Alonso Ancira pidió no ser extraditado a México: “Es un país que no tiene leyes”

Aseguró que el presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien calificó como “un mitómano del tamaño de Hitler”, está detrás de la acusación en su contra

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Alonso Ancira, presidente de Altos
Alonso Ancira, presidente de Altos Hornos de México (AHMSA) Foto: EFE

El empresario mexicano Alonso Ancira, conocido como “El rey del acero”, actualmente en libertad pero sin poder salir de España, pidió no ser extraditado a México, ya que es “un país que no tiene leyes”.

Al presentarse en la Audiencia Nacional Española acompañado por sus abogados, el dueño de Altos Hornos de México (AHMSA) acusó al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, de estar detrás de la acusación por corrupción que pesa sobre él.

Afirmó que López Obrador “quiere ir” sobre el anterior gobierno. “Es un mitómano del tamaño de Hitler”, declaró.

Yo soy un daño colateral. El señor presidente quiere ir sobre la administración anterior y fue inventando una serie de hechos que nada tienen que ver con la planta de nitrogenados, falsedades todas”, dijo.

Ancira y Lozoya, acusados de
Ancira y Lozoya, acusados de corrupción por el actual gobierno mexicano (Foto: Archivo)

Además, dijo que es “inhumano” que la madre de Emilio Lozoya, a quien llamó el “innombrable”, esté “detenida en su casa” por un delito que “alcanza la libertad bajo fianza” y todo porque “su hijo le dio un cheque de 180 mil pesos”.

Su abogado Manuel Ollé tuvo que disculpar “los excesos” de su cliente, a quien calificó como “un perseguido de oposición”.

Ancira es investigado por la venta de la planta Agronitrogenados, que pertenecía a Altos Hornos de México, y la cual fue adquirida por Petróleos Mexicanos (Pemex) cuando Emilio Lozoya era su director. Está acusado del delito de lavado de dinero.

De acuerdo con una de las abogadas del gobierno mexicano, también se investiga una presunta operación para fraccionar el pago de 3,4 millones de euros (3.86 millones de dólares) por parte de Ahmsa, que desembocó supuestamente en la compra de una vivienda del exdirector de Pemex y que podría ser constitutiva de un delito de blanqueo de capitales.

¿Quién es Alonso Ancira?

FOTO: ARCHIVO/ ROGELIO MORALES /CUARTOSCURO
FOTO: ARCHIVO/ ROGELIO MORALES /CUARTOSCURO

De profesión abogado, Alonso Ancira Elizondo tiene una trayectoria empresarial en México que lo vincula incluso con algunos ex presidentes.

Llegó a la dirección general de Altos Hornos de México en 1991 y para 2016 fue nombrado presidente del Consejo de Administración de esta empresa siderúrgica, que es subsidiaria de Grupo Acerero del Norte, una de los más importantes en el país.

Su nombre cobró particular importancia durante la administración de Enrique Peña Nieto, pues fue en ese periodo cuando puso en marcha el proyecto El Fénix.

Ha sido uno de los empresarios más polémicos del país. Desde 1991, carga con una deuda millonaria que sigue sin liquidarse y de la que se libró por la antigua Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos.

(Foto: Archivo)
(Foto: Archivo)

La mayor parte de esta deuda era por inversiones para modernizar las operaciones de Altos Hornos. Su endeudamiento con Banamex, Bank of America, Bancomer y una veintena de bancos más, lo puso en una batalla legal sin tregua que lo orilló a vivir en Israel hasta que Vicente Fox dejó la presidencia.

Para ese entonces, todos los bancos ya se habían desprendido de las deudas que les dejó AHMSA. El paso de los años le permitió regresar a México para volver a posicionarse como uno de los empresarios clave en la industria siderúrgica.

Los casos de corrupción que hoy lo persiguen se remontan a 2014, año en el que la empresa Altos Hornos realizó pagos por 3.7 millones de dólares (USD) a una firma offshore ligada con la constructora brasileña Odebrecht.

La empresa fantasma transfirió parte de la suma a Emilio Lozoya Austin, ex director de Petróleos Mexicanos. Bajo su dirección, Pemex destinó USD 275 millones para adquirir y rehabilitar la planta de fertilizantes de Agro Nitrogenados, propiedad de AHMSA.

La planta llevaba al menos 14 años sin funcionar cuando se hizo la compra, lo que desde un inicio se catalogó por los especialistas como un “pésimo negocio”.

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