Guanajuato siempre se ha considerado a sí mismo como un lugar sólo de paso para el narcotráfico. Sin embargo, en los últimos años, las bandas criminales y los ataques han aumentado considerablemente.
El domingo, un coche bomba fue colocado frente a las instalaciones de la Feria de Celaya, Guanajuato, que funcionan como cuartel de la Guardia Nacional. Explotó sin dejar muertos y heridos. Sin embargo, el estallido provocó pánico en la sociedad.
Las primeras investigaciones señalan que un hombre abordo de una camioneta llegó al cuartel de la institución policíaca, localizado a unos metros del Centro de Monitoreo C4 municipal, estacionó el automóvil y lo abandonó por una supuesta falla mecánica y huyó. Según el vigilante del lugar, el sujeto lo saludó después bajarse del auto.
El fuego fue sofocado por bomberos de Celaya e integrantes de Protección Civil, quienes alertaron a otros vigilantes de revisar que no hubiera ningún vehículo estacionado cerca de sus bases.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que los hechos del domingo son un acto propagandístico que mantiene el CJNG y el de Santa Rosa de Lima en Guanajuato.
“Ya se tiene más información, es un explosivo digamos artesanal, ya han sucedido casos parecidos en Guanajuato, afortunadamente no hubo heridos, fue más que nada un acto propagandístico”, señaló el mandatario.
Debido a que el atentado “terrorista” del domingo coincidió con la detención del papá del Marro, las autoridades no descartan como línea de investigación que el coche bomba sea una reacción del cártel.
Autoridades de la Fiscalía de Guanajuato entrevistadas por Infobae México declararon que aún existe una investigación en curso, por lo que no pueden ofrecer detalles. Asimismo hablaron de un hecho aislado.
El pasado 31 de enero de 2019, también fue abandonada una camioneta con explosivos afuera de la puerta 4 de la refinería de Salamanca, Guanajuato. Aquella ocasión, la camioneta no se incendió y personal del Ejército desarticuló el explosivo.
El atentado se le atribuyó al líder del Cártel de Santa Rosa de Lima, José Antonio Yépez, “El Marro”, quien pretendía lanzar una advertencia al gobierno mexicano por el operativo anti huachicol puesto en marcha por la administración actual.
Los centros de operaciones del cártel Santa Rosa de Lima abarcan los municipios de Celaya, Salamanca, Santa Cruz, Juventino Rosas, Irapuato, Valle de Santiago, y Villagrán.
La ciudad de Celaya ha sido capturado por grupos criminales, quienes ejercen violencia por el cobro de piso.
Una de las víctimas principales son las agencias automotrices, que han recibido llamadas o mensajes de presuntos criminales exigiéndoles pagos iniciales de 400.000 pesos y 50.000 cada mes. Por negarse a pagar esas cantidades, la concesionaria de John Deere fue prácticamente destruida a tiros una madrugada.
A las tortillerías del municipio se les exigen cuotas criminales que van desde 3.000 a 50.000 pesos. Según las cifras, 95 por ciento de dichos comercios son víctimas de extorsión.
El crimen organizado en Celaya no perdona ni las iglesias, a las cuales les han exigido dinero para que no les pase nada a los sacerdotes.
Los delitos más opresivos de “El Marro” y su gente quizá no sea ni el narcotráfico ni el huachicol, sino el llamado derecho de piso, la extorsión a los negocios y las personas.
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