En esta segunda década del siglo XXl pareciera que el feminismo está en el aire. Es un “virus” global que en la región de América Latina ha encontrado el terreno propicio para expandirse. La realidad es que los feminismos, (así en plural porque son muchos), han estado siempre ahí en un estado de latencia desde hace siglos; solo que en momentos como el que se vive actualmente en México, pareciera que se activan. Algunas preguntas que nos plantea son ¿por qué ahora? ¿por qué aquí? ¿por qué y cómo ha adquirido estas dimensiones? y ¿cuáles son las respuestas frente al paro 9M?
Según una encuesta nacional 67% de mujeres de entre 30 y 49 años manifestaron su intención de sumarse al paro (El Financiero). Se está hablando del paro 9M en espacios cotidianos insospechados, como la fonda, en donde la señora que cocina dice: “No debería ser un día, debería ser una semana, a ver qué hacen”, a lo que el hombre que es el mesero contesta: “¿Y los tables también van a parar?” Y entonces estalla de risa con una mueca de satisfacción por poder concluir la discusión.
A esto es una de las muchas cosas a las que cuesta renunciar a los hombres, a esa necesidad de tener la última palabra. Algunas empresas y universidades también se han sumado, la mayoría a través de comunicados torpes, los cuales no solamente reflejan esa voluntad de tener la última palabra, sino también la profunda condescendencia, ceguera y sordera con la que intentan posicionarse en el tema. El presidente Andrés Manuel López Obrador también se ha sumado a estas respuestas desatinadas al desdeñar y minimizar una y otra vez la interpelación de las compañeras feministas sobre la urgencia de prevenir, atender, sancionar y erradicar las violencias en contra de las mujeres, como ejemplo su declaración de hace dos días en el sentido que “Ni tenía en mente que el 9 era el paro feminista”, pues si, ciudadano presidente, en efecto, ya nos dimos cuenta, que no se ha dado cuenta¡
Pero, sin duda, el Oscar a la peor respuesta sin duda es para el otrora Cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez quien mediante una serie de argumentos falaces hizo un llamado públicamente a no sumarse al 9M. Básicamente intentó alertar a las personas para decirles quiénes estaban detrás del paro, las del pañuelo verde, que son “abortistas” léase casi el demonio mismo.
Aquí quizás solo cabe aclarar lo que ha sido repetido una y otra vez, la demanda feminista es por la despenalización del aborto, ya que las mujeres vamos a seguir abortando o no en la práctica, pero seguir penalizándolo además de criminalizar a las mujeres, pone en riesgo a las mujeres, en particular a aquellas que no puedan pagarlo, pero en ese tema también la sordera y la hipocresía es la que prevalece.
No tengo el espacio (ni el ánimo) para abordar todos, sólo me concentraré en una “estrategia” que llamo mi atención, en esta ocasión hablo de “otras” religiones para decir que el cristianismo es la única religión que desde su punto de vista dignifica a la mujeres, porque en otras lugares como China y la India son unos bárbaros con “sus” mujeres.
Sandoval Íñiguez recurre aquí a una estrategia de chivo expiatorio que le permite hablar de sociedades, países, religiones y continentes como equivalentes y como entes monolíticos. Con estos ejemplos busca evadir la realidad cotidiana de violencias en contra de las mujeres en México, en Jalisco y en Guadalajara.
Además parece concluir que al final de cuentas la violencia en contra de las mujeres está peor en otros lados, en otras religiones, no aquí, no ahora. Sin embargo, no se puede tapar el sol con un dedo y por donde se le vea es imposible negar los hechos, un promedio de 10 mujeres asesinadas cada día es contundente, por sí solo.
Y esto ha permeado a la sociedad, por ejemplo, en la encuesta antes citada el dato mas relevante tiene que ver con el aumento de la percepción de la prioridad de combatir la violencia y el hostigamiento sexual, dicho porcentaje aumento de un 37% en 2019 a un 48% para este 2020.
Y justo este aumento de consciencia es el que puede respondernos algunas de las preguntas iniciales del por qué ahora, por qué aquí. Respecto a cuáles son las respuestas frente al paro 9M aunque en distintas intensidades, creo que comparten elementos comunes, destaco cuatro: uno es el sentimiento de verles perdidos sin mucha idea, ni herramientas de cómo posicionarse, el segundo es su fuerte necesidad de protagonismo, al que al parecer les cuesta mucho renunciar; el tercero es la creencia de que las mujeres somos menores de edad y somos manipuladas por la derecha, por la izquierda, por el demonio o por cualquier otra instancia, la cosa es negar la autonomía de las mujeres y el cuarto y que más preocupa es la violencia de las respuestas, ante los señalamientos de las compañeras.
*Profesora-Investigadora del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara
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