Entre 2019 y 2020 escuelas de distintos niveles han interrumpido actividades en al menos 199 ocasiones como consecuencia de la violencia entre grupos delictivos. De igual manera, otras 12 instituciones han permanecido cerradas hasta por siete años debido a las mismas condiciones.
Las escuelas primarias han sido las más afectadas, al suspender sus actividades en 104 ocasiones; por su parte, las secundarias en 51, preescolares 49, bachilleratos en cuatro y las universidades en tres.
De acuerdo con un informe al que tuvo acceso El Universal, esta problemática ha tenido lugar en ocho estados: Coahuila, Ciudad de México, Guerrero, Guanajuato, Michoacán, Puebla, San Luis Potosí y Tabasco.
Esta información obtenida a través de solicitudes de información que el medio mencionado realizó a las secretarías estatales de Educación Pública, define que 199 paros de escuelas han sido temporales, mientras que 10 instituciones de Guerrero y dos de Michoacán cerraron sus puertas de manera definitiva por la inseguridad de las regiones.
Guanajuato representa el estado donde se han presentado la mayoría de casos (146). El documento señala que en algunos casos las clases fueron interrumpidas porque elementos de seguridad suspendieron los caminos o bien, porque los padres de familia así lo solicitaron.
Por otro lado, Guerrero cuenta con 27 casos de este tipo. Por ejemplo, en el municipio José María Izazaga, la primaria Valentín Gómez Farías ha estado cerrada desde hace siete años, a causa de un “asesinato masivo”.
Asimismo, en las localidades de Zirándaro, Coyuca de Catalán, Petatlán, Pedro Ascencio de Alquisiras y Zihuatanejo de Azueta hay nueve primarias que llevan cerradas entre uno y tres años por inseguridad o por falta de pobladores y alumnos.
En Michoacán han dejado de operar 17 secundarias, ya que como lo indica el documento “la comunidad abandonó el poblado por miedo a la inseguridad”. Toma de careteras, toma de vehículos, amenazas que han circulado a través de volantes y enfrentamientos entre grupos delictivos, han sido también motivos por los cuales secundarias del estado han cerrado sus puertas.
Del mismo modo, Puebla ha frenado clases en 10 de sus escuelas por enfrentamientos, balaceras y secuestro de profesores.
Por su parte, el pasado 10 de enero en Torreón, Coahuila cuatro primarias y una secundaria tuvieron que poner un alto a sus actividades luego de la detonación de un arma de fuego al interior del Colegio Cervantes, el cual dejó una maestra y un niño que perdió la vida después de realizar el ataque.
En el caso de Tabasco, el documento detalla que en una ocasión la escuela debió permanecer cerrada porque había personas armadas en la comunidad con amenazas a maestros y alumnos, razón por la que padres de familia acordaron no enviar a sus hijos a la escuela.
Parecido al caso anterior, San Luis Potosí frenó actividades escolares en el municipio de Santo Domingo por el asesinato de una familia completa, por lo que los padres de los estudiantes decidieron no mandarlos a la escuela.
Generaciones perdidas
Expertos en la educaión de la infancia, consultados por El Universal, lamentaron que la violencia haya alcanzado a las escuelas y a los infantes que estudian ahí, pues podría estar en riesgo su futuro, junto con todo el daño psicológico.
Juan Martín Pérez, director de la Red por los derechos de la Infancia (Redim), habló sobre los niños armados en Chilapa Guerrero, que presuntamente forman parte de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) y cómo la violencia les ha arrebatado la posibilidad de asistir a la escuela y se han tenido que enfrentar a ella.
Por otro lado, Diohema Anlleu, directora de la incidencia de la Fundación Juconi, aseveró que el cierre de una escuela puede afectar el desarrollo cognitivo de un niño y que aunque la mayoría de las escuelas sólo cierra por un tiempo, tiene el mismo impacto negativo en los infantes.
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