Siete años tenía Fátima cuando fue secuestrada a la salida de su escuela el pasado 11 febrero, apenas hace un mes había cumplido esa edad y esperaba en la puerta de la primaria Enrique C. Rébsamen a que su mamá llegara por ella. Todo lo que se supo de su desaparición fue que una mujer se la había llevado. Ningún otro dato más.
Tras la desaparición de la menor, sus familiares realizaron la denuncia correspondiente y se emitió la alerta Amber. No fue si no hasta seis días después cuando se dio a conocer que en la alcaldía de Tláhuac había sido encontrado el cuerpo de una menor de entre 7 y 9 años en una bolsa.
De acuerdo con los reportes, la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Homicidio fue notificada por el agente del Ministerio Público de la Coordinación Territorial en Tláhuac Dos. Tras el hallazgo se realizaron los peritajes correspondientes. Además, se anunció que el caso sería tratado como feminicidio por las condiciones en las que se encontró el cuerpo.
La noche del 16 de febrero, los familiares recibieron la noticia de que los restos de Fátima eran los que se encontraban en la bolsa. En las redes sociales fueron sus padres y tíos quienes compartieron la noticia. Manuel López García, del que la pequeña era sobrina, escribió en su cuenta de Twitter:
Amigos twitteros, quiero darles las gracias por toda su ayuda, por ayudarme a encontrar a mi sobrina. Hoy la encontraron asesinada, desnuda y torturada. Dios los bendiga, a todos ustedes, cuiden a sus hijos, tenemos un Gobierno de mierda.
El cuerpo de Fátima apareció a una semana de que se diera a conocer otro caso de feminicidio, el de Ingrid Escamilla, una joven de 26 años que fue asesinada y desollada por su pareja sentimental, quien intentó tirar sus restos en las alcantarillas, e incluso aparece en un momento cercano a que el fiscal general, Alejandro Gertz Manero, diera a conocer una propuesta en la que pretendía homologar el feminicidio bajo la figura del homicidio doloso.
Fátima vestía uniforme escolar el día que desapareció, ella estaba esperando a su madre para ir a casa y jugar como todos los días. En cambio, tuvo que vivir una serie de vejaciones y dolores que jamás será posible imaginar.
Sin más datos para identificar a quien se la llevó, el nombre y la vida de Fátima han pasado a formar parte de las diez mujeres que son asesinadas cada día en México. Las cifras de feminicidio aumentan todos los días. Tan solo en 2019 se registraron 976 feminicidios cuyas principales sedes estuvieron en Veracruz, Estado de México y Ciudad de México.
El mismo 16 de febrero fue dado a conocer que una mujer de 33 años llamada Araceli había sido asesinada por su esposo de 57 años, quien la agredía física y sexualmente. Durante un tiempo, Araceli decidió ir a dormir con sus papás, pues su esposo le generaba mucho miedo.
La mañana del sábado 15 de febrero, la mujer fue a su casa para bañarse y alistarse para ir a trabajar como reclutadora en un restaurante, pero cuando llegó su esposo comenzó a discutir con ella y la atacó con un cuchillo. Los padres trataron de ayudarla, sin embargo, el hombre bloqueó la puerta y a los familiares no les quedó más que hablar a la policía.
Todas estas mujeres fueron asesinadas en un lapso menor a dos semanas, cada una de ellas atacada por su condición de mujer, por una persona cercana y con métodos cuya saña se eleva a niveles muy altos. Esta situación en México es constante y más que frenarse, esta situación continúa. Miles de mujeres han salido a protestar en varias ocasiones con la consigna “Ni una más”, pero, desafortunadamente, siempre hay una más.
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