Hace más de 12 años, Silvia Vargas Escalera fue secuestrada y después asesinada en México. Sin embargo, de todos los implicados en el crimen, sólo un hombre ha sido sentenciado y, apenas este domingo, detuvieron a Iván Silvio Pissaco, un argentino que supuestamente alquiló la casa donde apareció el cadáver.
El caso se remonta hasta el 10 de septiembre de 2007. La hija del empresario Nelson Vargas y ex titular de Comisión Nacional del Deporte (Conade) se dirigía a su escuela, el Colegio Alexander Bain, ubicada en la colonia Las Águilas de la Ciudad de México.
Cerca de las 06:45 horas (tiempo de México), la joven de 18 años fue interceptada por “Los Rojos”, una banda liderada por los hermanos Miguel, Cándido y Raúl Ortiz. Al no llegar a su destino, Nelson Vargas llamó al celular de su hija para saber la causa de su falta.
El teléfono fue contestado por uno de los secuestradores, quien le pidió USD 3 millones de para liberarla. Un día después del plagio, Nelson Vargas denunció el hecho ante la Unidad Especializada en Investigación de Secuestros de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) y se inició la averiguación previa.
Después de esos, el empresario movió mar y tierra para encontrar a su hija. Organizó una campaña para obtener información a cambio de recompensas monetarias, seguía en contacto con los criminales y estaba al pendiente de la investigación de las autoridades.
No obstante, fue el 27 de septiembre cuando se terminaron los contactos con los secuestradores de su hija. Uno de los delincuentes le dijo al ex funcionario que no le iban a dar una prueba de vida, que ya no le interesaba su dinero y que no lo llamaría otra vez.
Tras meses desaparecida, la Procuraduría General de la República (PGR), ahora Fiscalía, solicitó a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), mediante un oficio, que investigara la presunta participación de Óscar Ortiz González, ex chofer de la familia Vargas, en el plagio.
Un mes después, la dependencia dirigida por Genaro García Luna, quien ahora está acusado de corrupción y nexos con el narcotráfico, respondió mediante el oficio la petición de la PGR. La SSP señaló que no había encontrado elemento que vinculara al ex chofer de la familia Vargas Escalera con actividades ilícitas.
Más de un año después, el 5 de diciembre de 2008, la PGR informó que tenían datos que referían a la ubicación de un domicilio donde, según testimonios, Silvia Vargas Escalera fue privada de la vida. Los datos para llegar a ese lugar los aportó un reo en el penal de Barrientos, en el estado de México, del que no revelaron su identidad.
Con esa información, las autoridades obtuvieron una orden de cateo para investigar el inmueble. En el domicilio, ubicado San Miguel Xicalco, Tlalpan, autoridades de México encontraron el cadáver de Silvia.
Dos años después del secuestro, el 28 de julio de 2009, fueron detenidos en Veracruz Cándido Ortiz González, alias el “Comandante Blanco”, y su hermano Miguel, apodado el “Comandante Tigre”, presuntos líderes de Los Rojos. Además, arrestaron a Luis Antonio Ricalde Murcia, “El Chabelo”, y José Antonio Estrada, “El queso de puerco”, quien fueron señalados como los encargados del cuidado de las víctimas.
Dos días después, capturaron a Raúl Ortiz González, “El Azul”, quien supuestamente negociaba y cobraba el dinero de los rescates. Asimismo, fueron detenidos Jorge Luis Terán Oela, “El Primo”, y Martín Enríquez Monroy, “El Chelas”.
Este último fue quien custodió y alimentó a Silvia Vargas, así como llevó a las autoridades hasta donde Silvia estaba enterrada bajo una lápida. También es el único sentenciado por el plagio y asesinato de Silvia. El 27 de mayo de 2014, un juez lo condenó a 52 años y seis meses de prisión por los delitos de secuestro y delincuencia organizada.
El 16 de noviembre de 2010, Ramona Camacho Valle, de 33 años, fue detenida en Guasave por presuntamente participar en el secuestro, junto con otras 10 personas. Ella señaló haber sido pareja sentimental de Jorge Luis Terán Olea.
Ahora, a más de 12 años del crimen, la división Interpol de la Policía Federal Argentina encontró a Iván Silvio Pissaco, de 49 años, un argentino que supuestamente alquiló la casa donde apareció el cadáver de Silvia. Lo encontró en el pequeño hotel Cibeles de la calle Virrey Ceballos en Montserrat, a dos cuadras de la central de la PFA, según confirman fuentes del caso a Infobae.
El hombre había llegado al país sudamericano al menos desde el 23 de febrero y datos de inteligencia reportaron que había llegado desde Australia, con una escala en Chile.
La circular roja emitida de forma internacional por Interpol databa de mediados de enero último, con la firma del Segundo Juzgado de Distrito de Procesos Penales Federales del DF por los delitos de “privación ilegal de la libertad en modalidad de secuestro y delincuencia organizada”.
Le montaron una guardia el domingo por la mañana, esperaron a que saliera y lo apresaron. Pissaco no usó la fuerza, no reaccionó, no se rebeló. Se dejó esposar. A la mañana siguiente, la PFA lo entregó a la Justicia federal, que deberá determinar los plazos de su extradición.
Al respecto de esta detención, Nelson Vargas aseguró que este hombre tiene mucha información que podría permitir que las nueve personas vinculadas a proceso sean sentenciadas. “Este personaje tiene mucha información, por eso es necesario que lo extraditen y que proporcione datos para las sentencias de los detenidos”, apuntó.
En entrevista con Milenio, recordó que hasta el momento sólo ha habido una sentencia por el secuestro de su hija. “Uno ya fue sentenciado con 54 años. Es culpable porque fue el que hizo la lápida para enterrar a mi pequeña, pero todos los hermanos Ortíz González no, ha habido intenciones para que salgan, pero afortunadamente hemos estado muy al pendiente para que no pase eso”.
Nelsón Vargas también dijo que falta detener a una persona más por el secuestro y homicidio de Silvia Vargas. Una enfermera que fue que le aplicó una inyección que la mató.
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