Ismael Quintero Arellanes, alias “El Mayel”, fue acusado de tráfico de drogas por el Departamento de Justicia de Nueva York, EEUU, lo que abre la puerta para su extradición.
De acuerdo con el documento de la fiscalía, el sobrino de Rafael Caro Quintero y supuesto miembro de una facción del Cártel de Sinaloa, fue acusado por conspirar para fabricar y distribuir heroína, cocaína, metanfetamina y marihuana al país vecino, además de posesión ilegal de armas como parte de una organización de tráfico de drogas.
“Como se establece en el súper encausamiento, el acusado conspiró con miembros de la organización narcotraficante de Caro Quintero en flujo de grandes cantidades de heroína, metanfetamina, y cocaína hacia Estados Unidos”, describió el fiscal Richard Donoghue.
Además, la acusación sostiene que “El Mayel” colaboró con el Cártel de Sinaloa y Caro Quintero de 2015 a 2018. “Este encausamiento y arresto son un indicativo de que se están cerrando los muros en torno a los miembros del Cártel de Sinaloa, como Quintero Arellanes y el archienemigo de la DEA, Rafael Caro Quintero”, arguyó el Departamento de Justicia estadounidense.
El sobrino del capo prófugo Rafael Caro Quintero fue capturado el pasado 29 de enero en un operativo coordinado con efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaria de Marina.
Los expertos coinciden que el arresto de Quintero Arellanes vino a corroborar la determinación de Estados Unidos por atrapar a Rafael Caro Quintero, “El Narco de narcos”, a quien consideran su principal objetivo, incluso por encima de capos como Ismael “El Mayo” Zambada y Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación.
El crimen del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, en 1985, llevó al “Narco de Narcos” a la cárcel. La justicia mexicana le condenó a 40 años, pero en 2013 , cuando aún le faltaban 12 años por cumplir, logró que un tribunal de Jalisco le dejase en libertad por un defecto de forma. Cuando la sospechosa sentencia fue invalidada, Caro Quintero ya estaba en clandestinidad.
Desde entonces, su salida no escapó a los ojos de la DEA, quien puso en en marcha una gigantesca operación dentro y fuera de la ley para atrapar a los culpables.
Según gente de la sierra de Badiraguato, Sinaloa, hasta hace poco Caro Quintero se mantenía oculto en alguna choza perdida entre vericuetos del Triángulo Dorado, viviendo a salto de mata y con mil rutas de escape; sin embargo, a principios de 2018, la Policía Federal detectó un número telefónico que parecía estar vinculado con los peces gordos del Cártel de Sinaloa.
Aquel número se activaba repentinamente en Culiacán, y luego se mantenía apagado durante semanas. Después se volvía activar en algún lugar de la sierra y más tarde aparecía en los alrededores de cualquier ciudad de la zona.
De acuerdo con los reportes de las autoridades, consultados por el periodista Héctor de Mauleón, el número tuvo gran actividad en Badiraguato, por ejemplo, mientras ocurría una ejecución importante del narcotráfico.
Al poco tiempo, un grupo de agentes fue comisionado para infiltrarse en los lugares donde el teléfono había sido activado. La investigación siguió su curso hasta 2019 cuando los elementos infiltrados creyeron haber dado con el líder del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada.
Esto culminó en un operativo a un domicilio en las afueras de Culiacán. Los reportes indicaron que al arribo de las autoridades, el inmueble estaba vacío, y sólo se encontraban restos de comida, ropa y algunas armas que más tarde se sabría pertenecían a Rafael Caro Quintero.
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