Durante 14 semanas, por una corte federal de Brooklyn, Estados Unidos, desfilaron 14 antiguos colaboradores de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, para contar la asombrosa historia de un humilde campesino que pasó de cultivar marihuana en las montañas de Sinaloa, a convertirse en un capo internacional que aterrorizó al país y amasó una fortuna de más de USD 14.000 millones.
Aquellas imputaciones, y la eficacia del juicio en su conjunto, le valieron a Guzmán Loera la acusación de 10 cargos. El delito principal: liderar el Cártel de Sinaloa.
Entre los testigos cooperantes hubo criminales tan perversos como Juan Carlos Ramírez, alias “El Chupeta”, líder colombiano del Cártel del Norte y del Valle, y Jesús “El Rey” Zambada y Vicente Zambada, hermano e hijo de Ismael “El Mayo” Zambada, actual líder del Cártel de Sinaloa, quienes permitieron al gobierno estadounidense exponer con todo y lujo de detalles, un mundo de crímenes y exceso de corrupción.
En el mayor juicio de tráfico de drogas en la historia de EEUU, también se desprendieron asuntos de interés público, como la detención del ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna y la revisión de al menos cinco sentencias de criminales.
Si bien, narcos en libertad usufructaron los mercados dejados por “El Chapo”, otros cabecillas presos en Estados Unidos vieron el proceso judicial del capo mexicano como la oportunidad para aligerar sus condenas.
En enero de 2019, el jurado llamó al estrado a Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”, primogénito de Ismael “El Mayo” Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, quien fue uno de los activos más valiosos de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés) para probar que Guzmán ordenó asesinatos desde la cabeza de la organización de Sinaloa.
Fue precisamente eso, lo que Zambada Niebla contó en su primera aparición tras saludar respetuosamente a “El Chapo”.
El hombre, que un día fue señalado como heredero del Cártel de Sinaloa, relató cómo Guzmán Loera trató de reconstruir su imperio tras huir de la prisión de máxima seguridad de Puente Grande (Jalisco) en enero de 2001.
Una de las supuestas órdenes que dio fue la eliminación en septiembre de 2004, de Rodolfo Carrillo Fuentes, uno de los líderes más importantes del Cártel de Juárez.
Durante su colaboración, Vicente Zambada Niebla reconoció a “El Chapo” como uno de los cabecillas del Cártel de Sinaloa, pero con su testimonio también incriminó a su padre, explicando que ambos eran socios.
Meses después del proceso de hilar testimonios, el 30 de mayo de 2019, “El Vicentillo” recibió una sentencia reducida de 15 años de prisión, menor a la que pedían los fiscales por convertirse en testigo protegido.
Su tío Jesús “El Rey" Zambada fue el primer testigo estrella de la fiscalía de EEUU en arrancar el juicio contra Guzmán Loera, a mediados de noviembre de 2018.
Éste contó que “El Chapo” había ordenado la muerte del hermano de Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, por negarle el saludo.
A diferencia del Vicentillo, el caso de “El Rey” Zambada permanece sellado y se ignora los privilegios que obtuvo tras revelar los entresijos de los vínculos entre “El Chapo” y su hermano, Ismael Zambada García.
Pero pocos, estuvieron tan cerca de “El Chapo” Guzmán como Dámaso López, “El Licenciado”, quien testificó que su relación con el fundador del Cártel de Sinaloa fue tan estrecha que planeó con la esposa y los hijos del narco su segunda escapada, esta vez por un túnel excavado bajo un penal de máxima seguridad a hora y media de la Ciudad de México.
“El Licenciado” fue el penúltimo cooperante estrella que se subió al estrado antes de que llegara el turno de la defensa del Chapo. “Mi compadre era mi patrón”, aclaró.
En mayo de 2017, Dámaso López fue arrestado en la capital mexicana, acusado de narcotráfico.
Aunque en noviembre de 2018 fue sentenciado a cadena perpetua, recientemente su sentencia fue revisada a petición del Departamento de Justicia por haber ofrecido su testimonio en el juicio contra el Chapo.
¿Qué más podría contarse en el juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán que el jurado no supiera? La respuesta a ala pregunta del juez Brian Cogan la respondió de una manera macabra el último cooperante que presentó la fiscalía y que remató la causa contra el cabecilla del Cártel de Sinaloa.
Isaías Valdez, alias “El Memín” contó cómo su jefe torturó y asesinó a un miembro de los Arellano Félix y a dos del grupo criminal rival de Los Zetas.
Su desgarrados relato le servió para que las autoridades estadounidenses aceptaran revisar su sentencia.
“El Memín” estuvo a las órdenes de “El Chapo” durante una década. Se sumó al cártel de Sinaloa tras abandonar las fuerzas especiales del Ejército mexicano. Empezó trabajando en un círculo de seguridad que protegía al narcotraficante en las sierras de Sinaloa. También lo hizo más adelante para los hijos de Joaquín Guzmán y llegó s aser uno de sus pilotos.
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