Ecos de la boda de la hija del Chapo: la Catedral de Sinaloa negó vínculos con el narco

Blindada por sicarios fuertemente armados, la entrada principal de la catedral fue clausurada durante la hora y media que duró la ceremonia

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(Foto: @EsCuliacan)
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El pasado 25 de enero, la hija del “Chapo” Guzmán se casó con otro miembro de un imperio de las drogas en una lujosa ceremonia celebrada en la Catedral de Culiacán, Sinaloa. Alejandrina Guzmán contrajo nupcias con Edgar Cazares, sobrino de Blanca Margarita Cazares, conocida como “La Emperatriz” y supuesta responsable del blanqueo de las finanzas del Cártel de Sinaloa.

Ese día, los ciudadanos de Culiacán que viven y trabajan cerca de la catedral dijeron a la agencia Reuters que habían notado una boda extravagante, pero que no sabían quién era la pareja. “La iglesia es para todos”, dijo Sofía, quien se negó a dar su apellido. “Pero la iglesia no debería dar privilegios a nadie”.

Los hermanos de la novia, todos prófugos de la justicia estadounidense, presuntamente asistieron a la misa oficiada por un cura cercano a la familia. Presuntamente porque no divulgaron la lista de invitados y las fotos que subieron a las redes sociales omitieron deliberadamente imágenes de los asistentes. El gran ausente fue el padre de la novia encarcelado de por vida en una prisión de máxima seguridad en Colorado.

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El Obispo de la Diócesis de Culiacán, Jonás Guerrero, quien fue secretario particular del Cardenal Norberto Rivera, negó tener “contubernio” con el Cártel de Sinaloa. Alegó que no sabía quiénes eran los novios y menos a qué se dedican. “No me enteré de la boda, hasta el lunes siguiente que alguien me dijo que hubo una boda con muchos recursos en la Catedral”.

Blindada por sicarios fuertemente armados, la entrada principal de la catedral fue clausurada durante la hora y media que duró la ceremonia.

El impresionante dispositivo de seguridad y logístico que montaron a las afueras de la catedral de Nuestra Señora del Rosario, la más antigua de Culiacán, no pudo haberse dado sin el consentimiento de la cúpula política, policial, religiosa e incluso militar del estado, informó la periodista Dolia Estévez.

Blindada por sicarios fuertemente armados, la entrada principal de la catedral fue clausurada durante la hora y media que duró la ceremonia

“En Culiacán todo lo que pasa es para y del narcotráfico. La Iglesia católica no es la excepción, ni está exenta del dinero que proviene de las drogas. Los curas o encargados de los templos, reciben continuamente diezmos, ayuda para la remodelación de las iglesias, mucho del dinero llega por medio de las mujeres”, explicó Tony Payan, director del Centro México del Instituto para Políticas Públicas James A. Baker III de la Universidad de Rice.

Los policías municipales–y me refiero a los que andan patrullando todos los días–no pueden hacer nada, ya que si existe cualquier suceso que esté relacionado con gente del Cártel de Sinaloa, cortan la comunicación vía radio y los mandos se comunican por medio de celulares”, añadió.

Aunque Alejandrina Guzmán no es buscada por la DEA, sus hermanos sí. La lista de extraditables mexicanos la encabezan los cuatro hijos de “El Chapo”: Ovidio y Joaquín Guzmán López, hermanos de Grisel, y Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán Salazar, mediohermanos de la novia. Jesús Alfredo, alias “Alfredillo”, destaca entre los criminales más buscados por la DEA. Todos tienen órdenes de aprehensión con fines de extradición. Las recompensas por información que lleve a sus paraderos fluctúan oscilan entre los USD 5 y USD 10 millones.

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