En las cajas de los medicamentos y de otros productos de manejo discreto siempre se ha recomendado el mantenerlo lejos del alcance de los niños. A pesar de ser una advertencia simple, pareciera en ocasiones una instrucción que entre los ajetreos cotidianos podría olvidarse sin reparar en las consecuencias que ello podría acarrear.
Como padres y madres de familia ocupados en preservar y proveer el sustento necesario tanto a los niños como a las demás áreas de la vida, muy frecuentemente las carteras y bolsos se quedan en cualquier punto de la estancia o de las habitaciones, sin el mínimo de supervisión por parte de un adulto o, por lo menos, en algún sitio en el que no pueda ser tomada por uno de los más pequeños de la casa.
Lo anterior es un punto débil que se abre a distintas posibilidades, especialmente cuando en los bolsillos o en las carteras se puede encontrar un cóctel de medicamentos, sin contar las pomadas y cosméticos que, en combinación con líquidos sanitizantes, monedas y pequeños dulces podrían crear una bomba de muerte en las manos de uno o más niños.
Evitar accidentes que resulten letales la mayor parte de las ocasiones reside en un poco de atención y de organización, incluso en establecer rutinas al llegar a casa en las que lo primordial sea colocar las carteras lejos del alcance y de la visión de los más jóvenes, especialmente cuando se trata de menores de cinco años, pues resultan ser los más ávidos exploradores, razón por la que se recomienda que los puntos en los que se coloquen carteras y bolsas, vayan cambiando de cuando en cuando.
La Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, EEUU, señala que una intoxicación puede producir lesiones e incluso la muerte al tragar, inhalar, tocar o inyectar varios medicamentos, como se comentaba anteriormente, generar un cóctel mortal.
Entre las sustancias mortales que se pueden encontrar al alcance de los niños se encuentran, además de los medicamentos, el monóxido de carbono, así como los productos de limpieza, especialmente si éstos llegan a ser ingeridos aunque sea en pequeñas cantidades.
Igualmente la Clínica Mayo reporta que los productos tóxicos con los que regularmente llegan a envenenarse los niños de manera accidental son: los cosméticos, los objetos de uso personal como los shampoos y los perfumes, las cápsulas de jabón para la ropa, las plantas y hasta con las baterías de los relojes que se caracterizan por ser muy pequeñas y letales.
Otro elemento característico con el que los niños suelen intoxicarse son los cigarrillos, tanto los tradicionales, como los electrónicos e incluso, con los chicles de nicotina que pueden ser factor de ahogamiento o de finales trágicos.
En esos casos, la Clínica Mayo recomienda que mientras se espera ayuda médica se tomen algunas de las siguientes medidas: retirar la sustancia tóxica de la boca del niño e investigar de qué frasco proviene para identificar los factores que podría estar generando; en caso de intoxicación por contacto con la piel, quitar la ropa contaminada con guantes.
De ser ácido muriático, se recomienda enjuagar con abundante agua durante 15 minutos sin hacer uso de ningún tipo de jabón, además de quitar con cuidado la ropa y los accesorios que estén en contacto con la zona afectada.
Si llegase a darse el caso de que el ácido muriático haya sido inhalado, se debe promover el control de la respiración pues la inhalación de este químico causa congestión, sensación de garganta seca y ardor de la misma.
Finalmente, lo que recomiendan los médicos es mantenerse al pendiente de las actividades de los niños en casa, ya que los accidentes y la incidencia de los antes descritos son casos muy comunes que llegan a las salas de los hospitales.
Para emergencias, contar con el siguiente directorio de emergencias por intoxicaciones puede resultar vital: Red toxicológica mexicana.
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