“¡Soy de la prensa, estoy transmitiendo en vivo!”: el aterrador momento en que policías de Veracruz agredieron a manifestantes y periodistas

El ataque se suscitó después de que una manifestación de pobladores del municipio de Isla se tornó agresiva

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Policías balean a manifestantes en Veracruz

En Veracruz, una manifestación de pobladores del municipio de Isla que exigían la salida de la Fuerza Civil debido a que han cometido varios abusos, se salió de control toda vez que elementos de esta corporación los repelieron a balazos.

Los manifestantes quemaron una patrulla dentro de las instalaciones de la Policía Federal, por lo que las autoridades comenzaron a disparar, hechos en los que al menos cinco personas resultaron heridas y 12 fueron detenidas.

Los inconformes llegaron a las instalaciones armados con palos, tubos, machetes y piedras, para denunciar presuntos casos de abuso policial, por lo que un mando que estaba al interior pidió a los manifestantes instalar una mesa de diálogo, pero se negaron.

El grupo de personas lanzó piedras a las instalaciones, ubicadas en la carretera federal 145, y posteriormente, arrojaron bombas molotov a una patrulla, que se incendió.

Fue entonces que los policías comenzaron a disparar, y durante la revuelta, los uniformados también agredieron a reporteros locales que cubrían la información y que se identificaron como tal, lo cual quedó registrado en un video que ya circula en redes sociales.

Tras la manifestación, la Secretaría de Seguridad Pública informó que fueron detenidas 12 personas, cuatro mujeres y ocho hombres, originarios de Oaxaca y Veracruz, a quienes también les decomisaron armas.

La Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas condenó las agresiones de agentes policiacos en contra de reporteros que cubrían la información.

En un comunicado de prensa, el organismo denunció que efectivos de la Fuerza Civil que participaron en el enfrentamiento, dispararon de forma temeraria y poniendo en riesgo la vida de los comunicadores que cubrían el operativo.

La Comisión destacó que es evidente que, con base a la documentación videográfica existente, los elementos policiacos incurrieron en un abuso de autoridad y a margen de cualquier protocolo para el uso proporcional de la fuerza contra los periodistas.

“Es injustificable que un elemento de una corporación oficial haya arremetido contra el periodista José Alberto Carmona Contreras, del medio de comunicación El Piñero de la Cuenca, a pesar de que éste se identificó como tal y portaba una cámara fotográfica”, por lo que destacó el comunicado, resulta imposible que haya sido confundido con algún posible agresor o amenaza a la integridad del elemento.

En total, cinco reporteros denunciaron haber sido objeto de agresiones por parte de los policías: Brígido López Zepahua, Julia Santín, Edna López Domínguez, José Alberto Carmona Contreras y Sergio Herrera Montano, quienes de acuerdo con la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas, se encuentran fuera de peligro.

“Es reprobable además, que posteriormente, otros elementos policiacos se hayan sumado a las agresiones en contra del comunicador y a la intimidación de que otros estaban presentes en el momento del operativo, exponiendo su integridad física y reprimiendo sus derechos de libre expresión e información” señaló el documento de la Comisión.

Hasta el momento, el gobierno estatal encabezado por Cuitláhuac García no se ha pronunciado por estos hechos.

FOTO: ALBERTO ROA / CUARTOSCURO
FOTO: ALBERTO ROA / CUARTOSCURO

Veracruz es un estado azotado por la violencia del crimen organizado y la brutalidad policiaca, aunado a la mala administración del actual gobernador, Cuitláhuac García. Además, es uno de los estados en donde más atacan y han muerto periodistas.

La administración del gobernador “morenista” se ha visto opacada por trágicos acontecimientos como el ataque al bar El Caballo Blanco, que dejó 30 muertos. El incidente dejó entrever la profundidad a la que el crimen organizado ha calado en las instituciones públicas. Además, se abrió una brecha entre las autoridades federales y estatales que rápidamente salieron a lavar culpas.

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