La Comisión Nacional del Agua (Conagua) no cuenta con los recursos necesarios para medir la cantidad de líquido que hay en el país, además de su calidad.
Según el proyecto de inversión Ampliación y Modernización de la Red Nacional de Medición del Agua (Rename) y del que tiene copia El Universal, las mediciones sobre la disponibilidad del agua fueron de 6.63%. Pero en cuanto a la condición del líquido superficial, que es de donde mayormente se abastecen las personas, la medición sólo cubre 0.75%.
En la información, fechada a diciembre del 2019 y enviada a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), se reconoce: “Por falta de recursos económicos y de personal, Conagua no cuenta con la infraestructura necesaria ni el equipamiento adecuado para llevar a cabo mediciones de aguas superficiales, subterráneas y su calidad, y realiza mediciones de las principales variables del ciclo hidrológico de una manera limitada”.
Con esa poca verificación de la calidad de líquido se ha logrado identificar que 58.3% de las aguas superficiales en México no cumplen con los indicadores de sanidad mínima. Hay 4,142 sitios de medición en aguas superficiales, de los que 29.2% no cumple con los límites permisibles de Bioquímica de Oxígeno, DQO, toxicidad y/o enterococos; 29.1% no cumple con los límites permisibles de escherichia coli, coliformes fecales, sólidos suspendidos totales y/o porcentaje de saturación de oxígeno disuelto. Mientras que sólo 41.7% cumple con todos los indicadores.
La mayoría del líquido que tiene los peores indicadores de calidad se concentra en el centro del país, principalmente en el Valle de México. Estos datos fueron obtenidos de analizar el agua de sólo 36.92% de las presas del país, es decir, 72 de las 222. “Sin embargo, la calidad del agua se mide en la fuente de abastecimiento, es decir, en su condición natural, sin tratamiento o potabilización”, dice el informe.
La situación es similar con la calidad de agua subterránea. La Conagua ha revisado 1,240 sitios, de los que 33.9% no cumple con los límites permisibles de fluoruros, coliformes fecales, nitrógeno de nitratos, arsénico total, cadmio, cromo, mercurio, níquel y plomo.
En tanto que 24.4% no respeta los límites de alcalinidad, conductividad, dureza, sólidos disueltos totales-riego agrícola, sólidos disueltos totales-salinización, magnesio total y/o hierro total, en tanto que 41.7% de los sitios cumplen con la normativa.
El análisis de los 653 mantos acuíferos que conforman el sistema hidrológico subterráneo, se hace de manera anual, por lo que no es posible tener información continua y actualizada sobre la calidad del agua. “Es necesaria la medición de los niveles de las aguas subterráneas en 15,135 pozos en todo el país dos veces al año, a fin de medir en tiempos de estiaje y de lluvias, para monitorear los cambios estacionales de alas aguas subterráneas”, indica el documento.
“También se necesita la reactivación de redes de monitoreo piezométrico (altura de la superficie libre del agua sobre el nivel del mar) en los 214 acuíferos restantes del país, mediante la medición en 6 mil 700 pozos adicionales, para un total de 21,835 pozos piloto, cuantificados de forma semestral”, informó la Conagua.
Pero el financiamiento no es el único problema que tiene la dependencia para realizar los análisis del líquido. El documento también revela que el incremento de la inseguridad en el país es un obstáculo, ya que el procedimiento rutinario de muestreo se ha visto influenciado de manera negativa por el riesgo que representa al personal de las brigadas, el acceso a ciertas comunidades en donde hay presencia de grupos armados.
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