En México anualmente fallecen 16 mil niños con dolor grave

En México anualmente fallecen 16 mil menores de edad con dolor grave y más de 20 mil viven con una enfermedad terminal, la mayoría de los casos presentan distintos tipos de cáncer, afirmó Luz Adriana Templos Esteban, especialista en algología (manejo del dolor).

De esta cifra, el 80% no puede acceder a fármacos para cuidados paliativos por la falta de presentaciones pediátricas, por tanto, su única alternativa es ajustar las dosis que se aplican en adultos, ya sea partiendo la tableta o diluyendo el medicamento.

Otra complicación es que la venta de esta medicina no es común en farmacias al tratarse de medicamentos controlados, aunado a ello, sólo algunos hospitales del país tienen espacios físicos adecuados o destinados para tratar a dichos pacientes y, por tanto, suelen ser dados de alta a pesar de que en su hogar no cuentan con las condiciones adecuadas para fallecer sin sentir dolor.

El 15 de febrero se conmemoró el Día Internacional contra el Cáncer Infantil, bajo el lema “No más barreras”. Al respecto, Enrique López Aguilar, director del Hospital de Pediatría Siglo XXI, confirmó que al año se diagnostican a 5 mil niños con un tipo de cáncer y que la sobrevivencia es del 56%. Por ello, el médico sugirió que se requiere analizar en qué condiciones fallecen los niños y lograr que tengan acceso a una muerte digna, señaló en una entrevista para El Universal.

López Aguilar explicó que el hospital donde labora instaló la primera Sala de Cuidados Paliativos para Niños con Cáncer y Enfermedades Terminales del país en el 2018. Al respecto, añadió que “cuidados paliativos puede haber en cualquier clínica, pero aquí existe un espacio definido en el que los niños pueden morir con tranquilidad, sobre todo aquellos que requieren de cuidados especializados".

El especialista destacó que los médicos no sólo deben comprometerse con realizar un diagnóstico temprano, otorgar acceso a tratamientos o dar seguimiento, también se les debe acompañar hasta "el final y velar porque se vayan con dignidad, tranquilidad y paz”.

López Aguilar explicó que hace unos años visitó el área de cuidados paliativos de un hospital para ver cómo funcionaba, sin embargo sólo era un diminuto cuarto, en donde había escritorios y a su alrededor había una fila de pacientes que estaban en sillas de ruedas o muletas en espera de una receta médica.

“Eso no era un área de cuidados paleativos, los doctores ni volteaban a ver a los pacientes, quienes estaban afuera, con mucho dolor. Paliar el dolor debería hacerse con todos los enfermos, en especial con los niños. No podemos maltratarlos”, destacó.

Bajo su experiencia consideró que la burocracia es el principal impedimento de que no existan espacios específicos para aliviar el dolor en los hospitales, por lo cual se debe combatir. El especialista consideró que “pretextos hay muchos, pero siempre habrá un espacio donde puedas aislar a cuatro o seis camas para tener a los niños cómodos y evitar que mueran en su hogar de manera trágica. Aquí no es cuestión de política, sino de humanidad”.

Por su parte, la especialista en el estudio y tratamiento del dolor en el paciente oncológico, Luz Adriana Templos Esteban señaló que los trámites que solicitan las farmacias para mantener un inventario resultan complicados. Por lo que en México no es fácil acceder a medicamentos controlados, como: amorfina, tramadol, oxicodona, hidrocodona y fentanilo, los cuales funcionan como analgésicos y alivian el dolor agudo o crónico.

Otro problema es que incluso en diciembre de 2018, el entonces titular de Cofepris, Julio Sánchez y Tépoz, reconoció que las farmacias en México no tienen acceso suficiente a medicamentos controlados. Resulta complicado obtener los permisos para su venta, lo cual implica procedimientos prolongados; además, Templos Esteban lamentó que algunos profesionales de la salud no cuentan con la capacitación suficiente para prescribir los medicamentos, entonces prefieren no hacerlo y como anteriormente se mencionó en diversos casos ni siquiera existen presentaciones para niños, por lo que las pastillas que se recetan para adultos se tienen que partir o diluir para darle la dosis al menor.

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