No ha pasado ni una semana desde que se dio a conocer la muerte de dos personas en el Hospital Regional de Petróleos Mexicanos (Pemex), en Villahermosa, a causa del suministro de un medicamento en pacientes con hemodiálisis y que presuntamente contenía una bacteria.
Incluso, este miércoles 4 de marzo fue el sepelio de Patricia Jiménez Marín, de 54 años, una de las víctimas, que falleció a causa de la medicina contaminada que le suministraron, y sus hijos clamaron justicia.
“Mi madre estaba bien y la mataron”, dijo entre lágrimas uno de sus hijos de la paciente.
“Queremos la cabeza del director y de todos los involucrados en esta muerte. La heparina estaba contaminada”, expresó Paola Palacios, hija de Patricia, en un video para el periodista Ciro Gómez Leyva.
“Las enfermeras tuvieron la jeringa en sus manos. Tuvieron la oportunidad de no ponerla y se la pusieron a Patricia Jiménez Marín y la mataron”, fue el desgarrador mensaje de Paola durante el entierro.
En medio del dolor y con rabia, culparon a la petrolera y a los trabajadores del hospital por haber suministrado el medicamento contaminado con una bacteria en ese hospital, en Tabasco.
“Aquí me tienen que dar la cara. Junto con el presidente, a mi familia y a los afectados. Nosotros no queremos dinero, queremos justicia”, agregó otro de sus hijos, Adolfo Palacios.
Entre el 27 y 28 de febrero, cinco personas arribaron al hospital de Pemex con fiebre y sudoración, luego de haberse sometido a hemodiálisis y haberles aplicado el medicamento contaminado, llamado heparina sódica.
De acuerdo con el médico Eduardo García, la heparina sódica es un anticoagulante que se utiliza para evitar la formación de trombos, es decir, coágulos que se pueden ir al cerebro o al corazón.
Explicó, que ese medicamento se aplica para disolver coágulos, por lo general en pacientes que acaban de operar o que van a ser sometidos a alguna cirugía y que tienen riesgo de infartos.
Asimismo, se suministra en pacientes que sufrieron un infarto, además de personas con embolias (enfermedad vascular cerebral), así como en cirugías mayores como la colocación de prótesis.
En el caso de la hemodiálisis, la cual se ejecuta cuando los riñones ya no pueden hacer su trabajo, se aplica “porque se lleva a cabo un mega filtrado de sangre”, dijo el médico.
“Para realizar la hemodiálisis se mete un catéter por una vena grande como la yugular y por medio de un filtro que está en el catéter, y una máquina que se encuentra afuera del cuerpo se hace un mega filtrado de la sangre. Es muy tardado y se tiene que hacer muchas veces, depende del paciente”, agregó.
Pemex informó este miércoles 4 de marzo, que ya suman 52 personas que se encuentran bajo seguimiento médico, de los cuales, 30 se mantienen hospitalizados y cinco más, en terapia intensiva.
En tanto, el presidente de la Comisión Estatal de Conciliación y Arbitraje Médico (Cecamet), Manuel Fernández, señaló a Pemex y a una empresa farmacéutica como los responsables de la decenas de personas afectadas con heparina sódica contaminada.
Según el periódico El Universal, la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) señaló a la empresa Laboratorios PISA S.A de C.V, como los presuntamente responsables del medicamento.
José Alonso Novelo, titular de la Cofepris, expresó que esa empresa es la que supuestamente habría producido el fármaco.
Detalló que ya se lleva a cabo una investigación para determinar si el medicamento fue adulterado o falsificado.
El mismo diario reveló, que de acuerdo con una fuente de la Ciudad de México, los Laboratorios Pisa no tienen ningún contrato de suministro de heparina sódica con Pemex desde 2018.
El anticoagulante fue supuestamente vendido a la petrolera con un distribuidor independiente, de nombre José Roche Pérez, pues la licitación para adquirir ese medicamento en 2020 se declaró desierta, es decir, ningún laboratorio le quiso vender ese tratamiento a Pemex.
Manuel Fernández Torrado destacó que no es fácil atender el daño que causa la bacteria Klebsiella, sobre todo cuando el paciente está en terapia intensiva.
Además, anunció que la afectación que causa dicha bacteria en un paciente con insuficiencia renal crónica, está bajo de sus defensas, desemboca en crisis, y manejo de dos escenarios: “o se contaminó el medicamento donde se hizo o se contaminó donde se aplicó, porque la técnica del área no lo hizo adecuadamente.
Fernández Torrado advirtió también, que existe el riesgo de que los pacientes infectados con esa bacteria infecten las máquinas y se llegue al daño de más personas.
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