Ixchel vivió hace 10,000 años en Tulúm, pero su historia podría cambiar para siempre lo que sabemos de nuestros orígenes

Pudo haber estado con vida aún cuando ingresó a la cueva donde murió, como una representación ideológica milenaria de Xibalbá (el mundo de los muertos para los mayas)

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(De izquierda a derecha) Jerónimo Avilés del Instituto de la prehistoria de América y Museo del Desierto en México, Sarah Stinnesbeck del Museo Estatal de Karlsruhe de Alemania, Silvia González de la Universidad John Moores de Liverpool en Inglaterra y Sam Rennie de Bournemouth University en Inglaterra Foto: Cortesía Jerónimo Avilés
(De izquierda a derecha) Jerónimo Avilés del Instituto de la prehistoria de América y Museo del Desierto en México, Sarah Stinnesbeck del Museo Estatal de Karlsruhe de Alemania, Silvia González de la Universidad John Moores de Liverpool en Inglaterra y Sam Rennie de Bournemouth University en Inglaterra Foto: Cortesía Jerónimo Avilés

Una nueva investigación reveló parte de la fascinante historia de Ixchel, una mujer que vivió hace más de 9,900 años en lo que ahora es Tulúm, Quintana Roo.

Tenía 30 años, medía 1.64 metros (alta en comparación a las otras mujeres encontradas por la zona) estaba enferma y se deduce que pudo haber estado viva aún cuando ingresó a la cueva.

Una losa inclinada al lado de su esqueleto sugiere que pudo usarse para que ella se recostara a pasar sus últimos momentos, lo que era inusual, ya que la mayoría de huesos hallados en la zona eran depositados ahí cuando ya había fallecido (excepto Naia, que todo parece indicar que su muerte fue accidental al caer y fracturarse la cadera).

Los resultados de la investigación fueron publicados recientemente en la prestigiosa revista científica Plos One, en la cual Jerónimo Avilés Olguín encabezó el artículo, en el que también participaron Wolfgang Stinnesbeck, Samuel R. Rennie, Sarah R. Stinnesbeck, Silvia González, Norbert Frank, Sophie Warken, Nils Schorndorf, Thomas Krengel, Adriana Velázquez Morlet y Arturo González González, Roberto Gonzalez, Ignacio Muñoz, Emilio Gutierrez, Alvaro Sepulveda, Rosalinda Abeytia y Roberto Vera Chávez.

Las imágenes del cráneo, los huesos de Ixchel y cómo fue encontrada  fueron publicados en la revista científica Plos one
Las imágenes del cráneo, los huesos de Ixchel y cómo fue encontrada fueron publicados en la revista científica Plos one

Jerónimo Avilés Olguín, director general en Instituto de la Prehistoria de América, investigador del Museo del Desierto y espeleólogo subacuático mexicano diplomado en arqueología subacuática y arqueología forense, habló con Infobae México sobre la misteriosa mujer que abre un nuevo capítulo en la historia de nuestros antepasados.

La búsqueda sistemática en la cueva Chan hol inició en 2016, dirigida por mí y un grupo aliado de espeleobuceo, en compañía de Arturo González, Eugenio Acevez y Alejandro Elizondo. Los descubridores fueron Iván Hernández y Vicente Fito, y en la búsqueda también participaron Roberto Gonzalez, Ignacio Muñoz, Emilio Gutiérrez, Álvaro Sepúlveda, Rosalinda Abeytia y Roberto Vera Chávez”, relató Avilés Olguín.

Iniciaron la exploración para recuperar a Chan hol 2, el cuerpo de un hombre de alrededor de 22 años de más de 11,300 años, del que lamentablemente se robaron el cráneo y hasta la fecha no se ha recuperado.

“Al principio creíamos que era Chan hol 2 y nos alegramos, pero al investigar nos dimos cuenta que era otro individuo diferente, fue a 114 metros de distancia de Chan hol 2 que encontramos a Chan hol 3 (Ixchel). Este grupo explora y reporta el hallazgo, muy importante, la llamamos Ixchel (diosa maya de la fertilidad, la sabiduría y la medicina)”, dijo el investigador.

Quienes hallaron por primera vez a Ixchel fueron los espeleobuzos
Iván Hernández y Vicente Fito, posteriormente informaron al Instituto Nacional de antropología e Historia (INAH) para su investigación
Quienes hallaron por primera vez a Ixchel fueron los espeleobuzos Iván Hernández y Vicente Fito, posteriormente informaron al Instituto Nacional de antropología e Historia (INAH) para su investigación

La incógnita en torno a los últimos momentos de esta mujer, de la cual miles de personas podrían tener parte de su ADN en la actualidad, se vuelve aún más desconcertante ya que se encontraron algunas fracturas en su cráneo, como si la hubieran golpeado justo antes de morir o poco después.

“Probablemente tuvo una muerte violenta, no podemos afirmarlo pero tiene tres traumas en el cráneo por el golpe de un objeto contundente, y no tiene señas de haber sanado, sucedieron un poco antes o un poco después de la muerte, probablemente estas heridas la llevaron a una muerte lenta”, explicó el director general en Instituto de la Prehistoria de América.

Es sumamente interesante porque cuando pensamos que habíamos entendido los contextos alrededor de los demás esqueletos (nueve en la región de Quinta Roo), la evidencia que observamos fue diferente, noté que en el piso de la cueva, en el sitio había una especie de cabecera de roca, que no corresponde con la estructura del techo de la cueva sino del piso, pero está removida y tiene un par de estalágmitas rotas que colocaron para darle un ángulo a la laja de piedra. Lo que nos hace pensar que pudieron haberle puesto esta laja para que pudiera estar en una posición más cómoda, con base a eso y la forma en que encontramos los huesos pensamos que ahí murió y no fue depositada después de la muerte, como la señora de Las Palmas o el abuelo de Muknal”, añadió.

También hay evidencia de enfermedad bacteriana con treponemas que causó una alteración severa de los huesos parietales y occipitales posteriores del cráneo. Esta es la primera vez que se informa la presencia de dicha enfermedad en un esqueleto paleoindio en las Américas.

Aquí se visualiza la losa de piedra que todo parece indicar que fue puesta en ángulo, con dos estalagmitas en la parte inferior ,para que Ixchel estuviera un poco más cómoda en sus últimos momentos
Aquí se visualiza la losa de piedra que todo parece indicar que fue puesta en ángulo, con dos estalagmitas en la parte inferior ,para que Ixchel estuviera un poco más cómoda en sus últimos momentos

“Es otra hipótesis por evidencia en el cráneo, con treponemas que se genera a partir de infección bacteriana del tipo de la sífilis, lo que puede generar otra discusión ya que el origen de esta enfermedad estaba fechada en el viejo mundo, en Europa”, añadió Jerónimo.

Los diez primeros esqueletos encontrados hasta ahora en las cuevas sumergidas de la península de Yucatán tienen morfología craneal mesocefálica (cara redonda con frente ancha), diferente a la morfología dolicocefálica (cara alargada) para paleoindios del centro de México con fechas equivalentes. Esto apoya la presencia de dos poblaciones paleoindias morfológicamente diferentes para México, que coexisten en diferentes áreas geográficas durante el Pleistoceno tardío-Holoceno temprano, como los mostró otra investigación de 20 años llevada acabo a cuatro de los esqueletos de la zona y que reveló la diversidad insospechada de los primeros pobladores de América.

El esqueleto de Ixchel fue descubierto cerca de la ciudad de Tulúm a unos ocho metros de profundidad en agua dulce y a 1,141 metros de la entrada de la cueva de Chan Hol (en maya “pozo pequeño”).

Tenía caries en los dientes, lo que posiblemente insinuaba una dieta diferente con más azúcar, provenientes de frutas dulces y miel de abeja. Por otro lado, los esqueletos de otras partes de México han desgastado los dientes sin caries.

¿Qué hay en Quintana Roo que preserva los cuerpos milenarios?

La península de Yucatán tiene cuevas subterráneas llenas de agua llamadas cenotes, en la actualidad se han descubierto alrededor de 3,000 cenotes, algunos tienen ríos subterráneos, incluso otros conectan con el mar. Su acceso no es fácil y hay partes donde los canales son muy estrechos.

Las cuevas. En México, Norteamérica y Sudamérica, sean encontrado diversos esqueletos, como el más antiguo de Quintana Roo de 13,600 años de antigüedad (Eva de Naharon), distribuidos en el país están otros, no tan antiguos, de alrededor de 9,000 años, como el de Balderas, el del Peñón, el de Tepexpan. Ingresaron a las cuevas miles de metros y luego con el incremento del agua al final del pleistoceno y holoceno temprano, entre 8,000 años y 15,000 años, al inundarse protegió a estos individuos de ser removidos por otros grupos humanos, o animales carroñeros, es un ambiente estable, el agua por ejemplo siempre está a 25 grados todo el año”.

La idea del inframundo desde antes de los mayas

Los mayas, grupo étnico que dominó la región por miles de años, denominaban al mundo de los muertos Xibalbá y era común que llevaran a sus muertos a los cenotes (cuevas donde hay agua y ríos subterráneos).

Pero estos nuevos estudios refieren que la idea de rituales mortuorios en los cenotes se originó mucho tiempo atrás. Identificamos varias fogatas de grupo nómadas, precerámicos, premayas, que eran cazadores- recolectores”, concluyó Jerónimo.

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