La relación entre la familia Lozoya y Carlos Salinas de Gortari se remonta a la década de los 60 del siglo pasado. Emilio Lozoya fue amigo y compañero en la facultad de Economía de la UNAM del propio Salinas de Gortari, junto con Manuel Camacho Solís, José Francisco Ruiz Massieu, Alberto Anaya y Hugo Andrés Araujo, todos ellos a la postre políticos que terminaron en las filas del PRI.
En el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado, el entonces presidente designó a Lozoya Thalmann como tesorero general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), después subsecretario de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS).
Al iniciar su gobierno en 1988, Carlos Salinas de Gortari lo nombró director general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), cargo que ocupó hasta 1993 cuando fue designado secretario de Energía, Minas e Industria Paraestatal, cargo en el cual concluyó el sexenio.
Emilio Lozoya Thalmann fue muy cercano a Carlos Salinas, quien incluso es padrino de Juan Jesús Javier Lozoya Austin. Sin embargo, la relación terminó muy mal. Y es que durante una de las últimas giras del entonces presidente por Asia tuvieron un encontronazo. Salinas de Gortari le pidió a su secretario que se hiciera a un lado y permitiera a Francisco Rojas tomar el control total de la refinería de Salina Cruz, en Oaxaca, para venderla a inversionistas japoneses.
Francisco Rojas, entonces director de Petróleos Mexicanos (Pemex), asociado con Rodolfo Moctezuma, efímero secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), y también director de esa paraestatal con José López Portillo, actuaban como intermediarios o conocidos en México como “coyotes”.
Como Lozoya Thalmann no aceptó lo que veía como un negocio personal de esos funcionarios bajo la orden de Salinas de Gortari. Este último enfureció y no le volvió a dirigir la palabra. No lo pudo despedir de su cargo porque su sexenio había finalizado.
Pero la relación se rompió entre ambos, más no la de Cecilia Occelli con el matrimonio Emilio Lozoya-Gilda Austin. La esposa de Carlos Salinas nunca dejó de invitarlos a las fiestas familiares. Lozoya Thalmann y su esposa asistieron a las bodas de Emiliano, Juan Cristóbal y Cecilia, los hijos del matrimonio Salinas Occelli.
En 2012, Lozoya Austin estuvo presente en el equipo de Enrique Peña Nieto desde la transición cuando quedó como encargado de los asuntos internacionales. Emilio Lozoya Austin fue nombrado director de Pemex. Entonces, Salinas de Gortari, el llamado “villano favorito”, volvió a la carga.
Tragándose su orgullo no tuvo empacho en buscar a su viejo amigo y colaborador Emilio Lozoya Thalmann para pedirle que su hijo lo recibiera. Su intención era acercarle a Lozoya Austin potenciales inversionistas para el sector petrolero.
El ex presidente tenía muchos contactos con inversionistas interesados en participar en el sector a raíz de la reforma energética que se aprobó durante el gobierno de Peña Nieto, que rompió el monopolio de Pemex y permitió la inversión privada en la paraestatal y en todo el sector energético.
Sin embargo, el hasta hoy prófugo de la justicia le dio un portazo, porque no le perdonó a Salinas el trato que dio a su padre. Fue así que acabó la relación de los Lozoya con los Salinas.
En el Foro Económico Mundial, Lozoya Austin estrechó relaciones con Luis Videgaray, quien en esos momentos era el secretario de Finanzas del Estado de México, y luego fue secretario de Hacienda y Crédito Público y de Relaciones Exteriores del gobierno de Peña Nieto.
Además de este vínculo, ambos personajes tenían en común haber sido alumnos de Pedro Aspe, secretario de Hacienda cuando el padre de Lozoya Austin era secretario de Energía y Carlos Salinas de Gortari, presidente de México. Hoy Aspe Armella es uno de los nuevos petroleros que ingresaron a explotar hidrocarburos, tras la reforma energética de 2013, pues es uno de los socios de la empresa Diavaz Off Shore.
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