prevención de infecciones para las personas con COVID-19 Contactos y personal de salud” la Secretaría de Salud Federal detalla que la higiene de manos, evitar tocar nariz, ojos y boca, son algunas de las precauciones para no contagiarse del virus.
En los lineamientos también se dan sugerencias para que el área médica trate con pacientes infectados y en estado crítico.
Asimismo, existe todo un protocolo a seguir emitido por la misma dependencia para los médicos e instituciones de salud, “Lineamiento estandarizado para vigilancia epidemiológica y por laboratorio COVID-19”, conformado por lo que ellos llaman “algoritmos”, definiciones y tipos de muestra, entre otras medidas y protocolos que los especialistas deben seguir en caso de enfrentarse a un caso de contagio.
De igual manera, el subsecretario de salud Hugo López-Gatell dio a conocer que ya existe una página en donde se puede consultar todo el material elaborado por profesionales para su consulta. En ella se encuentra información para el público en general, así como para especialistas que tienen contacto con posibles casos.
Infobae México realizó una consulta a personal de diferentes instituciones de salud públicas bajo anonimato con el fin de censar si estas medidas se están llevando a cabo.
Personal del área médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Tuxtla Gutiérrez, Chiapas mencionó que “sí hay protocolos y algoritmos establecidos por la OMS y la Secretaría de Salud. Los hospitales sí están preparados en la teoría, pero por lo menos en Chiapas, en la práctica no porque no hay con qué muestrear a los pacientes. Se puede sospechar, pero el estudio confirmatorio es uno de laboratorio, donde al paciente se le tiene que tomar un exudado faríngeo con un hisopo especial, el cual no tenemos”, explicó.
Sin embargo, comentó que en su área hay módulos especiales donde sólo se ven enfermedades respiratorias, pero no cuentan con lo necesario para hacer pruebas.
Por otro lado, un elemento de la Unidad de Medicina Familiar No. 9 de la Ciudad de México, manifestó que en la institución ya existe un área confinada a pacientes con síntomas respiratorios que vengan a atención médica continua o urgencias.
“Mentiría si digo que contamos con todo el material necesario, me parece que sí tienen el material para tomar las muestras, pero aquí no hay como tal camas censables, por lo que se envía a 2do nivel”, expresó. Además de que en este instituto brindan medidas de protección personal para quien acompañe al paciente.
Asimismo, en cuanto a los centros penitenciarios, un especialista del área médica del Centro Femenil de Reinserción Social “Tepepan” aseguró que en ningún centro se cuentan con las medidas pertinentes.
“En los diferentes reclusorios de la Ciudad de México como el reclusorio norte, sur, oriente, penitenciarias o mismo Tetepan, a los reclusos no se les ha dado una información específica de las medidas que deben tomar, todo lo saben a través de publicaciones de la televisión, pero de manera muy desordenada”, aseguró el experto.
Explicó que existe un servicio médico en cada reclusorio, pero el Hospital General Torre Médica Tetepan es el instituto eje en donde en caso de que un interno de cualquier centro penitenciario requiera una consulta más especializada, es dirigido a este instituto; sin embargo, si el recluso necesita una atención aún más especializada, las únicas clínicas a las que puede acudir son a los hospitales de urgencia del gobierno de la Ciudad de México como Balbuena, Xoco o La Villa, mismos que comenta tienen programas de atención muy limitados por carencia de espacio, mobiliario, insumos y más si se piensa en una pandemia, ya que “apenas alcanzarían para los pacientes que no son reclusos”.
El INER es uno de los hospitales designados en la Ciudad de México para recibir a los pacientes que sean sospechosos de Coronavirus, entonces “hay todo un protocolo ya hecho que indica qué hacer desde que el paciente llega a urgencias, en qué consultorio se tiene que atender y qué debe hacer el personal que lo atiende”, indico una trabajadora del hospital.
Menciona que después de que el caso se confirma “hay una un área específica con habitaciones que están aisladas con tecnología para que después de que los pacientes se vayan quede bien limpio. Por lo menos en el área de otorrinolaringología, contamos con todo el material para realizar las pruebas”, aseguró.
En contra parte, otro elemento del INER, pero del área de neumología donde cualquier caso sospechoso es atendido por primera vez, menciona que a diferencia de otorrinolaringología, tienen escaso material, como monitores y ventiladores. “A veces sólo hay dos monitores funcionales por pabellón. No creo que tengamos la capacidad de ventiladores para una contingencia epidemiologica”, admitió.
Asimismo, personal del Hospital Pediátrico de Tacubaya, afirma que cuenta con el protocolo, más no con un área designada para atender a los casos, ya que las camas de hospitalización se encuentran contiguas sin alguna capacidad de aislamiento. “Lo único con lo que podemos disponer es con el poder aislar a un caso sospechoso de coronavirus dentro uno de los consultorios de urgencias de primer contacto, valorar la gravedad de su cuadro y tomar las muestras”, reiteró.
En el Hospital General de Zitácuaro, Michoacán, dos trabajadoras del área médica y administrativa aseguran que les han dado pláticas acerca del protocolo; sin embargo, comentan que en el instituto no hay insumos para trabajar ni para protegerse. “Hace falta demasiado material, hasta ahorita sólo podríamos aislar al paciente en un consultorio, mientras la epidemióloga lo interroga".
Por otro lado en centros de salud rurales como en Valle de Bravo, Estado de México revelan que no les han platicado las medidas a tomar. “Ahorita no tengo ningún protocolo a seguir, no tengo pruebas, no tengo nada. Aquí no puedo realizar exudados faríngeos inclusive si se requieren para una consulta. Solamente tengo tres cajas para influenza”, manifestó la trabajadora de la clínica. Afirmó que en caso de sospechar de un paciente, sería cuestión de llevarlos a un hospital más grande.
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