Al menos tres años de construcción de una de las más grandes obras en la Ciudad de México, fueron necesarios para el desvío de importantes cantidades de dinero durante el mandato del ex presidente Enrique Peña Nieto.
En 2015, 2016 y 2017 es el tiempo en que se llevaban a cabo los trabajos de construcción del que sería el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y tiempo en que contrataron a decenas de empresas fantasma.
De acuerdo con el diario El Universal, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) contrató a 45 empresas fantasma que recibieron al menos 1,779 millones de pesos por concepto de bienes y servicios.
La Sedena se dedicó a firmar convenios con el grupo aeroportuario de la Ciudad de México y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) por trato directo, es decir, las dependencias podían realizar trabajos sin licitación con particulares.
Por ello, tras el pacto de acuerdos, la Sedena asumió la responsabilidad de los trabajos y contrató a cientos de empresas privadas para que le ayudaran en este mecanismo.
Según un análisis, se descubrió que 117 de 284 contratos que la Sedena entregó vía transparencia, fueron asignados a 45 empresas con una serie de irregularidades.
Se encontró que en 13 empresas hay supuestos dueños que se dedican a laborar como: veladores, albañiles, estilistas, policías o son beneficiarios de programas de subsidio de campo, vivienda o educación.
Una empresa que figura en la lista de este estudio realizado por el mismo medio, es Aradam Construcciones, la cual recibió al menos un millón de pesos por suministrar concreto para la construcción de la barda en el NAIM, pero uno de los accionistas era un policía de Chiapas, Efrén Sánchez Garibay.
Cuando se firmó el contrato, el uniformado percibía un sueldo de 6,172 pesos mensuales, como policía de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, además dijo que no poseía bienes inmuebles, joyas, empresas o coches, de acuerdo con su declaración patrimonial.
Tras esos detalles, se corroboró que se trataba de la misma persona al cotejar el RFC presentado en su declaración con los datos en el acta constitutiva de la empresa.
Otra empresa involucrada y conformada por prestanombres es Constructora Osercy. Los tres socios de dicha compañía, que fundaron en 2016, se registraron en un programa de becas y subsidios al campo.
Uno de los socios declaró que le pidieron firmar unos documentos y copia de su credencial de elector a cambio de inscribirlo a un programa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sagarpa). “Una señora que trabaja para las campañas me contactó, yo firmé varios documentos, pero nunca volví a saber nada del apoyo, dijo.
El Servicio de Administración Tributaria (SAT) tiene entre sus listas negras, a ocho empresas, ya que han simulado operaciones, tienen adeudos fiscales o no fueron localizadas en sus domicilios.
Por ejemplo, Soluciones Empresariales Santori, prestó servicios a la Sedena por la construcción del NAIM, fue señalada como una de las que emitió comprobantes fiscales que ampararon operaciones inexistentes, es decir, empresas fantasmas.
La compañía pudo haber sido construída para los trabajos del aeropuerto en Texcoco, pues se fundó el 22 de febrero de 2016 y siete meses después recibió el primero de cinco contratos que se le asignaría por la cantidad de 45.2 millones de pesos.
Santori pactó por última vez con la Sedena el 22 de febrero de 2017 y seis meses después de disolvió y durante la cancelación de la obra, esta compañía vendió material eléctrico; sin embargo, su objeto social era la asesoría financiera, la asistencia contable y la consultoría fiscal.
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