“Él te va a matar”: cuáles son las señales de alerta para identificar a un potencial feminicida

Especialistas en psicología explican los focos rojos en la personalidad de alguien que puede ejercer violencia homicida

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Docenas de mujeres en una protesta frente a la sede del gobierno reclamando medidas para combatir el aumento de los feminicidios en el país Foto: (Cuartoscuro)
Docenas de mujeres en una protesta frente a la sede del gobierno reclamando medidas para combatir el aumento de los feminicidios en el país Foto: (Cuartoscuro)

El asesinato de Ingrid Escamilla indignó a todo el país, no sólo por el salvajismo cometido contra la joven, a quien su pareja desolló, sino por que se difundieron masivamente fotografías de su cuerpo descarnado sin pudor. Este caso es igual al de cientos de mujeres que son víctimas de violencia intrafamiliar, pero ¿es posible identificar a un probable feminicida?, ¿cuáles son los focos rojos de alerta?

En el caso del agresor de Ingrid ya había tenido un registro judicial en su contra por violencia, no de parte de la joven sino de otra persona, sin embargo no se descarta que la haya agredido en otras ocasiones, como lo refirieron los vecinos al confirmar que los gritos y peleas en ese departamento eran constantes.

No siempre es fácil identificar a un potencial asesino, si bien hay algunas personas violentas e impulsivas, hay otras que esconden actitudes que en determinado momento pueden generar violencia homicida.

Feggy Ostrosky, licenciada en Psicología, Maestra en Trastornos de la Comunicación por Universidad de Northwestern y Doctora en Biomedicina por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó a Infobae México cuáles son las señales de alerta que deben de exigir una alerta de nuestra parte y alejarnos de estas personas.

Las estadísticas muestran que se ha duplicado el número de asesinatos anuales y la escala sigue en aumento
Las estadísticas muestran que se ha duplicado el número de asesinatos anuales y la escala sigue en aumento

Son manipuladores, groseros y altaneros. En general hay gente que tiende a manipular a los demás para obtener su propio beneficio. Si observas bien, te puedes dar cuenta en pequeñas acciones, como que le grite al mesero, puede ser un síntoma, cuando tratan mal a alguien que está sirviéndole, se consideran superiores y pretenden mantener un control según su perspectiva”, detalló Ostrosky.

Entre otros factores estas personas tienden a corregir a otros, requieren atención continua, que los alaben o atiendan.

Ser insensible. La insensibilidad ante los demás es un síntoma muy claro, expresiones como ‘pobre’, ‘retrasado’, etcétera. No tienen sentimientos de culpa o arrepentimiento. No le preocupa la moralidad de sus acciones. Utiliza el engaño para conseguir lo que quiere, adula a los demás para obtener sus fines, pero no porque sea sincero, tiende a ser cínico, suele explotar a los demás para sus propias ganancias”, abundó la psicóloga.

Celos

La psicóloga de la UNAM destacó que en México predomina el feminicidio pasional, en el que el factor constante son los celos.

Hay gente que asesina porque piensa que su pareja le fue infiel y eso no lo soportan, y entonces las parten en cachitos porque tiene esta parte muy biológica, muy íntima; hay otros como ‘El Monstruo de Ecatepec’ que era un asesino serial que tenía un odio muy encarnado hacia las mujeres porque lo habían hecho sufrir”, señaló.

Aseguró que esta violencia contra las mujeres tiene que ver con la educación, por lo que se tiene que cambiar la idea de que la mujer es un objeto para satisfacer al hombre.

“Tiene que ver con cómo estamos educados de que la mujer es un objeto de reproducción y es un objeto sexual y lo ves muy claro, cuando dicen: ‘la violaron porque traía la falta corta’, tiene que ver con una desigualdad, pero hay que cambiarlo, tiene que ver con factores sociales, con la concepción de quién es el hombre, el macho, y la mujer es un objeto para satisfacer al hombre”, consideró.

Perdonar puede costar la vida

Una muestra del rol asumido por las mujeres, detalló, es cuando empieza la violencia psicológica sobre su aspecto físico y ellas lo creen. Pero esa violencia aumenta hasta llegar a las agresiones físicas.

“Al principio te dicen: ‘te ves muy gorda, mira que panzota tienes’ y van escalando este violentómetro hasta pegarles y la mujer va absorbiendo eso, pero tampoco se valora ella misma y acepta y dice: ‘a lo mejor sí estoy haciendo mal’ porque se les ha enseñado por generaciones que las mujeres estamos educadas para complacer y para ser agradables, cuidar al hombre, es un estereotipo que afortunadamente está cambiando”, dijo.

Y es que si hay antecedentes de violencia previos, uno de los errores más comunes que se cometen es perdonar y creer que van a cambiar, es frecuente que después de una agresión se muestren arrepentidos, sin embargo nada garantiza que no lo volverán a hacer.

Otro factor es darse cuenta cómo habla de ex parejas y de otras mujeres, este es uno de los puntos que debe generar alerta.

Adicciones

Si hay un tema de alcoholismo o drogadicción se debe tener especial cuidado, ya que este tipo de personas pierden fácilmente el control de sus actos, y en un momento de ira no se detendrán a racionalizar y parar la violencia ejercida.

Al principio son amables y seductores

De acuerdo con la psicóloga de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y docente del Centro de Estudios Superiores de Ciencias Jurídicas y Criminológicas, Miriam González Juárez, no necesariamente el sujeto se muestra agresivo al comenzar una relación, pues la mayoría de este tipo de personalidades al inicio son muy amables y seductores, aunque también antisociales y narcisistas.

“Conforme avanza la relación con este tipo de sujetos, llega el momento en que la víctima va cediendo terreno a su victimario hasta que éste toma el control total de la persona, a lo que se le conoce como proceso de anulación”, por lo que alertó que cuando se llega a este punto la víctima ya depende completamente del sujeto.

Personas violentas y celosas. Se trata de una violencia incontrolable. Aquellos que responden con excesiva violencia ante cualquier situación que ponga en riesgo su instinto de “superioridad”, son propensos a cometer este delito.

Complacencia social con la violencia. Quienes crecieron en un contexto social en donde la violencia contra las mujeres se celebra y se incentiva tienen comportamientos que pueden derivar en violencia feminicida.

Irinea Buendía, madre de Mariana Lima Buendía, joven asesinada por su pareja en 2010 (Foto: Isaac Esquiel/Cuartoscuro)
Irinea Buendía, madre de Mariana Lima Buendía, joven asesinada por su pareja en 2010 (Foto: Isaac Esquiel/Cuartoscuro)

Impunidad. Quienes han tocado a una mujer indebidamente, sin consecuencias jurídicas por su actuar, van incrementando su nivel de agresión y puede llegar a cometer un feminicidio.

Misoginia. Aquellos que muestran un odio irracional hacia las mujeres son propensos ejercer violencia extrema.

Machismo exacerbado. Las personas que consideran a la mujer como un ser inferior podrían ser potenciales feminicidas.

Cultura patriarcal. Quienes viven en un entorno en el que constantemente se minimizar los derechos de las mujeres sólo por cuestiones de género constituyen un foco rojo.

La especialista hizo un llamado a las mujeres para que estén alerta de estos patrones y no ceder bajo ninguna circunstancia ante cualquier indicio de abuso.

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