Una pequeña ola de calor se vive este martes a pesar de que febrero se consideraba como un mes invernal. Lo anterior podría extenderse por varios días, aunque por la noche se esperan cielos despejados, así como aire cálido a fresco en la Ciudad de México.
Por ende, no se esperan lluvias, ello conforme al Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el que señala que para hoy se esperan temperaturas máximas de 29 a 31 grados centígrados, así como temperaturas bajas de 10 a 12 grados centígrados.
En cuanto a las condiciones meteorológicas se prevé que el viento sople por la noche de entre los 10 a los 25 km/h.
Ante el incremento de temperaturas que se pronostican a lo largo de febrero y posiblemente del mes entrante, se recomienda a la población que tome sus precauciones, a fin de evitar deshidratación que pueda derivarse en riesgos para la salud.
En medio de este tipo de climas, los golpes de calor son muy comunes. Identificarlos se vuelve primordial, especialmente en niños pequeños y adultos de la tercera edad, a quienes se les han de explicar que un estos se caracterizan por el incremento de calor en la temperatura corporal a consecuencia de una exposición prolongada al sol e incluso por realizar actividad deportiva en ambientes extremadamente calurosos o con poca ventilación.
Por otro lado, en cuanto a los síntomas existen dos facetas, siendo la primera característica: piel enrojecida, sed intensa, sudoración excesiva, sensación de calor sofocante y una temperatura mayor a los 40 grados centígrados.
En la segunda fase la persona puede llegar a presentar debilidad muscular y calambres, así como dolor de cabeza y mareos, orinar poco anhidrosis (ausencia de sudor), pulso fuerte y acelerado, dolor de estómago y falta de apetito.
A fin de evitar este tipo de eventos la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se encargó de desplegar un gráfico que explica los procesos por los que puede pasar una persona que es expuesta a temperaturas altas, además de señalar en éste los factores de riesgo que existen en cuanto al comportamiento, el gasto cardiaco e incluso aquellos que afectan a la sudoración, es decir, los comportamientos fisiológicos.
Los grupos que se encuentran mayormente expuestos a estos tipos de fases son los adultos mayores, niños y lactantes, embarazadas, personas con exceso de peso, personas en situación de discapacidad, personas convalecientes o en situación de dependencia, pacientes sometidos a algún tipo de tratamiento médico, trabajadores expuestos demasiado tiempo al sol, personas que ha sufrido patologías derivadas del calor. Es relevante evitar este tipo de situaciones en cada uno de los grupos mencionados para los que se recomienda:
Evitar el realizar comidas muy abundantes, mantener una dieta equilibrada que incluya frutas y verduras, además de beber de entre 1 a 2 vasos de agua con las comidas principales del día, ya que ayudan a hidratarse y a recuperar el agua perdida a lo largo del día. Incluso en situaciones de salud estable, el cuerpo llega a perder demasiada agua, ya sea al sudar o hasta al respirar, siendo la actividad casi obligada el mantenerse hidratado todo el tiempo y evitar el tomar agua hasta tener sed, pues podría poner la salud en peligro.
Para quienes pasan mucho tiempo fuera de casa, se recomienda que carguen con una botella de agua mineral natural; a las personas que pasan más tiempo en casa, se les recomienda que la mantenga ventilada, es decir, con las ventanas abiertas.
En el caso de los oficinistas, se les recomienda el evitar confiarse del aire acondicionado pues, pues sin darse cuenta incrementa la posibilidad de perder agua, al tiempo que se permanece fresco y sin indicios de sed.
De ser posible, se recomienda a la población en general que planifiquen sus actividades más pesadas para los horarios en los que hace menos calor. En el caso de las personas que practican algún deporte al aire libre, los descansos frecuentes y prolongados son una buena opción para mantenerse en forma sin arriesgar la salud.
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